THREPERTORIO AMERICANO Num. 2 SAN JOSÉ, COSTA RICA 1923 24 Lunes 24 de SETIEMBRE SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Nor 20 Thomas Carlyle nes de mal gusto. En el Sarlor Re.
sartus, por ejemplo, abundan las figu: ras grotestas, que, sin embargo, son muy pronto olvidadas bajo el encanto del ritmo grandioso y la frescura muy nada siempre solo, siempre pensativo, que necesitaba decir. No formó una kin los secretos del estilo, aunque sin Thomas. Carlyle. En sus paseos, se página inútil. No dijo nada opuesto a hacerlo participe de su vigor. Sy.
avivabao sus ideas, y el apartamiento su fe. Algunos juzgarán eguivocada monds, en brillante paradoja, dice que lo afirmaba más y más en sus creencias. la filosofía de Carlyle, otros peligrosa, las frases de Ruskin son los platillos y lo alejaba más y más del vulgo y de poco práctica los más; pero pioguno, de la orquesta de Carlyle.
los snobs universitarios. Fanático entre puede calificarla de ipsiocera o tachar Lo único que preocupaba al filósofo los fanáticos, tuvo que luchar inteosa. al filósoso de falso. Era simplemente inglés era cumplir con su misión, ya mente para ser tolerado siquiera, ya un fanático y casi todas las grandes que su misticismo le hacía creer en que eu su patria triunfan casi siempre obras son de apasionados.
ella con la seguridad de que solamen.
lo mediocre y lo convencional, Carlyle era un artífice de la prosa. te gozaa los apóstoles y, los profetas.
más contrario a las convenciones, a En raras ocasiones, la fuerza de la Absorbido en su tarea, no le restaba las hipocresías y las modas que el espí. idea, el pensamiento apasionado hasta tiempo para pada más. su mujer la ritu robusto y apasionado de Carlyle. la furia lo hacían caer en exageracio utilizaba con un egoísmo que a los Fué un original; Rubén Darío respetables ingleses pareció hubiera dicho un raro. Por su abominable, al grado de olvi.
siogularidad se hizo potable dar los méritos del escritor entre los suyos. Cuando se junto a las faltas del esposo.
comentaban sus actos, los ca.
Su mujer era, para él, ama, chazudos burgueses decían al.
nuepse devota, compañera fi.
zando los hombros, acosas de delísima, administradora de Carlyler. Ningún elogio más su corto caudal y de su hogar alto le podían haber rendido humilde, mas punca faé para tales individuos, apegados a Carlyle sino una hermana. El los formulismos, incapaces de profetismo de Carlyle hizo de.
romper la más insigoifcante él un gran casto. La labor li.
regla. Cuando ellos alcanzan teraria, verdadero sacerdocio a ver que alguno tiene cosas, para Carlyle, hizo que no es que al que tachan de extraatendiera sido a ella, y subor: vagante tiene personalidad dipaba su esposa a su tarea.
propia, rareza, valor; que en No podía apasionarse su cora.
él bayrebeldía contra el me.
zón sino por una cosa, ya que dio convencional y tibio, no.
era de fanático, y la literatura nótono y opaco. Es el mejor era la real anjante de Carlyle, elogio que pueden otorgarle.
y es bien sabido que los hom. Carlyle fué un fanático y bres prefieren siempre a sus un raro, es decir, un fuerte, amabtes. Por eso Stevenson, up vigoroso pepsador, un io.
bumano y previsor, no acon.
fatigablc artista de la pluma, seja a las doncellas que lleven un creyente en su obra. Lo al altar a literatos. Además, único que le importaba era era Carlyle uo gepio y ningu.
cumplir la tarea que se había na senda más espinosa que la impuesto. Su fanatismo le que tienen que seguir las muhacía sacar fuerzas ipsospe.
jeres de los semidioses. Si ellos chadas de su flaqueza. Era un sufren, ellas padecen más; si enfermo, pero sabía cómo vepdifícil es la misión de los ge.
cer su pertinaz dolencia, pios, mayor la de sus esposas.
Eo medio de las crisis más Aunque sea incómodo ser ge.
agudas, pudo labrar las pági.
pio, resulta más molesto ser Das más bellas de su libro soesposa de un genio. Pocas mu.
bre la revolución francesa.
jeres han tenido que soportar Su fanatismo prestaba enteTHOMAS CARLYLE más sidsabores que las de reza incomparable a todos sus (Del cuadro de Sir Johx MILLAIS. Tolstoi y Carlyle. Pagaron PRAXE Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica