José María Zeledón

316 Repertorio Americano EL DEBER DE AMÉRICA Por JOSÉ MARÍA ZELEDÓN (Leído en una velada del Comité de Dawas pro Santo Domingo, en la ciudad de New York)
la casta del político, ya desaparecida, sólo será un recuerdo penoso de otra vida que pasó como un vértigo para nunca volver.
El deber de esta América que babla en lengua española está escrito en las tablas de una ley, de una sola ley que es alma y compendio de prolífica acción: mantener su dominio limpio de tiranía y alzar la alta conciencia de su soberanía frente a las amenazas de la extraña agresión. Ya no son lo que fueron los Estados Unidos, en todas nuestras tierras largamente temidos por su inexcrupulosa y ultrajante expansión; maniatada su fuerza por otra fuerza interna que es grande y poderosa, que es justa y es eterna, sufre todos los síntomas de la disolución.
Porque todos los pueblos que a la gigante boguera del viejo mundo fueron, por convicció3 sincera o por negocio, traen el fuego veogador, y en sus propios incendios irán cayendo todos, en diferentes épocas, de diferentes modos, mientras rugen en torno los vientos del dolor.
Amazonas gentiles de la raza indo liispaua que en estas soledades sois la alegre campana que repica en las fiestas de la resurrección, yo os saludo y os riodo mi lírico homenaje y pongo en vuestras manos el fraternal mensaje de otras gentes que viven vuestra misma ilusión, La América española que apellidan latina, y que yo llamaría la América Divina por su temperamento cálido y soñador, bace tiempo que pasa sus noches intrauquilas, clavadas en el Norte brumoso las pupilas entre las epilepsias de un iomenso terror. ese terror gratuito, que es mengua de la raza más heroica que nunca tuvo en el mundo plaza, tiene su origen en una fatal incomprensión de las fuerzas vibrantes que la América encierra, fuerzas que se debaten, ociosas, en la guerra fratricida, que ha sido nuestro eterno baldón.
No es cierto que inferiores en el esfuerzo sean nuestros pueblos a esotros que arrogantes pelean la lucha diaria, armados de infatigable afán; no es cierto que la sangre tropical adormida carezca de aptitudes para vivir la vida del derecho que es boora, del decoro que es pau.
Naestros trabajadores venidos a este suelo dan en todos los campos donde ponen su anhelo muestras insospechables de una rara aptitud; tanto, que si tuvieran la sórdida codicia que almacena caudales en arcas de injusticia, acaso más pujante que el Norte fuera el Sud.
Lo que nos hace falta para ser pueblos sanos es elevar la lucha de pequeños gusanos en que nos debatimos, a un plano superior; inteligencia habemos, corazón y energía, tenemos arrogancia, no tepemios porfía, nos faltan entusiasmos y nos sobra valor.
Los políticos, esos que en la túnica santa de la Patria han jugado con civismo que espanta la vida de sus pueblos. la vida es el honor. son de puestras desgracias los únicos culpables; ellos son en la Historia los grandes responsables de haber hecho senderos para el conquistador.
Cuando el deber se yerga sobre tanta vileza y en el suelo de América la vencida nobleza recobre al fin los fueros de su lernioso poder, La hora que el destino marca a los despotismos. llámense cacicazgos, llámense imperialismoses para nuestros pueblos hora de redención; limpiemos de sus manchas nuestras lindas banderas y hagamos que florezcan en dulces pripaveras todos puestros abuelos en un solo pendón; No por la vieja senda de las revoluciones que cual los despotisoios brutales, son turbiones que arrasan los cultivos de nuestra dignidad; no por las algaradas que son virtud y vicio, sí por las enseñanzas de un hondo sacrificio que es el mejor cimiento para la libertad.
Esta labor no es obra de místicos ui locos, esta labor es obra de unos pocos, diuy pocos hombres de pensamiento, de decoro y de acción que con la hoz cortante del Derecho en las nianos, sieguen las oprobiosas vidas de los tiranos que mantienen los pueblos en la desolación. así que nuestra América su deber de esta liora cumpla, en la propia lengua jubilosa y sonora que heredo del bizarro combatiente español, podrá (lecir al uundo cou gallarda ufanía que en los vastos dominios de su soberanía. por siempre respetados nunca se pone el sol.
vidos por la competencia y la hooradez. lado y de la explotación sistemática tico que si vuelve a adueñarse de la acrisolada y no por hombres rechazados del tesoro público en una forma u cosa pública dará al traste con todo, por la conciencia pública.
otra. Apoderarse del organismo oficial sin esperanza de reacción favorable para hacerlo servir a sus pasiones reac. para nuestros principios. Muchos esCómo se engaña a los cionarias y a sus apetitos voraces es el tadistas, muchos oradores insignes, pueblos.
esfuerzo diario de aquel Proteo polí. notables abogados, veteranos de la lucha cívica, son un peso muerto hoy PRODUCE inmensa pena ver como para la marcha del partido. No hablan, en provincias, y en las aldeas y en ROGAMOS no contribuyen para la vida política los más pequeños lugares, se explota en forma distinta de su adhesión es.
mañosa, artera y vilmente la buena fe a los suscritores de provincias que nos trueudosa al que triunfe. Cuánto bien política de los humildes luchadores, de indiquen el cambio de residencia en estos podríau hacer a la República y a su los leales adeptos, de los hombres meses de verano. Con ello nos ahorran partido si tuvieran la independencia de buenos y laboriosos que no conocen muchos números que, extraviados, suelen carácter de. que les dan ejemplo de del poder otros gajes que los del sacri perderse. Tiempo y dinero y reclamos tu vez en cuando algunos camaradas!
ficio, y a quienes, sin embargo, se turos nos ahorran con la atención que les hace servir de sustentáculo del pecu pedimos. El Dia. Barranquilla. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica