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Repertorio Americano FABRE exiguo y acérrimo, no ha de faltarle.
Maestro de escuela a los diez y ocho años, profesor de Instituto más tarde, consagra a la enseñanza los treinta sus mejores años de su vida. Pero, más que enseñar, estudia. El libro de la Naturaleza, generoso e inagotable, es EDITORIAL CALPE acaba de publi. qué hermoso hallazgo! Por la noche lo su texto favorito. Se casa, y su amor car en cinco volúmenes, editados cuento en casa. La abuela sonríe; los conyugal es fecundo, como su amor con elegancia y abundantemente ilus demás se burlan. Así va el mundo. a la Ciencia. Cada día, una nueva trados con dibujos y fotografías, un Siempre habrá gentes que se burlen verdad. Cada año, un hijo quevo. La extracto de los Souvenirs entomologi. de este encantador episodio. También miserable soldada con que el Imperio ques, de Fabre. Se concibe que sea las habrá que mediten sobre él. Seguido francés paga a sus profesores, no le ésta la primera versión española de la vida de Fabre, estudiad sus métodos basta. Hay que trabajar más para una obra semejante; que no haya ha de experimentación practicados día acrecentarla. Fabre interroga de día bido antes un educador ni un indusa la Ciencia, y de noche escribe lo que trial capaces de acometer esa empresa la Ciencia le ha dicho. Ochenta libros tan provechosa como noble? Sin em.
de vulgarización, aparte de innumerabargo, así es: los Recuerdos entomoló.
bles trabajos de investigación publica. gicos no han existido hasta ahora para dos en la Prensa científica, son el fruto la inmensa mayoría de los españoles.
de sus vigilias en estos treinta años de Han pasado muchos años sin que se su existencia. Sus descubrimientos so.
intentase incorporar a la cultura popubre la vida de los insectos le atraen la lar española un monumento científico atención universal. Darwin le consulta; que, por su claridad, su amenidad y Dufour, el más afamado naturalista su belleza, constituye un elemento de la época, le felicita; Duruy, el educativo de primer orden.
Ministro de Napoleón, futuro histoAprovechemos la grata circunstanriador de Francia, le halaga y se procia para decir algo de la obra y de su mete premiarle. Fabre no tiene más autor; no más que lo necesario para que una aspiración: la cátedra, la enmover a curiosidad al público y, en señanza superior. No ha de lograrla.
particular, a los maestros primarios de En su camino, angosto y rudo camino, nuestro país, los cuales podrían hallar que él mismo va labrándose sin más en la simple lectura a sus discípulos armas que la virtud, el saber y la perde los Recuerdos entomológicos un me.
severancia, se ha alzado un obstáculo dio docente cuyos resultados inmediaindestructible: la envidia, la igooran.
tos les colmarían de asombro.
cia y la ingratitud son sus naturales enemigos; y le vencen. Privado de la enseñanza, se retira a su Provenza y se establece en Orange. Allí ha de JUAN ENRIQUE Fabre murió hace pasar unos años aún, luchando como muy pocos años. Noventa, llenos de un forzado contra la pobreza. Allí trabajo y amarguras, pesaban ya sobre comienza a acumular y sistematizar sus hombros. Todavía duraba la emolos materiales para su obra imperececión que en el mundo civilizado desdera. Allí empieza a establecer su pertó su jubileo, reparación tardía, en 11. Eackie laboratorio. Vive rodeado de hijos y verdad, para quien tanto bien había de insectos. Hasta entonces, se ha hecho y tanto tiempo había soportado analizado el insecto muerto; labor de el frío abandono de su patria.
escalpelo que nuestro investigador desNació en un pueblo de Provenza, de JUAN ENRIQUE FABRE deña. El necesita hablar con el insecto humilde familia campesina. El futuro vivo. Ha surgido ya en su mente la revelador de las maravillas del instinto por día, durante casi un siglo, y ve. idea genial, la que hará de sus obseren los insectos tuvo en su niñez por réis que en aquel muchachuelo, espon vaciones no sólo una colección magní.
principal ocupación la guarda de patos. táneo y capdoroso analizador, estaba fica de revelaciones sorprendentes, Pero ¿quién sabe si en otro medio más paciendo el que Darwin, sobrecogido, sino un inmortal monumento filosó.
amable se habría embotado su paciente había de llamar «investigador incom. fico: quiere profundizar en el instinto espíritu de investigación? El contacto parablev.
de los insectos y saber qué hay de continuo con la Naturaleza libre y el Cuenta doce años, y ha empezado su cierto en la teoría del transformismo trato asiduo con las bestias se le esti educación apenas, cuando, consumada que ha venido a sustituir a la de la mulan y esclarecen. Un día el obser la ruina de su hogar, se alza ante el generación espontánea en el corazón vador tiene seis años se queda mi. otro problema más grave y pavoroso: anhelante de sus contemporáneos.
rando al sol, meditabundo. Se le ha el de vivir por cuenta propia. Piensa Rotas para siempre sus antiguas presentado un problema. Con qué en él mientras, mísero y desamparado, ilusiones, sólo una le queda. poseer gozamos de esa gloria radiosa, con la camina errante a la ventura de Dios; un rincón de tierra que no quiera boca o con los ojos. Abro la boca pero, iluminado por una llama ideal nadie, un trozo de campo solitario y cuanto puedo y cierro los párpados. que no ha de extinguirse sino con su hostil, incapaz para el cultivo, pedre.
La gloria desaparece. Abro los ojos y vida, va a parar a Avignon, en cuya. goso y erizado de maleza: allí estará cierro la boca. La gloria vuelve a apa Escuela Normal conquista una plaza su tesoro, porque allí está el paraíso recer. Repito el experimento con el pensionada.
de los himenópteros. Orange se le va mismo resultado. Es cosa hecha. Ya Empieza aquí la segunda etapa de haciendo imposible. Cuando sale muy sé que veo el sol con los ojos. Oh, su vida. El pedazo de pan, aunque de mañana en busca de alimento para Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica