Capitalism

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Repertorio Americano 229 (Lacelsior. México REPERTORIO LOS CUATRO como gia y sin exponer sus cuerpos al me momentos estudian sin poder resolver da a resolver los sombrios problemas nor peligro. el Capital, el Trabajo, el Gobierno y del Capital y el Trabajo, aniquilando En todas esas manifestaciones lo la Opinión!
a un tiempo al monstruo plutócrata y que más claramente se nota es cómo Henry Ford, a la vez que ha bajado a la bestia radical, pues su genio reacciona el espíritu social del bienes las tarifas, ha aumentado los salarios financiero no está introvertido en intar público amenazado. Es una reac en sic sistema ferrocarrilero!
saciable egoísmo, sino animado de ción tan enérgica de la fuerza vital He allí un financiero cuyo genio le fuerza centrífuga tal, que ya se vis.
del organismo todo, que garantiza a está dando visos de Apóstol; un pro. lumbra como posible, el sueño de la las claras, su superviviencia final. ducto humano modernísimo, que tra. Riqueza derramada como inextinguiSólo en los organismos débiles 19 yendo en la mano un Evangelio donde ble cornucopia, sobre toda la tierra, catarros se convierten en neumonias sólo hay números, va asumiendo los sobre todos los hombres, como el sol!
fatales. La sociedad como el individuo, caracteres del super hombre.
cuando es robusta, puede senquistar. Es como un Mesías que está revoNueva York, Noviembre de 1921.
como dicen los médicos, a los agentes lucionando armoniosamente al Mundo morbosos (así sean agentes de la Co. y cuya acción parece estar encaminamisión Agraria. al Capitalismo de igual manera que al radicalismo, a un Harrimano a un Schwab, lo mismo que a un Soto y Gama trasconejado.
Nueva York con sus autoridades OS CUENTOS DEL municipales se apercibe y se lefende.
rá como lo harán todas las demás ciudades de la Unión.
Millares de automóviles y de camiones suplirán a los trenes para acarrear los artículos de primera necesidad.
La leche para alimentar a los piños y a los enfermos, vendrá de las alturas, en alas de los ángeles, pues la traerán fotillas de aeropla.
POR AMANDA LABARCA nos. Pero entretanto el Invierno se acer STOS eran. cuatro ladrones. Se tos, a veces de él mismo, y aunque ca con sus nevascas y sus achomages. llamaban Pedro, Daniel, Juan y solían no creerle, a todos embelesaba que agravan miserias y desamparos. Ramón. No habían pacido de la mis su labia y su chiste.
La opinión pública identificada con ma madre, pero eran como hermanos, Eran cuatro, y una vez que un mo.
el bienestar de todos, prefiere que porque desde una vez que se encon cetón fué a pedirles que le dejaran pierdan los accionistas ferrocarrileros traron en la patente de Misía Carmen asentarse con ellos para seguir sus y no que el hambre haga sucumbir a y se contaron los cuatro sus grandes aventuras o ser su sirviente, unáni.
los trabajadores.
aventuras, se juraron amistad. Juotos memente dijeron que no. Nadie mere. esa poderosa opinión pública andaban por los caminos y juntos en cía juntarse con ellos, ni tenían necehará encontrar al Gobierno la acción traban a los poblados en busca de sidad de padie.
armoniosamente evolutiva, que deter hombres a quienes robar y de mujeres Mas sucedió que un día Pedro dijo: mine el equilibrio. Lloyd George ha que seducir. Jamás se vio caso de que Hoy he visto en la Placilla una dicho palabras de justicia acogidas ninguno de ellos riñera con el otro: muchacha que me ha gustado más que aquí con simpatía. Inglaterra no per se tenían grandes consideraciones y todas las otras juntas.
mitirá que ninguno de sus súbditos cada uno decía a quien le quería oir. Te la vamos a buscar, respondieperezca por miseria. que sus compañeros eran los más há. ron en coro los tres.
Entretanto, como un ejemplo y un biles ladrones de la comarca. Así fué No; no me gusta lo mismo que mudo reproche, para los torpes acu como los demás del oficio les cobraron las demás. Quiero que sea mi mujer.
muladores de fortunas, que por faltos ojeriza, les envidiaron, les odiaron, lo Los otros se miraron sorprendidos; de ciencia están provocando catástro que alzó más su orgullo, porque en ninguno se atrevió a decir palabra por fes, se levanta allá en Detroit la figu. tonces comprendieron mejor su fuer no turbar su amistad, pero dentro de ra admirable y venerable de Henry za. Desafiaban a los guardias y a los su corazón cada cual protestó.
Ford. campesinos: cada uno tenía en las ha. Tiempo después, la Meda llegó al El no es por cierto, un ciego y egoís. ciendas cercanas un refugio descono. campamento. No era bonita; sólo te.
ta acumulador de riquezas!. cido al que llevar a los demás en caso nía como todas las mujeres de la tie«En derredor de un rico hay muchos de peligro; pero esto no sucedió ja rra, unos ojazos negros que echaban pobres. decía el viejo pesimismo. más, pues eran calientes y audaces chispas.
pero en torno de Henry Ford, todo el como nadie. vivían felices.
Cada uno se preguntó que habría mundo prospera!
Eran cuatro. Pedro, el mayor, en podido gustarle a Pedro de esta muHe allí a un productor de riqueza los momentos de ataques era el capi jer: no era hermosa: ni tenía lindo que científicamente se ha elevado has. tán, a quien los otros tres obedecían cuerpo, ni parecía buena para nada; ta la filantropía, que facilitando a to ciegamente, pues habían probado su sin embargo, Pedro la quería y ella dos la manera mejor para resolver su sagacidad. Daniel era callado, apaci tambien a él.
bienestar, es, en cierto modo un «par ble en el reposo e intrépido en el com Dijo Pedro: tero de alması, un Platón desconcer. bate. Juan, hosco y recio, gustaba de Filomena, estos tres son Daniel, tante de este país pragmático, donde las palabras que golpean como latiga. Juan y Ramón, no nos criaron los la Mayéutica puede considerarse como zos. Ramón, el menor, alegre y di. mismos pechos, pero somos hermanos.
una aplicación de las fioapzas.
charachero, animaba a los otros en las tú serás la hermana de los tres, Henry Ford en sus ferrocarriles, ha largas esperas, contando aventuras contestaron.
resuelto ya el problema que en estos heroicas de los Pincheiras y los Falca. Si dijo ella seré la hermana de Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica