Repertorio Americano. 323 mera. no sea de estudio y de meditación. La cues. la existencia, y yo lo sentía profundamente desgraciadamente, no existe sobre nuestra tión, por tanto, es bien simple, y fácil la cuando, sio cesar, te pedía reflexiones sobre tierra. La independencia, el primero de los eleccióu; además, la sublimidad del sacer esta verdad. Se toman por gusto ionato las bienes, es, por sí sola, una brillante quidocio, cuando se lo mira con altura y since veleidades que ofrece un adolescente de ca. ridad, me ha impresionado siempre. Aunque. torce a diez y seis años, sin pensar que el III el cristianismo no fuera sino una fantasía, hombre de diez y seis y aquel de trenta el sacerdocio do dejaría de ser un tipo di años sou dos seres casi diferentes. La ca EL drama estaba planteado, un drama íuvinos.
rrera eclesiástica. no está, como todas, timo, sin pasiones, sio gritos, six acritud Cuatro meses después, insistiendo sobre sujeta a jerarquías. Puede el sacerdote polémica; el drama de dos alunas estrecha.
su inclinación a qune vie toute privées, pero disponer de sí mismo. No está obligado, mente unidas a un destido coniún. Las carreconociéndola egoísta, volvía a considerar acaso, a seguir la dirección que le sijen sus tas se suceden; las argumentaciones de amsu salvación eu el estado eclesiástico. El superiores. Te lo repito, amigo mío, no te bas partes se eutrecruzan, siempre serebas, sacerdote es el depositario de la sabiduría y formulo aquí sino proposiciones: ique tu radelicadamente conducidas por exquisita disde los consejos, el hombre del estudio y la creción. Al leerlas, dijérase que los actores meditación, y con esto el hombre de suis se corporizan y hablan. Sí, esas cartas, bermanos. Esa mezcla feliz de vida privada más que escritas, habladas, fueron, acaso Adquiera Ud. las siguientes y pública, de soledad para sí, de sacrificio páginas de Renán, puestas en concebidas en voz alta, como con una secrehacia los otros, constituiria para iní el bello ta intención de que al leerlas sus respectivos Castellano con toda habilidad por ideal de la vida dichosa y perfecta. destinatarios evocaran la voz ausente, cuyas CORNELIO HISPANO: Así lo creía, desde las aulas, el joven esvibraciones, grabadas en el alma, insepara: tudiante, ilusionado por aquel ambiente de bles de la correspondiepte imagen moral, Plegaria sobre el Acrópolis recogimiento donde, ávido de saber, abredespertarían con el recuerdo del ser queriSan Pablo en Atenas vaba insaciable en los dianantiales de la culdo, vivificando las palabras. También a nosTestamento tura. Pero en su explicable ofuscación no otros parécenos que se bace perceptible la Dedicatoria de la Vida de Jesús sospechaba la insalvable incompatibilidad voz que iota sobre cada una de esas cartas, Pensamientos que en un espíritu esencialmente crítico coal modo ideal de la armonía latente que conNoemi wo el suyo sobrevendşía al someterse a la serva, en su reposo, el cordaje de un arpa.
Neera disciplina teológica, o sea al hallarse frente Surgen de las páginas acentos trémulos, cáLa ciudad de Is al dilema entre la fe y la razón. Desde sus lidos, tímidos, persuasivos, sollozantes; y Elogio de la lengua francesa primeras cartas, por cierto, asovian los all.
algunas frases parecen estereotipadas por Fiesta de Brebat versarios, y con relieves tan individuales, las modulaciones.
Muerte de Marco Aurelio que asombra la inadvertencia con que el seDebatiéndose con su propia confusión y Examen de conciencia filosofica minarista fluctuaba entre ambos. La filosolas advertencias de la 16gica fraternal, el fía, abriéndole paporamas imprevistos, fué seminarista continuo insistiendo en su propara él como una revelación. Con su estudio En las ediciones de EL CON. pósito, vigorizando, a veces, su debilitada. comunicábale a Eoriqueta se progresa VIVIO.
posición, con argumentos tau sugerentes tanto en un año como el género humano en como este. Leo ahora con placer extremo un siglo. Se ve a las cosas de uu modo tan Precio de la serie: 61. 50.
las obras filosóficas de Malebranche, el más diferente, se reconocen tantos prejuicios y En oro am. 50 ctvs.
bello soñador y el lógico más terrible que errorts allá doude no creía verse sino a la jamás baya existido. Encuentro en ellas upa verdad, que se estaría tentado a abrazar un doble alegría: Malebrariche era sin duda un escepticistio universal. terminaba en zón y tu conciencia puedan ayudarte a re atrevido pensador, y sin embargo era sacercargando a la hermana una peregrinación a solverlas! He vivido bastante, te amo como dote, más aún, miembro de una congregala tumba de Kant. Al misno tiempo, el esun corazón devoto sabe amar, y, en conse ción religiosa, y vivió tranquilo en una épotulio del bebreo pulía en sus manos el cuencia, we abstengo de aconsejarte en esta ca en que el concurso de la autoridad secular demoledora.
circunstancia. Si anteriormente hubiese de. y el espíritu del siglo concedían mayores El dilema fué previsto, ep cawbio, por pendido de mí guiar tu carrera, yo no me exigencias y mayor poder a la autoridad Euriqueta. Desde el prinier momento, an.
hubiera contentado con dejarte una libertad eclesiástica. Buscaba ejemplos, como se ve, gustiosapiente, tuto apte sus ojos el drama completa, pues tú no eras todavía sino un para justificar su causa, y al mismo tiempo, inevitable, y adividando que la única salva uiño, considerando necesario resistir mucho como lo atestigua su correspondencia, apli.
ción estaría en dilatar la irrevocabilidad de tiempo, antes de ceder a los gustos que ma caba su espíritu de análisis a la teologia doguna decisióu prematura, tomó por aliado al pifestabas. Hoy obro en forma distinta, por mática, rebelándose contra las sutilezas ecle.
tieinpo. Su corazón maternal abrió las alas que te creo dotado de una razón superior siásticas. El peligro evidente para Porique.
tutelares con intiina esperanza. comenzó la de tu edad y siento que es preciso que tu ta consistía, pues, en que al avanzar en su. su obra con esquisita diplomacia.
determinación nazca únicamente de ti y no carrera y comprometerse más a cada nuevo «Tu carta, Ernesto mío escribíale, con de convicciones ajenas. Pero, mi buen Er paso, llegara un día el honrado seminarista testando a la primera eu que el semiuarista nesto, este es un motivo más para suplicarte sacrificarse en aras de una deuda inoral, confesaba sus propósitos es el objeto de que no te apresures en un asunto de tal imaun advirtiendo intelectualmente su falsa mis continuas reflexiones, desde que la be portancia. Espera a ser hombre y capaz de posición. Por otra parte, la conquista de una recibido. Involuntaria neute me estrenezco juzgar tanto lo que rechazas como lo que, situación económica ideutificábase en su áni.
leyendo las cuestiones que se agitau en tu aceptas. Aun cuando persistieses en tus ac mo a la conquista de un sereno refugio esespíritu, y al pensar que estás librado a esos tuales opiniones, no te sería slempre pece piritual; y la ilusión de la madre que soñaba graves peusamientos en una edad en que la sario adquirir la experiencia de la vida antes verlo sacerdote, contribuía, además, a vo vida es, por lo común, indiferente y frívola. de encargarte de conducir en ella a los de desyiarlo de la senda iniciada. Sólo Enri.
Siu embargo, a pesar de toda mi ternura más. en una carta posterior, condensan queta, desde lejos, vio los hilos secretos de por ti, no puedo sentirme sino feliz, al verte do en una frase su dolorosa experiencia per la trama; sólo ella, sobreponiendo su amor encarar seriamente lo que tantos otros juz, sonal, respondía a los ensueños del hermano: fraternal a toda consideración que no fuera gan con ligereza u obedeciendo a las pasio Una vida de soledad para sí, de consagra la felicidad del hermano, podía hablar, y Des de su corazón. Sí, mi buen amigo, los ción hacia los otros, de independencia con hab16, con su acostumbrada delicadeza y primeros estrenos de la vida tienen una in respecto a todos, sería, ciertamente, la rea. rectitud, en todo momento. Que divguna Auencia, a menudo irreparable, sobre toda lidad de los sueños de un alma generosa; consideración sobre el interés de tu familia (7 arola Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica