304 Repertorio Americano REPERTORIO Historia de tres gorriones tramos por vez primera frente a verda. ralidad que Chaucer, como puestro iban creciendo tan aprisa, que algunas deros caracteres, frente a hombres arcipreste de Hita, no cree incompa noches, al llegar al nido, todos pen.
vivos, variados e individuales, que se tible con la religiosidad más acendra. saban en que dentro de poco ya no diferencian entre sí por la indole de da. Uno y otro piensan que sólo Dios iban a caber; y aunque lo pensaban los sentimientos, de las costumbres, es quien nos gobierna, y que debemos todos, ninguno se atrevía a decirlo.
del lenguaje mismo. Chaucer observa reconocer su intervención en todo Sus presentimientos no llegaban a esos caracteres, estudia esos hombres asuntg terrenal, aunque, como acre quitarles el sueño; pero cuando los y pone en relieve suis notas diferencia. ciepta Coignard, sea temerario y a padres y los hijos cerraban los ojos, les. De aquí un espíritu nuevo, con. veces incongruente pretender seguirle había uno que no podía dormir. Era sistente y viril, que coloca a los Cuen muy de cerca. Porque, siendo univer el hermano aventurero. Las estrellas tos de Cantorbery en la fase inicial de sal, se halla presente en todo género le llamaban en el inisterio de la noche; una crisis de la poesía europea. los de eucuentros, indudablemente subli. los ruidos lejados eran invitaciones poemas y novelas de corte francés, mes por la conducta que Dios observa que sólo podía escuchar él; y le con.
engendros indolentes y monótonos, en ellos, pero obscenos o ridículos por la movían tanto la soledad, las sombras, siguen los versos y narraciones inu. parte que en ellos toman los hombres, y la amplitud del espacio abierto, que pregnados de realismo, de naturalidad, úvico aspecto que se nos muestra y las alas se estremecían de impaciencia de vigor descriptivo y de alegría pla. único también que a Chaucer encanta. y le costaba trabajo contenerse para centera. De aquí la inmoralidad de no empezar a cantar.
algunas de estas composiciones, inmo(La Esfera, Madrid. Vela, herinaoito aventurero. Pasa el arroyo; pasa las montañas azules! Ve a decirnos lo que hay cuando se acaba el horizonte, y tráenos el oro del crepúsculo y una gota inilagrosa OS CUENTOS DEL de la sangre del Sol!
Escuchando esta voz, su cabeza loca, un día, antes del alba, alzó el vuelo.
No le volvieron a ver más. Dónde está nuestro hermano? les preguntabau. Es un hijo ingrato contestaban los padres. Se fué. aunque no se atrevían a defenderle, le querían más que nunca. Siempre que hablaban delante de ellos de algo grande, exPOR LUIS BELLO traordinario, maravilloso, se acorda.
ban de él. Así se perdió nuestro her.
El pájaro burgués. Tepian tanto deseo de ir lejos y de Recuerdos de la infancia.
mano el aventurero decían, que no ver cosas nuevas, que las horas se les quiso vivir como un gorrión vulgarı, stos eran tres pájaros tres go.
hacías siglos, y a veces enterraban el rriones que habían crecido jud pico en el oido y cerraban los ojos de En busca de una poslción social.
tos, como buenos hermanos, al calor desesperación para no ver con cuánta de las niismas plumas maternales y al lentitud camioa el Sol.
Ellos, sí, los pobres, vivieron como amparo del mismo nido. Romper la correspondía a pájaros de su clase.
Nuestro hermano el cárcel del cascarón, piar, acurrucarse Uno era tan gris, tan gris, que parecía unos contra otros y luego acometeraventurero terrón en los surcos, nudo de corteza se. todo lo aprendieron en el mismo Volaron. Vosotros, lectores, no sa en los árboles, pella de barro entre las día. iQué inocencia la de aquellas pri. béis lo que es volar, porque nadie tejas; y en su propia insignificancia, meras horas infantiles de plumóp sua tendrá la pretensión de comparar sus vivía feliz, sin que nunca le ocurriese ve, el cuello largo y desgarbado y el primeros pasos con esa alegría loca de nada que valiera la pena de ser con.
pico voraz. Quién dijera que pueden soltarse en el aire y bendirle y subir tado. El otro llegó a ocupar una gran caber luego tantas picardías en un hacia el cielo. Además, cuando noso posición.
gorrión!
tros damos los primeros pasos no te Imaginaos que un día se entró por Cuando los tres hermanos se que. nemos conciencia todavía, mientras los balcones de aquella casita blanca daban solos, no hacían más que fap que los gorriones saben que toman que desde pequeño se le antojaba llena tasear. El pido era muy chico para posesión de un elemento suyo. Em de granos de trigo y de migas de pan.
ellos, y desde la rama del árbol veían pienzan a vivir, con más malicia que ¡Era tap blanca, tan limpia! iSubía el viñedos, olivares, casitas blancas lle. nosotros y calculan muy bien la pro. humo de la chimenea todas las maña.
pas de trigo y de miga de pan, y una porción entre el vigor de sus alas y la nas con tal regularidad, que para el cinta de plata, up arroyuelo bordeado distancia del nido. Si veis un pajarillo el bienestar y la abuodancia no podían de álamos que al amanecer hervían y párvulo en el suelo, nunca será porque albergarse más que allí! Entró por el cantaban porque les daba vida un se ha caído, sino porque le han tirado. balcón y fué a dar, deslumbrado, en pájaro en cada hoja.
Ellos no necesitan aprender de nadie el wantel que cubría una mesa llena Quién pudiera ir con ellos! la prudencia de contar sólo con sus de flores y de transparente cristal. iCalma! Iremos pronto. No pue. propias fuerzas.
Revoloteo y se birió las alas en un den hacerse todas las cosas de una vez, Volaron. Fueron de rama en rama. espejo. Había allí mucha gente, niños el otro hermano soñaba más, Descubrieron su árbol que, contra la y grandes, y todos se pusieron muy. Qué afán de juutarse todos en opinión de sus padres, era una cosa contentos al verle entrar. Desde lo el mismo rincón, como si no hubiera completamente pueva. su campo, alto del espejo, reflexionó: más mundo que el que veis desde su alameda junto al arroyo. iQué Estoy ya dentro; no me puedo aquí! Cuando tengamos fuerzas iremos bien se vive así. De día, vuelo libre; marchar. Estos señores no tienen aire mucho más lejos y veremos de poche, pido caliente. amores, de hacerme daño; la mesa está llena Duevas.
riñas, amistades. Con esta felicidad de migas, y aquí no hay más pájaro cosas Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica