REPERTORIO AMERICANO Editor: GARCIA MONGE TOMO SAN JOSÉ DE COSTA RICA, LUNES 19 DE FEBRERO DE 1923 No. 23 la mujer mexicana Mujer mexicana: apamanta al niño agua temblorosa de tu baño; llévalo cana.
rar eu ciertas leyes; bas que limpien de vergüenza al bijo ilegítimo y do le hagan nacer paria y vivir paria en me. Exliortación leída en el Congreso Mexicano del Niño)
dio de los otros hijos felices; las leyes que entreguen a vosotras los servicios. de beneficencia infantil; has que re, en cuya carne y en cuyo espí. por el campo bajo la rica luz de tu glamenten vuestro trabajo y el de los ritu se probará la raza latino ameri. meseta.
niños que se agotan en la faepa brutal Te han dicho que tu pureza es una de las fábricas.
Turcarne bien coloreada de soles es virtud religiosa. También es upia vir.
Para esto podréis ser osadas, sin rica; la delicadeza de tus líneas tiene tud cívica: tu vientre sustenta a la dejar de ser prudentes; vuestra palabra concentrada la energía y engaña con en ocasión semejante no será grotesca, raza; las muchedumbres ciudadanas sirfragilidad. Tú fuiste hecha para dar pacen de tu sedo calladamente con el cobrará sautidad y bará pasar por las los hombres wás fuertes, los vencedo. eterno fluir de los manantiales. El multitudes que os oyen el calofrío de res más intrépidos, los que pecesita tu empequeñecimiento de los hombres lo sagrado.
pueblo en su tremenda horà de peli comienza siempre por la corrupción de Tenéis derecho, madres, a sentaros gro: orgarizadores, obreros y campe. las mujeres. es que el río puede en.
entre las maestras y a discutir con ellas sipos.
turbiarse al cruzar los pueblos; pero la educación de vuestros hijos y a de.
Tú estás sentada sencillamente en sus fuentes son puras.
cirles sus errores, hasta que sean en.
el corredor de tu casa y esa quietud y Hermosa y fuerte la tierra en que te mendados.
Te oirán tarde o temprano, madre ese silencio parecen languidez; pero tocó nacer, madre piexicana: tiene los en verdad hay más potencia eu tus frutos más perfectos del mundo y cuamexicava; volverán a ti su mirada los rodillas tranquilas que en un ejército ja, el algodón de copo más suave y hombres justos, que todavía son muque pasa, porque tal vez estás mecien. deleitoso. Pero tú eres la aliada de la chos. Porque tu majestad quiebra, vepdo al héroe de su pueblo.
tierra, la que debe entregar los brazos cidas, a todas las demás majestades, y Cuando te cuenten, madre mexica. que colecten los frutos y las manos que el verso de Walt Whitmap se recuerda oa, de otras diujeres que sacuden la escarden los algodones. Tú eres la colacuando se te ve cruzar: Yo os digo carga de la maternidad, que tus ojos boradora de la tierra, y por eso ella te que no hay nada más grande que la ardan de orgullo, porque para ti toda. baña de gracia en la luz de cada ma.
madre de los hombres. vía la maternidad es el inefable gozo y El mundo va madurando lentamen.
ñana.
la nobleza total.
Madre mexicana: reclama para tu te para la justicia; es la verdad que ya Cuando te digan, excitándote, de bijo vigorosamente lo que la existeu.
se acepta el que tu voz se eleve entre padres que no sufren como tá el des. cia debe a los seres que nacen, sin que las voces de los hombres, pidiendo velo junto a la cuna y no dan la pidieran nacer. Por él tienes derecho para tu hijo, que es más tuyo que del vaciadura de su sangre en la leche a pedir más alto que todas, y no debes padre, porque le dió más dolor.
amamantadora, oye con desprecio la dejar que tu reclamo suba de otras Yo te amo, madre mexicana, ber.
jovitacióu, porque tú no has de re. bocas. Pide para él la escuela soleada y mana de la mía, que bordas exquisi.
nunciar a las mil noches de angustia limpia; pide los alegres parques; pide tanuente, tejes la estera color de miel junto a tu niño con fiebre, ni has de las grandes fueutes artificiales y las y cruzas el campo vestida de azul, permitir que la boca de tu hijo beba fiestas de las imágenes, en el libro y como la mujer de la Biblia, para llevar la leche de 11 pecho mercenario. Tú en el cinema educador; exige colabo.
el sustento del hijo o del esposo que amamantarás, tú mecerás, tú irás car.
riegan los waizales.
gando el tirso de jazmiues que la vida Te hablo, por eso, conio hablo a las dejó caído sobre tu pecho.
mujeres de mi raza del Sur, con un En lo sucesivo. señores Madre mexicana: para buscar tus acepto que no sentirás frío ni intruso.
grandes nodelos no volverás tus ojos agentes y suscritores de pro Te repito: La raza latino americana se hacia las mujeres locas del siglo, que probará en tus hijos; en ellos seremos vincias sírvanse remitirme danzan y se agitan en plazas y salotodos los del continente austral juzga.
pes, y apenas conocer hijo que lledos y dos salvaremos o seremos perdiinvariablemente los fondos varon. clavado en sus entrañas, las dos en ellos. Dios les fjó la dura suerte mezquinas inujeres que traiciopan la bajo cubierta certificada o en de que el avance epeinigo, la marejada vida al esquivar el deber, sin haber del norte, ronpa sobre sus pechos.
forma de giro postal; que sin esquivado el goce. Tú volverás los ojos Por eso cuando tus bijos luchan o can.
hacia los modelos antiguos y eternos: ello suelen perderse.
tao, los rostros del Sur se vuelven.
a las madres hebreas y a las madres hacia acá, llenos de esperadza y de roniapas. inquietud a la paro.
Da alegría a tu hijo, que la alegría del giro, lo incluirán en la Mujer mexicana: en tus rodillas se se le hará rojez en la sangre y temmece la raza latina y no hay destino pladura en los músculos. Cauta con él suma que me remitan, más grande y tremendo que el tuyo eo las canciones de tu país, dulcísimas; esta hora, juega a su lado en los jardines y en el El Editor del REPERTORIO GABRIELA MISTRAL. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica