Repertorio Americano 137, Página lírica de Cornelio Hispano con la cera, el incienso y las pluviales capas, de deslustradas pedrerías.
El sacerdote, bajo su áurea estola, no tiepe grey y oficia en el desierto; la casa del Señor quedose sola y todo en su recinto está ya muerto.
LA ESTRELLA DEL PASTOR el día que, al partirse sollozante, le dijeron adiós desde la puerta.
Ed alla tarda notte un canto che udia por li sentiori Jon tapando morire a poco a poco, gis similmente mi stringeva il core.
Muda la torre, eumudeció el salterio y el órgano que, junto con las preces, alzó sus roncas voces de misterio bajo tu inmensa nave, tantas veces!
Hora mistica: el tardo peregrino se siente berir de amor si oye a lo lejos la campana que llora el puerto día, LEOPARDI Oh, Vespero! Tu viva luz nos trae todas las tardes lo que más ainamos: cuando, tras la montaña azul decae el sol, tu antorcha trémula buscamos.
Mieutras, Lacia el poniente purpurino, ruela, tras de los últimos reflejos, el alina de la gris melancolía.
Se va de las naciones la fe aptigua, y NotreDame, ev duelo, al pie del inonte sacro, mira su lámpara, ya exigua, y su sol transponer el horizonte, Mientras las sombras de la noche entonau el Miserere Mei bajo sus naves, y sus lúgubres bóvedas pregovan Del De Profundis los lamentos graves.
BAJO LA NAVE DE NOTRE DAME Tu devuelves su casa y su cariño al pastor retardado y al labriego; tornas al pecho de la madre el niño, y en el tranquilo hogar prendes el fuego.
Tú eomudeces la reja del grado; contigo viene el íntimo alborozo; tú aderezas la cena, y el ganado a beber llevas al antiguo pozo.
Tú llamas a las aves a sus pidos; conduces al establo al buey paciente. a tu luz, por senderos escondidos, rústica ayena exhala un són doliente.
Tus campanas, ob templo! ya no suenan en la mañana convocando a inisa; la hierba, el liquen y la zarza llenan tu santuario de gótica cornisa.
YO CREO EN DIOS Al Niño Dios, desnudo en su pesebre, no adoran ya los Magos y pastores, di hay quien la pascua de Jesús celebre con tamboril y flauta en los alcores.
Yo nombro siempre a Dios, y, por ventura. yo creo en Dios. Cuando era un parvulillo me daban los domingos un cuartillo después de oir la misa al señor cura.
Sé bueno, puro y dulce, me decía mi madre, como un cáudido cordero; entrega a Dios tu corazón entero, y, siempre, hijo, encomiéndate a María.
Viejos y apolillados, los misales duermen en las oscuras sacristías Tú asistes a la cita del amante furtivo, en el boscaje silencioso; tú nos recuerdas el amor distante dos anuncias, Véspero, el reposo.
Cuento alemán interesantísimo LA CASITA ABANDONADA Por BAGARÍA Hay a la vera agreste de la seoda, cuyo césped jamás viajero viola, sin árbol que su grata sombra extienda, una casita derruida y sola.
En otro tiempo allí, a la madrugada, ladraban al viandante perros bravos, y era albergue su patio y enramaila de pintadas gallinas y de payos.
Frescos naranjos, verdes limoneros daban a la heredad frutos opimos, y entre arroyos corrientes y parleros bañábanse, flotantes, los racimos.
Aúp cuelga de la puerta ennegrecida, con resplandor de oro, sacra rama; quedan flores aún, mas no convida a descansar allí la muelle grama.
1m3 Sólo un triste aldeado, por la tarde, detiene el paso y la casita mira, y, al ver que el fuego del hogar no arde, vierte una ardiente lágrima, y suspira.
Name Bagus ANGELUS Angelus, hora dulce que despierta los profundos pesares del amante, cuando en playas exóticas, errante, piensa en su idolatrada virgen muerta. Hora en que al triste hogar la vista incierta vuelve por vez postrera el navegante. Una vez, amigo Mayer, había tres pacaritos en un árbol. Un pacarito dijo. Yo me voy. y se fué. El otro pacarito dijo. Mi compañero, caramba, se ha ido; pues yo también me voy. y se fué. el tercer pacarito hizo piu, plu, y dijo: Mis compañeros se han marchado, y también se fué. ahora viene la cosa más graciosa. El árbol quedó solo. iJa, ja, ja. El Sol, Madrid. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica