332 Repertorio Americano He dejado caer tu imagen de mi alma como un objeto inútil: ya no tengo qué admirar, qué adorar. Soy pobre y sola, ah. Qué será de mí. asirme a todo lo que pasa junto a iní, y que se queda; arrancarme al Destino, al Tiempo y al Es pacio.
Yo voy más lejos que los hombres; siento un destino fatal que me domina; estoy lejos de todos y de todo, adónde voy. Adónde voy. en la alegría de vivir; y calma, te derramas fecunda en la opulencia de los mediodías. Alnia inuensa, Natura. Toda mi alma. Con tu inquietud ardiente, en el dolor de la tormenta aciaga, con la paz de tus noches estivales, y la esperanza de tus mañanas. Alma inmensa, mi alma. Que contiene todas las fuerzas de la Vida. Alma que no cabe en mi misma, y se derrama, para abrazar todas las formas en imposibles llamas. HERMANA. GABRIELA MISTRAL Hermana, toda uni alma se ensancha, se (ilimita para acoger la pena y el dolor de los otros: en ella toda vida solloza, gime o grita con mansedumbres de agua o reliuchar de (potros.
NOCTURNO Estío La noche, inmensa y palpitante, oprime su ardiente corazón contra vosotros.
Es tan hondo el latir de las estrellas que nuestro amor se ha yuelto luminoso.
El alma toda entera está suspensa de los labios de Dios. Se siepte, en torno, estremecerse la Creación. Escucha.
El silencio magnífico es de oro, pleno, como una música sagrada.
Que no roupa tu voz el armonioso concierto en que se funden nuestras almas; calla. 20 digas nada. estamos solos en la paz infinita de la hora.
Solos en medio del divino coro.
Abramos puestras almas al Misterio que se quiere explicar para nosotros.
La voz humana basta tu voz! es tosca: para expresar nuestro coloquio, dame tu mano y deja que mi frente busque en tu pecho varonil, reposo; nunca sentí más cerca de la mia anidarse tu alma. Leo en tus ojos la comunión espiritual que asía calla. el silencio es armonioso y pleno, como música sagrada. Dame el secreto de tu ser, Natura; dane el secreto de tu vida llana, luminosa y sonriente; sin estos bruscos saltos de energía; sin estas tristes pausas; dame el secreto de tus hierbas mustias que en perdurar se afanan; la armonía suprema de tus noches; tu dulzura y tu gracia; y la serena majestad que duerme en las pupilas mansas del ganado tranquilo y reposante que prosigue tu ensueño en sus miradas. Todo tiene un secreto misterioso que es fortaleza y calma; alma Natura, en donde está el secreto que me dé la armonía y la esperanza. Alma Natura, yo también soy una criatura tuya, débil y cansada. Dame el secreto de tu paz suprema y funde mi inquietud en tu mirada. Mi alma no es mía, hermana: es de todos. En ella yo soy como los otros, un huésped de mí (misma: mi dolor, mi alegría, dejan la misma huella que el dolor de los otros, al pasar por su prisma.
Mi alma no es mía: en ella cantan todas las dichas, lloran todas las (penas; es una noche abierta donde se abre una (estrella bajo las horas duras y las horas serenas.
Mi alma es una posada de todos los dolores donde encuentran asilo todos los infortunios.
Yo quisiera encerrarme, gozar sola mis flores, limitarme en mí misma, vivir mis plenilunios.
Días no me pertenezco. Soy de todas las cosas; la Vida ha roto el cerco que me individualiza; el Sol meinvade toda, me perfuman las rosas, y el viento airado o dulce por ella se desliza.
HE DEJADO CAER TU IMAGEN DE MI ALMA.
Gimo, canto, soorío, sollozo o me estremezco con toda la alegría, la miseria, el hastío de mis pobres hermanos. Ya no me perte. bezco; el corazón del mundo ba reemplazado al mío.
La noche, en nuestro corazón penetra como un inmenso corazón beodo.
Su perfume y sus apsias nos oprimen. en la sombra se agrandan nuestros ojos.
No sé si es en la Tierra en donde existo, o entre los astros moro.
Mi cuerpo es tan sutil como una nube.
Calla. el sileucio es una voz de oro. Se dilata mi ser en el Espacio como una flor magnífica de loto.
Calla. no somos dos. ya no existimos.
Nuestras almas se funden en el Todo. Soy una pobre cosa a las cosas sujeta por su más escondida y más profunda fibra: soy una pobre cosa que se alegra o se inquieta y con todos los seres intensamente vibra.
He dejado caer tu imagen de mi alma como un objeto inútil. Perdóname.
Una enorme tristeza me domiua, y sufro de sentirte disminuïdo en mí.
Mientras te tuve en alto, venerándote, tirabas de mi misma bacia tu altura, y me senti subir por este culto hasta tu altiva perfección.
He dejado caer mis manos fatigadas de sostenerte en alto. al descender, tu imagen me encadena y me arrastra contigo, a tu nivel.
Ab! el castigo diás grande del que olvida es el de mutilarse al olvidar.
Todo el amor está en nosotros mismos, toda la perfección. Debi adorarte porque me alzaste sobre mí; más alto que yo, y que tú, en soberauo vuelo; fuí en mi amor, más perfecta que yo misma, y más que tú, y aun más que los demás.
Fué más pura la atmósfera, más claro el cielo eu que te coloqué.
Yo respiré esa atmósfera y me hundi en ese cielo.
Todo mi ser tendido en esfuerzo supremo de belleza embelleció en tu imagen: y por ti.
subió hasta Dios.
HAY UN SECRETO OCULTO Por eso mi alma, hermana, es dulce y com(prensiva y refleja el misterio de todo sufrimiento: en la linfa serena, manantial de agua viva que se ofrece piadosa al ahsia del sediento.
Mi alma está toda abierta al alma de las (cosas, y nada me separa del Universo inmenso: soy toda la tristeza del viento, las ansiosas quejas del mar, la oración del incienso.
Hay un secreto oculto en el fondo profundo de las cosas. En dónde está el secreto de tu gracia, for perfumada del jardín soleado. Eo donde esta el secreto de tu fuerza, en donde está el secreto de tu calma buey apacible de pupilas maasas que reflejan la paz de lo Infinito en la serenidad de sus miradas. En donde está el secreto luminoso que hace vibrar las alas, y esparce en notas cálidas y alegres la palpitante música del alma. Alma inmensa, Natura. Multiforme, multiforme y sagrada, que estremece las ramas armoniosas con la inquietud del pensamiento universal e ignoto; las ramas agitadas y doloridas de la selva inmensa que renuevan su queja en la callada. hora de la melancolía. Mis manos lian dejado caer la Hostia Sagrada; y con ella mi alma también cayó.
Soy pobre y sola, no tengo nada más.
Lo que puedas decirme jamás será tan triste como lo es esta pobreza mía y este caer de tau inueusa altura.
La pena de las flores que se desbojan mustias, sin Laber dado nunca su perfume al Amado: el dolor de la perla ignorada, las angustias de la torcaz que ve su nido destrozado.
Amo todas las penas, inmensas o pequeñas de todas las criaturas miserables o altivas que de lejos me llaman con fraternales señas; amo todas las almas, generosas o esquivas: Amo todos los seres, amo todas las vidas en las que el sufrimiento pone su marca roja; quiero con niis dos manos restañar las he ridas, y euflorar las corolas que el rendabal des(loja.
Abi Dame toda entera al sufrimiento ajeno; ser la Ifigenia ardiente de uu sacrificio in(Dienso; elevar como un cáliz mi corazón, y lleno de su piedad, oblarlo entre nubes de in cienso. Alma cambiante y una: vaga y precisa, que inmortal te agitas con la gracia y la fuerza; en la llama del Poniente encendida; y en la noche dulcemente aquietada; que ríe la inocencia de la Aurora Tiras de mi lacia abajo, como autes me subiste lasta ti.
Soy pobre y sola, no tengo nada inás.
Dejé caer la gracia que en mí estaba, y mi tesoro, lo perdi en la mar. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica