258 Repertorio Americano.
Página lírica de Emilia Bernal Del libro Los Nuevos Motivos.
yo, y mi Annabel Lee, que los ángeles se enojaron, con envidia de ella y de mí.
HIERRO.
Un hombre de hierro. De hierro las carnes del pecho invencible.
De hierro los biceps y triceps del brazo que erecta triunfante ademán.
Las manos de hierro, y el vientre. los muslos columnas potentes de hierro. y las pierdas, cual zócalos bravos sostenes de aquel formi. dable titán.
Con el pie clavado en la tierra, apretando en los dedos de garra, las raíces del arbol que arranca del biblico (Adáo.
NO ES COMO PUÑAL. De hierro los ojos.
De hierro los dieptes.
De hierro el cerebro, los pulmones y el co(razón, los rifiones, el bazo el sexo.
Por fuera y por dentro, un hombre comple(to de hierro. La fuerza!
La fuerza más grande que el tiempo a lu (vida ha lanzado es su encarnación. Sus ojos fulguran extraños temblores de (hierro, si mira.
Hiuchando las alas expira el berrumbre por (la ancha pariz.
Limaduras brillantes de hierro de fragua (salpica su lengua, si hubla.
Palabras de aristas de hierro martillau sus (dientes, si ama.
Ideas de hierro engendrara por hijos co to da matriz ¡Qué dulce veneno llevo en las entrañas! es por esto, que hace tiempo en un reino No es como puñal.
ljunto al mar Que el puñal se clayay éste se diluye. una nube sop16 uu vieuto, que hizo helar en la carne sensitiva a ui bella Auuabel Lee.
y en la médula espiritual. los ángeles vinieron a separarla de mí ¡Qué dulce veneno este del querer y a encerrar en un sepulcro a mi bella An: y del no poder. nabel Lee.
Voluptuosidad que salva un abismo, y es puente que lleva Esos ángeles, la envidiaron y. me envidiaa la idealidad. ron a mí. es por esto, como todos lo conocen que ¡Ah, si siempre fuera (en el reino junto al mar la imposibilidad, una ráfaga, en la noche, vino a belar cómo nos iríanios, süave. süavemente.
a mi bella Annabel Lee.
por este azul celeste de la suavidad!
EL CABALLO DE LAS ROSAS Pero es este amor más fuerte que el amor (de los que fueron aún más viejos en amar Ceballo que corre con carga de rosas. o más sabios que nosotros, porque ni El es. Allá va.
esos ángeles arriba, ni aquí ¡Corre. Corre. Corre!
los demonios, bajo el mar, cuando tiene hambre, mucha hambre, podrán mi alma separar a un lado y otro vuelve la cabeza del alma de Annabel Lee.
y arranca rosas y come hasta que ya no puede más. Pues jamás la luna alumbra sin traerme es lo peor, que trota (dulces sueños de mi bella Annabel Lee, alrededor de un circo donde divierte a los y me miran las estreNas con los ojos brilla(demás. dores de mi bella Annabel Lee, y yo duermo cada noche reclinado y que jamás termina la vitualla de rosas sobre el lado de mi piña, de mi amada, y que jamás encuentra la pista donde parar.
de pi novia, de miidulce desposada en su tumba junto al mar.
iSigue. Sigue. Sigue!
En su tumba, junto a aquel sonoro mar. Corre. Corre. Corre. Corre, sin descansar. Doctor Constantino Herdocia. Este es el corazón mío. Do la Facultad de Medicloa de Paris MEDICO CIROJANO ¡Ah, si el buen Dios le dijera con su voz suave, al oído: Enfermedades de los ojos, oídos, nariz y jeb. pobre caballo. éclate, para siempre garganta. Horas de oficina: 10 a 11. 30 a.
y de a 5, contiguo al Teatro Variedades. y no corras más!
Toléfono núnioro 1443 ¡Oh, caballo, qué dulce agonía. Oh, mis rosas, como os echaríais a volar. Doctor EDUARDO MONTEALEGRE ANNABEL LEE Cirujano Dentista Americano (EDGAR ALLAN POB)
Despacho: 28 Avenida y calle 4a Hace tiempo. Mucho tiempo. que en (un reino junto al mar a una niña conocí.
Hacemos nuestra esta saludable adver.
tencia de nuestro ilustrado colega «España. Se llamaba Annabel Lee. de Madrid: esta niña no tenía más pesamiento que amar Esta Revista no puede mantener y ser amada por mí.
correspondencla con sus numerosos colaboradores espontáneos nl publicar Eramos los dos muchachos eu el reino ningún trabajo conforme a la impaciencla del remltente, sino a la medida del Ljunto al mar.
orden que le imponen sus límites cuanHas, nosotros nos amamos cou amor ta a titativos y sus necesidades cuallta(singular, tlvas. Hlerro. Hierro. Hierro! es su himno de (guerra.
Hierro. Hierro. Hierro! es su himno de paz.
Su locura perfora la tierra con hambre de (llerro.
Le obsede boradar.
El diámetro del mundo abriera su diepte de pica por sacar a la antípoda tierra el férreo şeir (de su faz. Gran hombre de hierro, yo os extiendo la mano cordial. Yo os extiendo la mano yaliente, grandioso (animal!
Alumbra la tierra con hierro.
Esa civilización pasará.
El tiempo es más fuerte que todo, y tu (empuje. un día, tu hierro, pirámide hará, un puente de encaje de forja que corte el (azur, la base, cubriendo la América nuestra, el vértice, buido; enganchando un piton de la lupa, el bombre del Sur. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica