Repertorio Americano 55 inesperado de entre las piedras y los zarza.
les del vicio y del delito. El Innominado desde algún tiempo había empezado a sentir si no un renacimiento, cierto disgusto de sus crímenes, cierta repugnancia cual había experimentado en los primeros delitos, vede cida después y desaparecida completamente cuando la imagen de un porvenir largo, indeterminado, el sentimiento de una vitali.
dad vigorosa, llenaron su ánimo de una confianza, de un desprecio de todo que lo tenía sin cuidado. Con el creler de los años y el. aumentar el número de sus fechorías, aquel Dios del cual había oído hablar, pero que no le importaba reconocer, ocupado en vivir como si no hubiera existido, en ciertos momentos de abatioiiento sin notivo, de terror sin peligro, le parecía oirlo gritar dentro de si. Aquí estoys. Este Dios se anida en todo corazón humano y reaparece en cuanto cese o se interrumpa la confianza ciega y, se empieza a reflexionar, a medir la vida, la verla destinada a concluir, a precipitarse en un abismo siu fondo; cuaudo este todo que cada uno cree ser, se vuelve en nada. valor verdadero para el espíritu humano, de Perpetua se hallaran también en los la.
esta es la moral heroica de Manzoni, que bios del Cardenal; y el autor pota que el Cura predica el amor y el sacrificio, pero para edi. debía haber reflexionado que aquel ballarse ficar una realidad mejor e iustaurar el reino de acuerdo su sirviente: y Federico Borrodel espíritu. El sacrificio de sí mismo! esta meo sobre lo que se habría podido o debido será la ley del pueblo que podrá resurgir a hacer, iba contra él. La sirvienta y el Carnueva vida si el individuo reconociera en denal tienen casi siempre la oportunidad de Dios la norma de sus acciones y en el ideal pensar o sentir de la misma manera, la una la razón de su propia existencia. La vida no con la sencillez del buen sentido. el otro es gobernada por el acaso o por una voluptad con la sabia reflexión que dos libra de los maligoa, sino por una ley de amor la cual prejuicios: una y otro iluminados por la luz actúa en el corazón de los hombres de buena propia de la naturaleza humana fijada en la voluntad, siempre que ellos no se confor verdad que Dios les concede. La verdad no men con repetir como Don Aboudio. el está en la cima de los montes sino en el covalor. udo no se lo puede dar. pero sí re razóu de los hombres y será tanto más fácil cuerden que ese valor punca fué negado a hallarla cuanto más puro es el corazón y quien luyo fe, como decía el Cardeual Bo más inocente el espíritu que lo vivifica.
rromeo. Manzoni nunca pierde de vista lo humano que se enfrenta a, lo divino como punto de «Manzoni. sigue el señor Gentile fué un partida desde el cual hay que moverse para espíritu culto y adiestrado en la erudicións alcanzar la meta. No olvida la humana de en el estudio de los sistemas; ingenio crítico bilidad que mira a aquel ideal como a cosa lasta el exceso; acostumbrado a examinarlo más fácil de decir que de hacer. sonríe y todo, a discutirlo todo, a someterlo todo a reconoce la bumavidad de Don Abondio, in la prueba de la crítica. Cauto, desconfiado y decisa, recalcitrante, observando: sa decir la casi incontentable con la lengua que feliz.
verdad también nosotros que tenemos este mente fluía de su pluma y de sus labios para manuscrito y una pluma en la mano senti. delinear, dar color y vida a las figuras de mos cierta repugnancia de continuar por este los hombres ya las manifestaciones de la camino: hallamos algo extraño eso de estar naturaleza y por lo tanto, atento, despindaponiendo por delante de los demás, con tan damente listo a catar cacla palabra, volverla poca fatiga, tautos y bellos preceptos. de y revolverla por todos lados para ver si era, fortaleza, de caridad, de sacrificio ilimitado de buena ley; bacer el proceso a la historia de sí mismo para bien de los demás. para juzgarla en sus actores y en sus prin.
Freute al Cardenal Federico hallamos a cipios, juez severo; rígido, inflexible. Sin Don Abondio, como Sancho Panza al lado de embargo, Manzooi en sus líricas, en los céDon Quijote. El buen sentido del hombre lebres coros de sus tragedias, eu la vasta y mediano que cou su crítica del ideal 10 li poderosa corriente que atraviesa su obra mita y lo obliga a hacer las cuentas con este mayor (Los novios) es un poeta de: vena, mundo, tan distinto, en el cual el ideal debe lleno de irresistible inspiración como ninactuar, sin embargo.
gúo otro, tal vez, de todas las literaturas.
Don Abondio extrañaba que la razones Su poesía se desprende de su cora con el para muchos La visión mauzoniana de la vida no pro.
cede de un optimismo fatalista. Bajo ciertos aspectos, Danzoni parece más bien un pesimista para el cual «toda humana virtud, todo esfuerzo de buena voluntad no es bastante para librarnos del dolor? Los males llegau muchas veces porque se les ha dado motivo; pero la conducta la más circumspecta, la más inocente no vale siempre para tenerlos lejos de nosotros: y cuando llegan, o por culpa y sin culpa, la fe eu Dios los hace llevaderos y útiles para una vida mejor. La vida uo está destinada a ser un peso una fiesta para algunos, sino para todos un empleo del cual cada uno tendrá que rendir cuenta. Para ello hay que tomar en serio las cosas: no decirlas solamente, sino hacerlas. En el deber de sinceridad y de franqueza en el que el hombre piensa lo que siente y dice lo que piensa y hace lo que dice, estriba In concepción moral de la vida de Manzoni; que es concepción religiosa por cuanto no hay moral verdadera sin fondo religioso que sujeta al individuo a una ley absolutamente superior y que liinita su arbitrio; concepción que no tiene su característica en el personal credo religioso del escritor, sino en la manera ori.
ginal y reformadora de la relación intrínseca del hombre con la ley moral, que es la misma voluntad de Dios. Tomar en serio las cosas, no decir solamente, sino hacer; po distinguir entre la vida de un hombre, aunviva para si sin ideal, sin ley y sin divida voluntad, y esta voluntad, esta ley y este ideal, porque allí está la misma vida del hombre: no ver a Dios fuera de sí mis.
mo, como si el hombre padiera existir sin El, sino sentirse todo uno con El, sin posibilidad, por lo tanto, de destacar de El el alma. Esta intimidad de lo divino, esta ad.
Lesión de todo el hombre al ideal, esta incondicional devocibu del alma al Santo vero que es también el Justo y todo lo que tiene que DOCTOR. Murió. Pero si ayer lo dejé comple: tamente restablecido, señora!
ELLA. Sí, doctor. pero no hizo más que ver lo que usted cobra de honorarios, dió un ronquido y expiro.
Por GARCIA CABRAL. Excelsior, México, Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica