Repertorio Americano 91 debate, nos dirigimos a su casa, situada en la esquina oriental de la Plazuela de San Agustín, acompañados del distinguido estu.
diante de Derecho de la Universidad Libre señor don Félix Rodríguez, quien iba a tomarle una fotografía.
La señora esposa del doctor Zea Uribe nos recibe con exquisita cortesía en la sala arreglada dentro de la más severa elegancia. Se destacan dos preciosos jarrones que adornan los confidentes. Sobre el piano, en una disdeta jardinera, hay colocados cuidadosa.
meste varios botones de jazmín del cabo que esparca embriagador aroma. En los floreros se ven rpbién manojos de grandes y hermosos cla les rojos.
Pocos mcentos después se abre suave.
mente la puerta y aparece la señorita Elvira, toda llena de gracia y simpatía. Viste con aristocrática sencillez. El tono de su ipsinuante voz, su mirada tranquila, su conver.
sación fácil y amena, revelan una cultirada inteligencia y un espíritu delicado y ágil.
Soberapa tiene que ser puesto que quien la escucha y la admira se convierte en su más fervoroso y fiel vasallo. Tal es el poder do.
minador de sus encantos. Sabe usted, le decimos apepas hemos iniciado nuestra charla, que un fuerte núcleo de estudiantes ha lanzado, fon ardiente deci.
sión, su nombre para Rein y que está re.
suelto a poner en juego toas sus actividades a fin de realizar aquella ji ştificada aspi.
ración. Ha sido en verdad para mí motivo de singular reconocimiento esta deferencia honrosísima que sinceramente estaba muy lejos de esperar. Tengo certidumbre de gue mi nombre no alcanzará el número suficiente de votos ya que de manera muy acertada se ha proclamado también candidata a la señorita Ospina, a quien sin tener el gusto de conocer aprecio por sus virtudes, su talento y su ilustración. Si he de serle franca he de de.
cirle que antes de surgir la candidata, yo creía que se pensaba reelegir a María I, ya que posee las más altas cualidades y ya que su reinado ha contado con el aplauso upapime. Sin duda usted puede tener razón, le observamos, pero igualmente le asiste a los que defienden su candidatura, porque saben que usted hará un gobierno generoso, pru.
dente, ideal. Yo agradezco con toda el alma estas bondades. No cree usted, señorita, que la Reina de los estudiantes, que cuenta con el cariño de sus súbditos, no debe contentarse simplemente con tan sobresaliente cargo, sino que debe aprovecharlo para adelantar una labor eficaz y permanente en bien de la juventud y de la sociedad?
Al oir esta pregunta, la mirada de la seño.
rita Elvira adquiere mayor vivacidad. Luego responde. Ciertamente, cada vez que vos vayamos acostumbrando a estos torneos de irrepro.
chable cultura y a medida que un noble interés continúe formándose alrededor de ellos, la influencia de la Reina de los Estu.
diantes tiene que ser más decisiva en todo. qué importa? La voluntad perseve.
cuanto tienda al bienestar de la juventud y rante puesta al servicio de una noble causa de la sociedad eu general. Representando la siempre se impone.
Reina de los Estudiantes uno de los poderes Advertimos que estamos distrayendo de.
más generosos y temidos, el de la juventud, masiado a puestra gentil interlocutora y que 16gico es que no deba limitarse su acción a es tiempo de tomarle la fotografia. Para este los que la eligeu sino que en cualquier mo efecto nos dirigimos a un áogulo del corre.
mento deba estar lista a coadyuvar en toda dor. Mientras se prepara la máquina, ques.
obra altruista que tenga por objeto combatir tro compañero, señor Rodriguez, y la señouna calamidad colectiva y deniostrarle a las rita Elvira, inician sabrosa conversación clases desvalidas que la juventud no puede acerca de sus viajes por Estados Unidos y olvidarlas en sus padecimientos, ni en sus Europa. La señorita Elvira adopta una de esperanzas.
sus más sencillas y señoriles actitudes en en materia de iniciativas, cree usted medio de dos berniosas tazas de flores que le que ellas deben partir de la Reina o de los bacen guardia de bonor. Rodríguez oprinie Estudiantes?
el botón del obturador y la imagen de la Opino que de ambos. La Reina necesita encantadora candidata queda aprisionada.
promover actos en los cuales por medio de; Nos despedimos. La señorita Elyira nos conferencias culturales se fijen modernas extiende su blanca pano real y nos dice cod orientaciones educacionistas y se presente visible satisfacción: oportunidad de conocer las armas intelec. Sírvanse expresar a los estudiantes mi tuales que se van ganando en nuestras Uni infinita gratitud y diganles que, vencedora versidades; empeñarse en el sentido de que o vericida, siempre seré de ellos una amiga se establezcan corrientes de franco acerca. y más que una amiga, una sincera compamiento entre los más altos centros estudian ñera.
tiles de habla española; laborar porque sea MANUEL ALBERTO VERGARA realidad el Club de Estudiantes; preocuparse porque se fuuden restaurantes para niños pobres a quienes sus padres obligan a traCORONACION bajar porque no pueden asegurarles el diario DE LA REINA ELVIRA sustento mientras concurren al colegio o a DISCURSO DRL DR. ANTO GÓMEZ RESTREPO la escuela; estimular el compañerismo que aleje todo sentimiento de envidia y man Con viva emoción me presento hoy en tenga una leal fraternidad; eo general, pres este sitio: debo rendir homenaje de respeto tar su ardiente cooperación para que nunca a una Reina que va a empuñar el cetro, y se quebrante el carácter altivo de nuestra saludar a la juventud, que, al ponerse vojuventud y sea por su amor al estudio, su luptariamente bajo el imperio de una sobedigoidad y su sentido práctico el orgullo de rana tan gentil, se muestra fiel a una trala Patria y la conquistadora del porvenir. dición ya consagrada, y renueva, una vez Muy laudable es su modo de pensar, más, la generosa alianza entre la vida que pero no cree usted que estos propósitos, empieza y la hermosura que, desde la aparique serán unánimemente aprobados, acaso ción de Eva en el paraíso, estableció su trouo puedan tropezar con algunas dificultades? sobre el mundo. solo. Couque, vamos a ver, caballero:. ccómo le arreglo a usted la barba. Calladito la boca. Por García CABRAL. Excelsior, México. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica