Repertorio: Americano 187 1 historicismo. de buena tradición de mio, ya lo hemos dicho, la demos. como en los días de gran vieuto. Pero Vico, más que de buena tradición de tracion de su intacta honradez.
ya cumplíao su misión de abrir el ba.
Hegel. que trae a cualquier proble.
rrizal wodesto que sigue hasta Atocha ma concreto la aplicación de este peo.
y hace de este trozo excepcional de sar. Ahora, el establecimiento de un LA CITA Madrid algo tan trapsido y tan dulce.
plan y unas pormas para la enseñanza mente lloroso. media columpa, en la puerta de sentido histórico comunicará al plans bían recibido una invitación, conesta especie de cementerio exquisito, teamiento del mismo, como una impo cebida en los siguientes términos: que es el Botánico, sin muertos toda.
sición más en el enunciado, la necesi. El 14 de octubre de 1923 la Socie. vía, pero con panteones y epitafios dad de no desatender en la formación té Mallarmé, de París, se reunirá en ya, colgabap, en guisa de exvotos, del niño, del hombre futuro, el cultivo Valvins, a unos dos kilómetros de algunos juguetes de a perra grande, de pinguno de los órganos correspon. Fontainebleau, donde murió el maes. cuyo cartón pintarrajeado también le dientes a cada una de las manifesta.
tro, para consagrarle un recuerdo. hubiera gustado a Mallarmé.
ciones con que el espíritu se desarrolla vSe propone que hagamos en Ma Gran paraje para callar, mejor aún en la vida de la humanidad.
drid una conmemoración semejante.
para callar en compañía.
La ciencia es ciertamente una de sin discursos. Un acto por decirlo estas inanifestaciones; la ciencia, que así sin acto. Lo que a Mallarmé le EL RITO aspira a lo seguro. Pero el arte y la hubiera agradado: poesía también lo son, aunque lo se. Cinco minutos de silencio en recuer.
Los primeros en acudir a la cita guro les teoga sio cuidado. lo es, do de Mallarmé.
habíau sido Alfonso Reyes y José Or.
por modo eminente, la justicia. Sin Sitio y hora: el domingo, día 14, tega y Gasset. Poco después Enrique perjuicio de que lo sea también la a las once en punto de la mañana, en Díez Canedo vino a apoyar en mi bra.
fuerza, que tan a menudo entra con la la puerta del Botánico, que da sobre zo veinte años de complicidades majusticia en conflicto. Una educación, la Feria de Libros.
larmianas. José Moreno Villa aproxi.
pues, que prescindiera de proporcioSe cuenta con usted. Allí encon maba al negro una escala de grises nar al educando, no sólo información, trará usted a sus amigos. que comenzaba en Antonio de Marisino experiencia personal, directa, La tarde en que llegó este aviso era chalar, Mauricio Bacarisses, José Ber: vívida, de la Ciencia y de la Justicia, la primera que ha tenido este año, en gamía, mi paisano José María Chacón representaría una obra mutilada; pero Madrid, sabor de otoño. No hubo cre y los otros llegaron más tarde. Alpo menos la que negara a aquél la púsculo y, en el centro de la ciudad, guien dijo que Azorín no podía venir, práctica, además de la noticia, del las esquinas se perfumaron de olor a temeroso de que la imposición de Arte, de la Poesía o de la Fuerza.
castañas y se espejearos en las moja.
cinco minutos de silencio iba a pesarle eptre las manifestaciones espiri das aceras las constelaciones de los en demasía.
tuales. cuál habrá de más rica histoescaparates.
La devoción fué luego cumplida en ricidad, cuál de realidad más auténtica un rincón ptidico del jardín. No fué que el vivir religioso? La mitad de las EL CUADRO más religiosa la seriedad del rito que criaturas ideales que ha parido la cullas ironías ligeras que le prepararon.
tura, la mitad de las formas en que.
La mañana siguiente, abriendo laEl primer recogimiento pudo enlazar.
lo ideal ha encargado en el mundo, segunda jornada del otoño, era tam. se sin reproche con la última sonrisa.
cifráronse en aquél. Con qué derecho bién muy fina. El tiempo era aquel. Cada minuto de los cinco tuvo su extirpar o siquiera dejar que se atro.
tiempo en que a las once de la maña.
gracia y su sabor.
fiep en un alma las disposiciones orga. na ya parece seguro que no va hacer El primero pudo pecar necesaria.
pizadas para el mismo? Con igual sol ni a llover demasiado.
mente, un poco de dispersión y de derecho al que pudiera invocar un El Jardín Botánico va atrasado esta aleteo.
maestro loco para privar a su pupilo, vez de algunas semanas. El festín de El segundo minuto se balanceó un por temor al extravío futuro, de las hojas secas dista bastante de estar a poco y cayó con lentitud espesa, así posibilidades de generación, o bien punto. Esperemos que para noviembre como cae de la punta del cuentagotas por miedo a las ilusiones posibles del io estará. Noviembre es un gurmé farmacéutico la lágrima de jarabe que uso de alguno de los sentidos pobles, delicado. Preparando su mesa, las ofi. dosifica una mano escrupulosa.
del uso del oído o de la vista, gloria ciosas tardes de setiembre encienden El tercer minuto se distrajo porque del entendimiento y alegría del mundo.
el fuego. Las de octubre lo soplad. acertó a pasar por las cercanías una Una vez aceptado este punto de Hay que servir las hojas secas, como figura algo extraña que sobre la calavista teórico, las conclusiones prácti. la carne a la parrilla, cuando salta la da caperuza de un impermeable negro cas se imponen por sí solas. Es natu sangre.
se había encasquetado un sombrero ral que, como aquél, no escapan éstas Tal vez, en el paseo del Prado, las hoogo, negro también. Para la aparia las agitaciones de la discusión, Vi losas de la vereda estaban en ese do ción, nosotros fuimos recíprocramente vacísimas las ha suscitado la obra de mingo demasiado blancas. En las cua. aparición. Se detuvo un punto, miró Giovanni Gentile, y no siempre han tro, fuentes de la plaza de Murillo no sin demasiada curiosidad y se fué.
sido los más benévolos con sus pripci. se despeinaban locamente los chorros, El cuarto minuto de silencio tuvo pios fundamentales, aquéllos a quien calidad de roce de ala. Una tras otra en apariencia viene a favorecer la ver.
Doctor EDUARDO MONTEALEGRE la sintieron las frentes descubiertas eu sión política de los mismos. Revisar una sucesión que ya excluía el sobre.
una vez más la cuestión podría tentarsalto.
nos. Pero nosotros no nos ocupamos Despacho: 2a avevida y calle 44 El minuto final se quedó vacío y ya en este instante en tareas de doctrina, dejaba sentir acaso cierta superfluidad.
sino de crónica. Lo que nos importaba Dr.
en aquella obra era el sentido de conAlejandro Montero Sus paredes se volvieron delgadas y se irisaron como las de la pompa de jabón tiouidad, la coherencia orgánica entre MEDICO CIRUJANO próxima a romperse. La señal de que sus partes y momentos. por consi. de la Universidad Real de Roma. el tiempo había traocurrido la reventó.
guiente. para mayor gloria del gre. Horas de consulta: de a p. Dió esta señal Enrique Díaz Cane.
Cirujano Dentista Americano Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica