328 Repertorio Americano Sobre unos versos de Rubén Darío corresponden estos otros: El señor Enrique Díez Canedo ha.
nuestro próximo número el texto inte.
ciéndose eco de una crónica que gro de la Epistola.
escribió Gabriel Alomar en «El Inpar En tanto trascribimos los versos cialo de Madrid, publica una nota, en suprimidos en las ediciones corrientes, el último número llegado de la revista pues en la pota del señor Díez Canedo «España, sobre una lamentable supre. dichos versos aparecen con erratas sión de diez y ocho hermosos versos importantes: de Rubén Darío, que los editores vienen En la tercera parte de la Epistola haciendo en el texto de la famosa Epis. según la división que trae el libro, tola a la señora de Leopoldo Lugones, después del verso 41: Tratándose de una omisión generalizada, pues la Epistola aparece incom.
mantienen, lo confieso, mis entusiasmos mudos: pleta, aun en las ediciones hechas en vida del autor, consultamos al respecto deben leerse estos dos versos: a nuestro querido maestro y amigo don Leopoldo Lugones. cuya señora posee si el sportmau es Petronio con él mis gustos los originales de la composición quien son; uos aseguró que los versos en cuestión porque si no, prefiero a Verlaine o a Villón.
no fueron suprimidos por Rubén Darío, En la cuarta parte, después del verso y que la ausencia de ellos en el libro final: se debe únicamente al descuido de los editores.
con un monte detrás y con la mar delante.
También nos demostró que la Epis.
tola aparece muy mal corregida y con deben agregarse estos seis: versos incorrectos. Así en la primera Veo el vuelo gracioso de las velas de lona, parte el verso 7, dice: y los barcos que vienen de Argel y Barcelona.
y la esmeralda de esos pájaros moscas, Tengo arbolitos verdes llenos de mandarinas; tengo varios conejos y unas cuantas gallinas.
En vez de: Y, conforme al poeta, tengo uu Cristo y un Máuser.
y la esmeralda viva de esos pájaros moscas.
Así vive este hermano triste de Gaspard (Hauser. fin de salvar todos los errores y dar una versión definitiva, de acuerdo a continuación del último verso con los originales, publicaremos en de la parte quinta. Que por ser tan antiguas se sienten tan ber mosas!
corresponden estos otros: Excúsame, si quieres, oh Juana de Lugones, estas filosofías llenas de digresiones mas mi pasión por Ramón Llull es pasión (vieja, perfumada de siglos de verso y de conseja, Núñez de Arce hizo un bello poema. Nuñez (de Arce, blancos pétalos sueltos del azahar esparce; mas Ramon Llull es un limonero de Hesperia injerto en el gran roble del corazón de Iberia, que necesita el Hércules fuerte que lo sacuda para sembrar de estrellas nuestra tierra des nuda.
Esperamos que nuestros lectores agregarán estos versos en El Canto Errante, libro que contiene la Epistola; y que los editores tendrán en cuenta el texto que daremos en nuestro próxi.
mo aúniero para las ediciones futuras.
En cuanto a la composición intitulada La bailarina de los pies desnudos, a cuya primera estrofa se refiere también en su nota, el señor Díez Canedo, señalando que aparece incorrecta en los libros: el señor Lugones que se la oyó al poeta, nos autorizó a confirmar que ésta decía así: Iba en un paso rítmico y felino a avances dulces, ágiles o rudos, con algo de animal y de divido la bailarina de los pies desnudos.
Por otra parte, el sentido de ia com.
posición y particularmente el del tercer verso, que es el que aparece incorrecto en los libros imponen la palabra divino. Babel, Nº Buenos Aires. Epístola a la señora de Leopoldo Lugones POR RUBEN DARIO 4 Madame Lugones, ai commencé ces vers En écoutant la voix un carillon Anvers.
Así empecé, en francés, pensando en Rodenbach, cuando lice hacia el Brasil juna fuga. de Bach!
Eu Río de Janeiro iba yo a proseguir poniendo en cada verso el oro y el zafir y la esmeralda viva de esos pájaros inoscas que inelifican entre las aureas siestas foscas que temen los que temen el cruel vónito negro.
Ya no existe alia la fiebre amarilla. Me alegro!
Et pour cause. Yo panamericanice con un vago temor y con muy poca ſe en la tierra de los diamantes y la dicha tropical. Me encantó ver la vera machicha, mas encontré también un gran núcleo cordial de almas llenas de amor, de ensueño, de ideal. si había un calor atroz, también había todas las consecueucias y reutajas del día, en panorama igual al de los cuadros hasta igual al que pudiera imaginarse. Basta.
Mi ditirambo brasileño es ditirambo que aprobaría tu marido. Arcades ambo.
a pesar de Nabuco, embajador, y de los delegados panamericanos que hicieron lo posible por hacer cosas buenas, saboreé lo ácido del saco de mis peuas, quiero decir que me enfermé. La neurastenia es un dou que me vino con mi obra primigenia. he vivido tan mal, y tan bieu, cómo y tanto. tan buen comedor guardo bajo mi manto. tan bueu bebedor tengo bajo mi capa. he gustado bocados de cardenal y papa. he exprimido la ubre cerebral tantas veces, que estoy grave. Esto es mucho ruido y pocas vueces, según dicen doctores de una sapiencia suma.
Alis dolencias se van en ilusión y espuma.
Me recetan que no laga nada ni piense nada, que me retire al campo a ver la inadrugada con las alondras, y con Garcilaso, y con el sport. Bravo! Si. Bien. Muy bien. La Nación. mi trabajo diario y preciso y fatal. No se sabe que soy cónsul como Stendhal?
Es preciso que el médico que eso recete dé también libro de cheques para el Crédit Lyonuais y envíe un automóvil devorador del viento en el cual se pasee ini egregio aburrimiento harto de profilaxis, de ciencia y de verdad.
ΠΙ II Mas al calor de ese Brasil maravilloso, tan fecundo, tan grande, tan rico, tan hernioso, a pesar de Tijuca y del cielo opulento, a pesar de ese foco vivaz de pensamiento, En fin, convaleciente, llegué a nuestra ciudad de Buenos Aires, no sin Laber escuchado a mister Root a bordo del Charleston sagrado; mas mi convaleceucia duró poco. Qué digo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica