REPERTORIO AMERICANO He pasado frente a una carSu sonrisa triste rito surge y avanza en la escena telera; me he detenido; he la cara triste, con sus ojos anleido un cartel. No, no; no está Evocación aqui lo que yo busco. En la chos, expresivos, con su boca grande, boca que sonrie y Hora próxima vez, seguramente que De ABC Madrid la vez, de Rosalía de Castro.
sí estará. Han pasado seis, ocho que ahora, en este minuto, dias. De nuevo paso ante una al escribir estas lineas, veo al valla, en que hay colocados vagran poeta, allá entre las nieblas rios carteles; uno de ellos en de su tierra nativa, en el silenpapel amarillo hace que me cio profundo de la campiña, en detenga un momento; voy leuna ventana, desde la que se yendo una larga lista que figura divisa un reducido cementerio en él; no está tampoco lo que que se extiende bajo un cielo yo esperaba encontrar; en los ceniciento, plomizo.
periódicos, ocho dias más tarde. Acabará por entrar Rosalia tampoco encuentro ese nombre de Castro en los programas de que busco, en la gacetilla de recitaciones poéticas. Ha enun espectáculo. pasa un mes; trado ya, y yo padezco en este el cartel amarillo vuelve a apamomento una alucinación? si recer en las vallas, en las carentrara, alguna vez, en esos teleras; seguramente que ahora programas. tendria yo el valor si que voy a dar con este nomde asistir a alguno de esos fesbre tan ansiado para mi. Si, no tivales de la poesia? El valor!
puede faltar; antes había sido Si, el valor. Qué cosa tan fina, un olvido el no ponerle; además, tan sutil, tan quebradiza es la es preciso poner otros nombres; siempre no podrá figurar el que poesía lirica! Se nos asemeja un yo busco. Pero ahora es tiemtransparente y delgadísimo vidrio de Venecia. Cada poesia po ya; es tiempo después de tiene su ritmo peculiar; no el tautas semanas, de tantos meses ritmo de la medida externa, sino de ausencia. tampoco ahora otro interior, escondido. ese figura ese nombre; la contrarieritmo lo va percibiendo el lecdad en mi se convierte en una tor a medida que va leyendo, sorta irritación. Es que no allá en lo más hondo de su es.
merece este nombre figurar enpiritu. Si leyéramos en voz alta tre los demás nombres que aparecen en esos carteles? En las esa bella poesia lirica, ese ritlistas de nombres hay algunos mo no podria ser percibido; el ilustres; otros son sencillamente ruido y la inflexibilidad de las palabras, estorbarian al ser reestimables; algunos responden a una obra mediocre, mala. Por citado. Con palabras dichas, qué el nombre que yo busco no Rosalía de Castro pronunciadas, 110 podríamos perha sido incluido en ninguna de cibir ese ritmo. Necesitamos el esas listas? Acaso sea sólo casilencio; es indispensable la paz, sualidad la tal omisión; espere modo no dar entrada en ellas colección publicada en España; el sosiego, la inmovilidad, para mos un poco; tengamos pacien a un verdadero, exquisito poeta? se publicaba en Inglaterra, en que ese ritmo se produzca y cia; el nombre ansiado acabará podía pasar la omisión, po Oxford; pero, al cabo, el triunfo gocemos de él con profunda por surgir en los carteles. dian ser disculpadas las colec era evidente; la injusticia se voluptuosidad. Cómo acordar pasan meses, anos, y el ciones ordenadas por gente ig. hallaba reparada; por primera ese ritmo de la poesía lírica, nombre no surge. Pobrecito norante de nuestro Parnaso. vez, Rosalía de Castro, la grande tal o cual poeta; ese ritmo nombre! Pobrecitas la realidad Pero. y en eruditos tan excep de y querida Rosalia tan granque creamos nosotros, que es poética, sentimental, trágica que cionales como Menendez Pela de y querida como Marcelina tanto nuestro como del poeta, corresponde a ese nombre! Du yo. en hombres de gusto tan Desbordes Valmore, entraba en con el ritmo que de ese mismo rante muchos, muchos años, ese delicado, fino, como este queri las antologias de poetas espapoeta va a darnos con arte nombre no ha podido figurar en do maestro? De este querido ñoles.
maravilloso, si una recitadora?
las antologías de poetas; durante maestro, que hacía anos, muchos Forzosamente habrá una dispamuchos, muchos años, los histo anos, que citaba y elogiaba obras al correr del tiempo, otra ridad entre nuestro ritmo y el riadores de literatura espanola tan desconocidas del gran pú vez el olvido y la injusticia torque se nos ofrezca en la recihan pasado ligeramente sobre blico y de tan subido valor nan a rondar el nombre de Rotación.
ese nombre. Se formaba una poético como El Centauro, de salia. No he visto ese nombre colección escogida de poesías; fi Mauricio de Guerin.
entre los poetas que suelen for Tal vez Rosalia de Castro se guraban en esos volúmenes poe los esfuerzos, la insistencia, mar los programas de las gen halla bien en cuanto a las retas ilustres, excelentes, acepta la reiteración en la advertencia, tiles recitadoras de poesias. Fi citaciones públicas en los limbles, mediocres; el nombre de la perseverancia en la protesta guran en esos programas poe bos del olvido y de la preteeste poeta era siempre olvida de un escritor, hicieron que, al tas ilustres; otros que no lo son rición. acaso veamos mejor do. El olvido era irritante: la fin, en una antologia, una anto tanto; otros que son jay! re lejos del ruido de las voces, del injusticia que se cometia con tal logía de poetas, figurara este conocidamente mediocres. clamor de los aplausos, su sonsilencio era absurda y ridicula. magnifico poeta. No estaba esa nunca de los limbos de lo prete risa melancólica, la sonrisa trisSi en esas antologias figuraban te triste y bondadosa de su tantos poetas vulgares. de qué Azorin ancha y expresiva boca.
coronada de gloria. Está viva antes de ocuparnos de ellos, es el águila de Monterrey y de todavia, por las Antillas, la estela menester repetir lo que el pro Chapultepec, el águila de López del paso de Marti. y cuán po pio Marti dijo de ellos, a saber: y de Walker, apretaba en sus cos son los que dejan estela!
garras los pabellones todos de Comienzan los editores la «Mis amigos saben cómo me la América? la agonía en que publicidad de las obras de Marti salieron estos versos del cora vivi, hasta que pude confirmar con el tomo que corresponde a zón. Fue aquel invierno de an la cautela y el brio de nuestros los versos. Con motivo del re gustia, en que por ignorancia, pueblos; y el horror y vergüenza ciente Congreso Panamericano o por fe fanática, o por miedo, en que me tuvo el temor legiy la inauguración del monumento o por cortesia, se reunieron en timo de que pudiésemos los cua Marti que durante el se veri Washington, bajo el águila te banos, con manos parricidas, fico, dichos versos resultan de. mible, los pueblos hispanoame ayudar al plan insensato de una curiosa, casi misteriosa opor ricanos. Cuál de nosotros ha apartar a Cuba, para bien único tunidad. Son versos de genio olvidado aquel escudo en que de un nuevo amo disimulado, de que no es posible pasar en silencio; pero por el momento y José Vasconcelos la patria que la reclama y en ella se completa, de la patria hispanoamericana, me quitaron las fuerzas mermadas por dolores injustos.
La mano tiembla al copiar estas dolorosas profecías; así temblará el alma entera a medida que sigamos la lectura de los Versos Sencillos del maes. tro cubano. Ellos son la estructura apenas pulimentada de un pensamiento que el misnio poeta define como espada hecha de luz de estrellas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica