158, 2017 Repertorio Americano Borbones, este hombre encuentra re basta allí sosegada, se transforma en cio. Al fiu comienza. Pero el primer poso y serenidad de alma para escribir coliseo irritado. Todo el mucdo grita. párrafo es ya una descarga.
un ensayo de psicología o de crítica Los diputados de la extrema izquierda Trubán, le gritan unos. Salop, literaria?
saltan endemoniados. En las curules vociferan otros. Es intolerable que Porque sus motiues no hiperbo. del centro manotean los republicanos. up diputado nos waltrate así, profie.
lizo. de la cámara pueden contarse en la extrema derecha León Daudet, ren algunos.
por número de sesiones. Daudet es de sostenido por los aplausos de sus co. Bajo la granizada de protestas, la los primeros en llegar al hemiciclo. rreligionarios, increpa sirado a los so. sonrisa de Daudet se transforma en Entra lento, parsimonioso, casi siem cialistas o al mipis rio en pleno; su mueca. En aquel momento su voz es pre con un pañuelo. ea la diestra. Las voz, por un prodigio que la lógica no una espada de mil puntas, tal el bría tribupas públicas estáo ya invadidas sabría explicar, pero que acaso nos con que recbaza los ataques y el arte por una multitud elegante donde los definiría la psicclogía de las multitu Goico de herir a varios do dirigiénsombreros femeninos, variando en co des, logra dominar el mare magaum. dose sino a un solo contrincante. Es lores y formas hasta lo imprevisto, su. Qué prestigio, que misterioso acento una esgrima del verbo, luminosa, im.
gieren de pronto la idea de un vasto de convicción ardiente tienen sus pa. petuosa, tao diestra en la riposte como campo de carreras en día de moda. labras que de tal modo todos, aúo vigorosa y hábil en la parada. y de El diputado se sieota, y, maquinal. sabiéndolas quemantes como brasas, pronto, sin que el espectador sepa mente, se cruza de brazos. En ese gesto hacen silencio para oirlas?
exactamente en qué momento pi debi.
automático hay, más que una actitud Unos minutos después de haber ter. do a qué fenómeno, oo resuena más de espera de resignación, algo impa. minado su protesta o su vituperio, re. eco que el de su palabra. El furor de ciente como un reto. Parece decir a los uace el desconcierto. Es que nueva la ola se hizo atención casi respetuosa.
colegas que van ocupando sus puestos: mente, aprovechando alguna coyun. El que ahora habla do es el jefe del Empezad pronto, que os espero. tura imprevista, llamó a Briand traidor partido realista, el exaltado secuaz de Sin embargo, no penséis que este de la patria y dijo que era preciso mooseñor el duque de Orleans, que hombre irascible se deleita en actitu. fusilarlo como a Bolo, o acusó de mal. grita colérico a todos los vientos la des descorteses o plebeyas. Nada más bechores al grupo de los anticlericales, urgencia de retornar a la monarquía, opuesto. Se. observa en él una exqui o disparó, contra los a lateres de Ca. tampoco el áspero diarista que a la sita elegancia de maneras,. upa com. chio, un vocablo que la corrección mañana siguiente renovará el léxico postura distinguida que efectivamente impide repetir. Raúl Péret agita la tendencioso. En su expresión se adi.
contrasta con la acritud que desple. campanilla, se enrouquece, golpea con vipa la gran fuerza oculta de un sin.
gará más tarde. Pero vemos que no upa régla la mesa presidencial y al cero patriota, del convencido de una hay en su empaque ninguna pose lar presentir que su honorabilidad corre causa utópica tal vez, pero defendida gamente estudiada.
el riesgo de zozobrar en aquel mar con obstinaciones de iluminado. Los que sólo lo conocen a través de tempestuoso, y que nadie obedecerá siempre que Daudet abandona el cam.
sus escritos se lo imaginan alto, fuerte, sus imperativas llamadas al or po de lo personal, de la agresión diarrogante, en un perpetuo desenfado den, decide coger su chistera y, so recta, para entrar en el más vasto do.
a lo Cyrano. Pero no. Pegueño, re lempemente, cubrirse. La sesión ha mipio de lo doctrinario, sin perder po choncho, con una extraña nariz de co. terminado. Los labios de Daudet, sar obstante el tono duro del heresiarca, torra, upas manos regordetas, casi di dónicos, amargados, continúan son. el congreso lo aplaude o escucha re.
minutas, León Daudet más bien parece riendo.
flexivo. Porque acaso nada se impone un colegial en días de asueto, Con Cuando le toca hablar desde la tris con más fuerza a la admiración de los todo, su frente no nos engaña. Es upa buda, los escándalos son todavía ma. hombres inteligentes, que un magoí.
frente de pensador, amplia, apcha, que yores. Apenas la presidencia anuncia fico alarde de energía puesta al servi.
se adentra en el cráneo como una su turno, uo inquieto murmullo pue. cio de una convicción, como si los franja luminosa, perdiéndose en los bla la Cámara. Los socialistas, los versos de Edmuodo Rostand, surcos grises de la cabellera. Tampoco caillautistas, los republicanos del cen. utilité de la colére, pos equivocamos al mirar su boca, tro, todos, en fin, salvo una minoría Des belles chutes et des sauts donde se cristalizó una sonrisa desen. de veiote y tantos realistas, quieren cantada y amarga. Hay en ella una impedir su discurso. De aptemaco debieran aplicarse, más que al agua, contracción desesperada, despreciati: saben los diferentes grupos que el ora a los grandes parlamentos.
va, que 110 desaparece en los instantes dor clamará contra ellos, que los in. El auditorio adivina que el violento de calma, y menos cuando alguno de sultará sio piedad, sin reticencias. acusador de hace un instante se ha sus apóstrofes desencadena la tormed. Daudet cruza los brazos sobre el pecho trausformado en portavoz de muchos ta en el recinto cameral.
según su costumbre, mira friamente ideales nacionales, en intérprete de Cuando sus adversarios, los Marcel hacia las tribunas y en esa actitud almas. Cuando desciende de la tribu.
Cachín, los Lafont, los León Blum, napoleónica, de calma aporente. es.
na, sus amigos lo abrazan coomovidos.
los Herriot, los Aristides Briand, con.
pera que el presidente inponga silen. Raimundo Poincaré (el único pres.
sumen up urno, él escucha atenta: tigio político que León Daudet ha mente. En su pupitre no hay jamás combatido sin poner en práctica su una carta, ni uo periódico, como si Doctor Constantino Herdocia teoría de las polémicas ad personas le este literato quisiera dar a entender a sigue hasta su banco con una larga sus colegas de Francia y. de otra mirada fraternal y paternal en la que MEDICO CIRUJANO parte, que un representante debe asis.
parece leerse: tir a la cámara para darse cuenta de Enfermedades de los ojos, oídos, nariz y Lastina de muchacho que con lo que digan sus compañeros y no para garganta. Horas de oficina: 10 a 11. 30 a.
tan bello talento no quiera defender y de a S, contiguo al Teatro Variedades.
leer los billetes de la cocinera o de la idea republicada.
otra señora de intimidades. Daudet no Toléfono número 1443 Así, el más odiado de los diputados pierde ninguna ocasión de interrum.
franceses, es el más admirado.
pirlos, de lanzarles chirigotas eo vene. Lea el REPERTORIO y recopadas, de cortar el curso de sus ideas, J, DE LA LUZ LEÓN; si ideas hay. entonces la asamblea, miéndelo a sus amigos.
Paris, 1923.
De la Facultad de Medicina de Paris Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica