190 Repertorio Americano la ropa.
queriendo protegerlo, a su hermanito ble, se quedó contemplando tranquila diversión y empezaron a querer aceramenazado. Se preguntaba cómo iría mente al sajeb. Este, muy divertido carse; pero el sajeb levantó la vara, y ella al Lat Sajeb. no, mejor sería del caso, se le acercó y le preguntó en salieron corriendo.
que escribiera a la misma Mayarapi, a bengalés. Tá lees en la pazsala. Con Nilmapi cogido de la mano, ver si ella rescataba los bienes del niño. El muchacho asintió con la cabeza, Sasi contó, desde el principio, la his.
iSeguramente, la Mayarani no permi. sin hablar.
toria del huérfano. Yoygopal intento tiría que el taluk de Vasilpuri que le. Qué patasks. lees. le volvió a interrumpirla varias veces, hasta que rentaba a Nilmapi setecientas cio. preguntar el sajeb.
el magistrado tropó colérico. iChop cuenta y ocho rupias al año, fuese Como Nilmapi no entendía la pala. rao. con la punta de su bastón or.
vendido!
bra pastaks, siguió mirando en silen. depó a Yoygopal que escuchara de pie.
Cuando Sasi estaba pensando en cio, en los ojos, al juez. Luego, entu Rabiando por dentro contra Sasi, ajustarle las cuentas a Upen, ante la siasmado, se fué a contar el suceso a Yoygopal se estuvo en pie, sin chistar.
misma Mayarani, su hermano cayó su hermana, Nilmani se apretaba contra su hermana enfermo repentinamente, con calentura mediodía, Yoygopal, vestido con y le oía pasmado.
y convulsiones. pantalones, chapkan (1) y pagri. fué Terminó Sasi, y el juez hizo unas Yoygopal llamó al médico del pue. a hacerle sus zalemas al sajeb, el cual, preguntas a Yoygopal; y oídas sus res.
blo. Sasi quería que le viera un médico por el calor que hacía, había sacado la puestas, guardó silencio un buen rato.
mejor, y Yoygopal dijo. Pero si Ma. mesa del tribunal fuera de su tienda, Luego se dirigió a Sasi: Buena mu.
tilal es buen médico. y estaba a la sombra libre, rodeado de jer, aunque este asunto es posible que Sasi se arrojó a sus pies, y le suplicó chaprasis (9. pleiteantes y alguaciles. no me toque a mí, esté segura de que jurando por ella misma. Entonces dijo El sajeb hizo a Yoygopal tomar una yo haré lo que pueda. Vuelva a casa Yoygopal. Bueno, se mandará por un silla, y le preguntó cómo andaba el con su hermano, y no tema pada. médico a la ciudad. pueblo. Sentado en semejante lugar Sasi dijo. Sajeb; mientras Nilmapi Estaba Sasi echada, con Nilmani en de honor, a la vista de todo el mundo, no recobre su casa, yo no me atrevo a sus brazos. El piño so la dejaba de Yoygopal se hinchaba, pensando en llevarlo a ella. Si usted no le protege mirar un instante, y se cogía a ella, lo que dirían los Chakravortis o los consigo, nadie salvará a mi hermanos, no fuese a escapársele con cualquier Nandis, si alguno de ellos viniera por usted. qué haría. le preguntó motivo. Aun dormido, no le soltaba allí y le viese.
el sajeb.
En aquel momento, una mujer muy Yo me iré a la casa de mi marido, Así se pasó aquel dla. Ya anoche. cubierta, que traía consigo a Nilmapi, dijo Sasi; por mí no hay cuidado. cido, vino Yoygopal y dijo que el mé. se presentó decidida al juez. Dijo: Sonrió el sajeb, y, como no podía dico no estaba en su casa, que había Sajeb, te encomiendo a mi hermano hacer más, decidió encargarse de aquel ido a ver a un enfermo, lejos. Dijo desvalido. iSálvamelol, desencajado, polvoriento y grave niſo también que él tenía que irse aquella El sajeb, al ver al muchacho cabe bengalí, tan pacífico y dulce, con su misma noche para un pleito, y que ba zón y solemne, con quien había estado cuello todo colgado de amuletos.
bía recomendado a Matilal que viviera hablando antes, y creyendo que la mu Cuando Sasi iba a despedirse, Niltodos los días a ver al niño.
jer debía ser de familia respetable, se mani se cogió a su vestido. No te Por la noche, Nilmani estuvo deli. levanto en el acto y le dijo a ella. Le asustes tá, baba; vente. le dijo el sarando. En cuanto amaneció, Sasi, sin ruego que paséis a la tiendas, jeb. Chorreando lágrimas tras el velo, reparar en nada, cogió al enfermito, La mujer contesto. Lo que tengo Sasi le decía. Vete con él, hermano se metió con él en una barca y lo llevó que decir, aquí lo diré.
mío, hermano de mi vida, que ya vol.
a la ciudad, a casa del médico. El mé. Yoygopal se retorcſa, livido. Los del verás a encontrarte con tu hermana. dico estaba; no había salido de la ciu. pueblo, intrigados, tomaron la cosa a Le abrazó, acariciándole la cabeza dad; y después de acomodar a Sasi, al y la espalda, y, soltándose de él, se cuidado de una viuda ya entrada en (1) Libros, palabra erudita. La corriente os boir (0) Levitóo.
alejó de prisa, mientras el sajeb le años, comenzó a tratar a la criatura. 9) Turbanto.
io Criadon. Notas de la dición inglesa. echaba el brazo a Nilmani. El niño lloYoygopal se presentó al día si.
raba más. Hermana, hermana mial)
guiente, hecho una furia, y mando a Sasi se volvió, tendiéndole el brazo su mujer que se volviera a casa, con con un ademán indecible de silencioso él, en el acto.
consuelo, y se fué con el corazón des«Aunque me hagas pedazos, no vol.
trozado.
veré. le contestó Sasi. IQueréis en.
tre todos matarme a Nilmani, que no Otra vez, marido y mujer se encon.
tiene padre, ni madre, que sólo me traron en la antigua casa familiar. ILey tiene a mí; pero yo lo salvarés, mensualmente regala entre de Prayapati!
Pero su upión no fue muy duradera.
IV sus clientes la FERRETERIA Poco tiempo después, se dijo una wa.
ñana por el pueblo que Sasi había DURANTE los fríos, el magistrado muerto aquella noche del cólera, y que giraba una visita al Mofusil, y puso la habían quemado al momento.
su tienda en el término de la aldea, Nadie hablo de lo ocurrido, mas que para cazar por allí. Un día, se tropezó con Nilmapi en el meidan. Los otros en premios de 50 u.
Tara, que a veces se ponía a punto de estallar; pero le cerraban la boca con chiquillos le dejaron paso franco, y no un «Callal hicieron más que cambiar un poquillo Sasi le había prometido a su herla copla de Chapakia, añadiendo (88 Si el número del tiquete de su mano, al despedirse de él, que volvejeb» a la lista de «los animales de ga. compra corresponde a las tres rían a encontrarse. Dónde se cumplió rra, colmillo y cuernos. Pero Nilmani, últimas cifras del premio mayor la palabra, nadie lo sabe.
el grave, con curiosidad imperturba. de la lotería, pase por sus cin.
cuenta colones. Hermes. Bilbao, Trad. Zenobia Cam(1) El Virrey. Ed. Inglosa. prubí de Jinénez. 500 colones 500 Miguel Macaya y Cía. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica