210 Repertorio Americano El encuentro ser un sufrimiento, di provoca en Del lecho en la paz profunda, ellos el cansancio o la indiferencia.
teniéndote así, me inunda La disciplina, suave, pero firme, los tan regalada delicia. Qué emoción tan vaga la de aquel encuentro!
orienta sin dejarse ver, ningún trabajo Subterráneamente resbalaba el tren, que por gozar de su calma la carne se me hace alma empezado se suspende sin haber visto y en borrosa fila por mi ensueño adentro y el alma se hace caricia.
el final, pero a eso no los lleva una las wemorias dulces del primer encuentro fuerza exterior, sipo la curiosidad como un tren expreso se fueron tambiéu. Recuerdas? Tu paso breve sobre la nocturna nieve sabiamente despertada y el deseo de ¡Cuánto, cuánto tiempo pasó desde aquella alegre repiqueteo vepcer un obstáculo.
charla deliciosa, que acaso ya esté puso en la dormida calle; Las horas de la tarde son dedicadas perdida en tu ingrata memoria de estrella dábanse cita en tu talle a la redacción, lectura y discusión de de café cantante. de la charla aquella la tentación y el deseo.
que empezó con tímidos contactos de pie!
uu cuaderno de notas en que el niño Nos encontramos, dijiste escribe şus observaciones y estudios aun eres la misma, dauzarina mía: Tal vez. cuando sobreíste, del día. Al principio no encontraban aun tienen tus ojos esa claridad y en el maoguito la faz lundiendo a medias. Deshecho de romanticismo, de melancolía.
gran cosa para contar, pero luego. Aun pudiera al verte temblar de alegría viento. Seguidios un trecho, con la práctica vino la habilidad y con y al abandonarte morir de ansiedad!
delante tu, yo detrás.
ésta el placer de escribir cuanto habían ¡Oh romántica excursión!
visto, hecho o aprendido por la wa. Ah! e reconoces. Con qué voz discreta Temblaba mi corazón ñana.
murmuras. Qué raro volverte a encontrar. como en los años mejores: luego, mostraudome el odioso atleta Ab! no: aquella no era una ensea ratos me parecía con quien vas:1 Mi esposo. Juan es el poeta ñanza libresca o de palabras. Un que mientras yo te seguía ruso de que a veces te he solido hablars, seguían detrás mis amores.
pedante cualquiera habría podido enredar a esos piños y probarles que no Al fin, cuando notas que ya Juan no halla Al fin, Broadway: claridad; qué decir; que yo opto por ponerme a leer: eran capaces de contestar muchas de en mi, vulgar ansiedad; con uva adorable sourisa canalla, torpe descoco en tus ojos; aquellas preguntas e revesadas que mientras tu marido taciturno calla, y el vil ajuste corriente son el orgullo de los examinadores le dices miraudome. Pues ¿sabes? ayer eu que pensé tristemente: oficiales. Pero en el curso de una coniqué pena de labios rojos!
versación con ellos, un inteligente se me encontré con Fanny yendo en un tranvía, y la di mil quejas (aquí alzas la voz luego pero ¿qué tienes?
habría sorprendido al ver su vivaci. y tu pie me busca) y dice ¿qué peso abruma tus sienes?
dad, el poder de recepción de su inte. llamado dos veces, pero que pedía vamos ¿qué tienes, pequeña?
ligencia, la atención que emanaba de Hárlem dos, tres, cinco. y es tres, cinco, dos. Lloras. Pobrecilla mía!
Ven, no te pongas sombría, sus ojos profundos y alegres de niños ven. así. soñemos isueña!
sanamente desarrollados.
Inútil decir que en «Novellar 10 ¡Pobres los dos! Peregrinos hay clases de canto ni de dibujo, pero que por distintos caminos Para ALFREDO ORTIZ VARGAS nos encontramos; y presos, que en canıbio se canta y dibuja; que en bambre tú, yo en lujuria, la Gimnasia ha sido reemplazada con Compañera, compañera nos hemos hecho la injuria iqué cruel es la noche afuera!
de traficar con los besos.
los juegos; que la moral y el civismo icomo silba el viento frío!
no sou enseñados, sino vividos, y que iy qué bien estoy contigo Vamos, ven, mira. Qué haces?
a sus alumnos podéis conocerlos en en este cuartito amigo ¿Por qué trémula deshaces que son alegres y bulliciosos, resuelque ni es el tuyo, ni es mío!
el tibio pudo tranquilo con que mi abrazo te asía?
tos, observadores y siempre ocupados Cuarto neutral de alquiler ¿Qué buscas. Qué pena impía en buscar el por qué y el para qué de por el que no más ayer guarda tu ceño intranquilo?
las cosas!
pasaron otros amantes; eu el que nos amaremos ¿Tu traje. Bueno iy qué hermosa Así nos pinta Mr. Eslander la «Es una noche, y nos iremos estás así, misteriosa, cuela del Porvenir) y algo semejante como otros se han ido antes.
deshecho el pelo, desnuda. están haciendo hoy las Escuelas NuePero ¿estás loca, pequeña. Qué pensativa es tu frente!
vas de Europa. Pero no es verdad que iC6nio se abre tu luciente ¿por qué tu mano pie enseña es un sueño realizable. Verdad que el precio y te quedas muda?
cabello de oro en la almohada!
muchas de nuestras escuelas, en espe.
iQué sugestión singular Esos billetes que oprimescial las de los campos, no están muy de un largo viaje por mar ¡Ah, los estrujas. y gimes.
tiene al mirar tu mirada!
y resueltamente luego lejos de Novellan. No ves? Paso ya el empeño los quemas. Pobre alma mía.
cómo te quiero! Estás fría.
TULIO GAVIRIA brutal que me hizo tu dueño; iy qué calor da este fuego!
de aquel abrazo sañudo Genéve, 1926.
vo quedao sino estos lazos DMITRI IVANOVITCR blandos que forman piis brazos (De Colombia. Medellin. Del tomo La ventana y otros poemas, San José de sobre tu cuerpo desnudo.
Costa Rica, 1921. que había Magdalena LA LIBRERIA ESPAÑOLA DE MARIA DE LINES San José y Cartago APARTADO DE CORREOS NO 314 TELÉFONO 38 TELÉGRAFO (LINES, Acaba de recibir: Blocks para cartas, Sobres, Tintas Stafford, Davis y Carter, Pasta blanca en tarritos, Goma Por cada correo se reciben las novedades literarias españolas y extranjeras Ultima novela de Hugo Wast: Ciudad Turbulenta, Ciudad Alegre. Léala Ud. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica