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Repertorio Americano 235 y mi AMOR LA VIDA y mi amor al amor. ese blando refugio de sus brazos de armifio donde escondí mi frente con un pudor de niño en orfandad de amores y en gracia de fervor. Cómo olvidarla nunca si fué para mi vida el óleo perfumado que adormece la herida con la caricia intacta de una boca de miel, si en esa breve noche de viaje y de infortunio, bajo la dulcedumbre cordial del plenilunio me dio toda su pobre fragancia de mujer?
Yo guardaré su imagen tramada, en memoria, con el brillo satánico de esa ciudad de gloria: Ópalo de desgracias y sangre de rubí; ciudad que a la luz tenue de pávidos faroles como alumbrando aceros de dramas españoles, en una blanca noche de sortilegios ví. ha de servirme entonces de lenitivo encanto rememorar las notas de aquel fúlgido llanto con que sedajo mi alma la voz del CANTADOR plabendo el triste lance en que perdió a su dama al pie de un pintoresco balcón de melodrama, entre rumor de danzas y en hazañas de amor. El lugubre cortejo de pronto se deshace y junto al puerto anónimo que en esta sombra yace bajo la lluvia mansa me quedo a meditar.
El jardía que esta tarde cruza el sepulturero es un parque de otoño, espontáneo y severo donde las plantas crecen por voluntad de amor, con ese santo exceso de sa via contenida que viene de la muerte a prolongar la vida y es nido entre las tumbas y entre los cardos flor!
Nadie cuido en la rama las rosas que contemplo, nadie las ha cogido para aromar un templo o ceñir una frente o cubrir un altar; no obstante, se dijera que hubieran florecido para adornar la nieve de un tálamo de olvido o celebrar las nupcias de Ofelia con el mar. En cambio, hay en su tallos de porte egregio y fino la orgullosa conciencia de cumplir un destino al proteger las tumbas con su caricia fiel. Cuántas cabezas blancas vivieron sin amores por esperar que un dia cayeran estas flores y por beber las gotas de su funebre miel!
Impetuosas, ardientes, trémulas o furtivas, alternando en sinuosas guirnaldas sucesivas, esas flores son sueños que nadie realizó: esta violeta exangüe fué una queja escondida y ese clavel jugoso y cárdeno de vida fué sangre de lujuria que no brotó en pasión.
Así, todo renueva la tradición perdida y con lazos de rosas la tristeza que olvida y el dolor que recuerda se pueden conciliar.
Todo humano deseo a la postre se alcanza; ora de la ceniza, ora de la esperanza la fe renace siempre, ultima y tutelar.
Frente al jardín supremo donde la Muerte vive, en el instante adusto mi espíritu percibe latir bajo las hojas una muda ascensión es la fecuada savia con que el dolor se abreya: al hombre que la escucha le forja un alma nueva y una nueva esperanza y un nuevo corazón.
La bruma de la noche se levanta del valle.
Cierran el cementerio, iluminan la calle, la aldea entre las sombras se reclina a dormir y al descender al mundo del mundo que abandono, como un rey desterrado que dejara su trono, abdico de mis sueño y regreso a vivir. EL JARDIN DE LA MUERTE Es el otoño y caen sobre la estrecha vía en un pausado giro de fúnebre armonía las hojas de oro muerto que lleva el aquilon.
Eo un crestón abrupto se interrumpe la sierra y el cementerio surge del fondo de la tierra envuelto en la neblina de un ultimo crespón.
Calladamente vamos. La areua a nuestra planta cruje al andar. La brisa no se sabe si canta.
Hay mármoles sio nombre, dos cruces y un ciprés, arcángeles que lloran, epitafios que mienten.
Mis compañeros miran y parece que sienten que estamos acercándonos al trágico Después.
Es un entierro pobre. El sacerdote reza rápidamente. El viento, cargado de tristeza, nos rodea de nubes y el cementerio está dormido en la penumbra de su lenta avenida con sus praderas mustias y su ambición fallida de parque abandonado, silvestre y conventual.
Entre lamentaciones de sombras enlutadas sobre la caja angosta caen las paletadas de arena, y en las ramas empieza a gotear.
México, Julio de 1921.
La futilidad de una simple limitación de los armamentos Wa de las Naciones en Londres, estuvo discutiendo con toda seriedad si debía permitirse el uso de los gases veneno.
sos y el hundimiento de buques neu.
trales para hacer efectivo un bloqueo, así como también si sería conveniente POR WELLS abolir todos los perfeccionamientos modernos que se han introducido en el ASHINGTON, noviembre Pa.
que parecen abrigar la creencia de arte de la guerra. Se estudió también recería que por las circunstaq. que pueden continuar los diversos Es. la factibilidad de evitar preparativos cias tan peculiares que han mediado tados de la Tierra como soberanos e bélicos en secreto y las ventajas de para su reunión, la Conferencia de independientes entre sí, cual las bes. las sorpresas en campaña. como si la Washington debiera comenzar sus tra tias feroces en los bosques, sin nio. guerra fuese up mero juego deportivd.
bajos reconociendo la absoluta inutili guna regla común, sin ninguna ley Es muy difícil razonar con seriedad dad de discutir la limitación de los ar. común, y que sin embargo sea posible y respeto acerca de un proyecto de esa mamentos y la restricción de la guerra conseguir de ellos se presten a un con especie. Más bien nos septimios incli.
en ciertas direcciones, mientras que vedio para hacer la guerra en forma Dados a ofrecer algunas sugestiones de los diversos países conserven su sobe. benigna, después de un aviso previo y la misma índole que tendieran a perranía y la libertad de hacer la guerra, de acuerdo con reglas previamente feccionarle, como por ejemplo, que no y mientras no exista la sentencia con aprobadas.
se permitiera el comienzo o desarrollo cluyente y definitiva de un tribunal Semejantes ideas son tomadas en de las hostilidades, sino en presencia para poner fin a las disputas interna. serio por muchas personas, sin com.
de un árbitro o creferees de la Liga de cionales, que hoy sólo pueden solucio. prender que se trata de ideas fútiles y las Naciones, quien debería llevar cla.
Darse por medio de la guerra.
peligrosas.
ramente marcada en el pecho y en las Son muy numerosas las personas Por ejemplo, un comité de la Liga pierdas la Cruz Roja de Ginebra como Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica