Repertorio Americano 347 Las camisas de Bolívar José de la Concepción Núñez y Ma.
nigua, alias «Minca Aracataca. el úl.
timo de los caciques de aquella sierra, aunque no era realista, se había resigESDE los mismos tristes días de Otro día de 1816, eu Jamaica, se le nado a la dominación española. Sus diciembre de 1830, purpurados. presenta un compatriota en extrema aotepasados habían defendido sus tie.
cou el ocaso de San Pedro Alejandri miseria y desnudez. Bolívar llama a rras con bravura, y en todas partes no, la voz del pueblo, que es la voz de su mayordomo y le dice. Entréguele había batido a los conquistadores. El Dios, y la que ha forjado siempre las usted una de mis camisas. lo cual cacique de Mamatoco, sin embargo, más bellas leyendas del mundo, sinte. el mayordomo contesta. General, sólo no simpatizaba con la causa realista, tizó para la posteridad una de las ma existe la que Vuestra Excelencia lleva pero tampoco con la de la República, yores y excelsas virtudes de Bolívar, sobre el cuerpos. 5)
porque tanto la una conio la otra lo el desinterés, en una frase adwirable: Al saber en 1821 que el gran ciuda. desberedaban de sus derechos. Mas. Murió sin camisa. dano don Fernando de Peñalver, an. como era naturalmente pacítco y algo ¡Y cosa extraordinaria y elocuente! tes acaudalado terrateniente de Vene civilizado, se consagro, a acrecentar En esta vez la leyenda fué intérprete zuela, se halla en la miseria, le escribe sus bienes sin pensar en reivindica.
fiel de la verdad; la voz del pueblo po desde «Guanarer, el 24 de mayo. He ciopes.
se equivocó, como casi punca se equi. sabido con mucho. sentimiento que Morillo lo visitó en su pueblo; lo voca al juzgar a los héroes y apósto. usted se halla en extrema pobreza, y mimó mucho; le habló de Dios del les, a sus grandes benefactores. como no tengo 110 maravedí de qué Rey, y, por último, le rogó concuBolívar, al morir, no sólo no tenía disponer, le envío a usted la adjunta rriera a una cita para entregarle la «la camisa del hombre feliz. en busca ordea para mi criado, que tiene mi condecoración. Llegado el día seña.
de la cual tantas veces, en todos los equipaje, para que se lo eptregue, lo lado, el cacique, una vez en Santa tiempos y naciones, inútilmente se ha venda y se socorra. Inclusa iba esta Marta, compró camisa, levita, chaleco recorrido el mundo, sino que real y orden para el criado. Mi querido y pantalones, arreglóse lo mejor que verdaderamente, el 17 de diciembre Dionisio: Entregue usted al señor Pe. pudo, y se presentó al Pacificador.
de 1830, bajo el techo hospitalario de. ñalver todo mi equipaje, y reciba todo Mas, al recibir la medalla, se sintió dou Joaquín de Mier, Bolívar no tenía lo que el devuelva; particularmente humillado, º, teneroso de la censura camisa, y la explicación y las pruebas debe usted entregarle toda la plata la. de su tribu, no quiso volver a Mama.
de tan sorprendente realidad histórica brada y cuantas alhajas teoga usted toco con insignias ni con vestidos dis.
nos la dan su mayordomo y camare mías. tintos de los de su raza, y todo lo dejó ros de confiadza, su médico de cabe.
en Santa Marta, en casa de su amigo cera y los que hicieron con él, a sus Su fiel mayordomo José Palacios, don Faustino de Mier, donde años órdenes, y después escribieron, la his. quien lo acompañó hasta San Pedro más tarde se veló el cadáver de Boli.
toria de Colombia.
Alejandrino, tenía razón de decir con var. Un criado del señor de Mier reEI General Joaquín Posada Gutié amargura. El equipaje de mi jefe y cogió las prendas desdeñadas y las rrez, su compañero y leal amigo hasta señor es también víctima de la guerra guardó en uu ropero de su amo. más allá de la tumba, pos refiere en a muerte. El médico francés, doctor Próspero sus «Memorias» que Bolívar empleaba Todavía en 1829, un año antes de Révérend, que prestó sus servicios y la mayor parte de su sueldo de Presi. su muerte, cuando en prematura vejez acompañó al Libertador en su última dente de la República «en socorros a veía acercarse su triste fin, escribía a enfermedad, refiere que: aDespués de las viudas, auxilios a los militares y su poble amigo el doctor Alamo. Yo la autopsia y embalsamamiento del limospas a los pobres vergonzantes: moriré como paci, despudo. Usted cadáver de Bolívar, el señor Manuel hasta su quinta, en las inmediaciones tiene dinero y me dará de comér. Ujueta, Jefe político, me hizo presente de Bogotá, la regaló a up amigo suyo: Podría hacer interminables las refe. que nadie en la casa era capaz para el último soldado que acudiese a él, rencias, tomándolas de la correspon.
vestir el cadáver, y a fuerza de empe.
recibía cuando menos un peso: espa.
dencia del héroe o de las memorias es. ños me comprometió a desempeñar: das, caballos, hasta su ropa misma, critas por sus compañeros pacionales esta triste función. Entre las diferen.
todo lo daba. Para ponerse en marcha y extranjeros, entre otros Ducoudraytes prendas del vestido que trajeron, de Bogotá en 1830, vendió su vajilla Holstein, Maillefer, etc. etc.
me presentaron una camisa que ya iba de plata, que sólo produjo dos mil a ponerie, cuapdo advertí que estaba quinientos pesos, y sus albajas, caba. El 23 de julio de 1815 desembarco rota. No pude contener mi despecho, llos y cuanto le quedaba hasta reunir en Santa Marta el General Morillo y tirando la camisa, exclaw é: diez y siete mil pesos. Bolívar gozaba con el ejlrcito pacificador, compuesto. Bolívar, aun cadáver, no viste con delicia del placer de dar, que es de ocho mil hombres.
ropa rasgada; si no hay otra voy a placer de Dios. Morillo, refiere el historiador Res.
de las mías: Entonces En el año de 1812 la aduana de Cu. trepo, con el objeto de dar a los pue fué cuando me trajeron uva camisa razao le embarga su equipaje. en que blos una alta idea de su ejército, le del General Laurencio Silva, que vivía llevaba todo lo que poseía entonces en pasó revista en Santa Marta, y varias en la misma casa (2)
dipero, alhajas y ropa de uso perso. veces hizo ostentosas paradas. Repar Silva, grande amigo de Bolívar, se nal, y Bolívar no reclania ni se detie tió premios a los realistas que más se hallaba anonadado, y a la noticia de ne en su marcha a Cartagena, donde. habían distioguido, y al Cacique de que no había camisa para el Liberta.
llega como el paje de San Juan. Ese Mamatoco, aldea de indios distante dor, corrió a su pieza, tiró del cajón rasgo, dice Leary, es característico un cuarto de hora de San Pedro Ale. de un armario que allí había, buscó, de Bolívar. Nunca en el curso de su jandrino, le puso él mismo en el pecho, vida pública esquivó los sacrificios pe. en presencia de todo el Ejército, una (1) Capella Toledo. Leyendas. Tomo III, cupiarios, aunque estuviera reducido medalla con el busto del Rey. pág. 23.
a la más absoluta escasez. 2) Révérend. La última enferme.
dad, los últimos momentos y los funerales (1) Rojas. Obras, 542.
de Simón Bolivar, Libertador de Colombia (1) Op. cit, Tomo I, 315. 2) Historia de la Revolución de Colon y del Perú, por su médico de cabecera. Pa(2) Niemorias. XXVII, 82.
bia, Tomo I, cap.
rís 1866.
mandar por ung. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica