186 Repertorio Americano pensamientos a la sombra de los pláta. tros nos gustarían meditaciones siem. tarde se siente mover lentamente, con dos de Ateuas, orillas del Illiso; Kant pre resplandecientes, sin tintes opacos un leve temblor que sólo el espíritu meditó su sistema a lo largo de la Ave. de utilitarias intenciones. Mas, como percibe. Es el momento en que nuestra pida de Koeuisberg, bajo los altos tilos; exigir que nos desprendamos de la vida no nos pertenece, y los pensa.
Beethoven arrancó a la naturaleza, con gran legión de nuestros sentimientos? mientos se agigantan y adquieren una amor entrañable, el secreto de su des. Mejor que nuestras ideas, son ellos los amplitud desmedida y universal. Hay bordante alegría en el dolor. Nos será que abren el camino a nuestras predi. un silencio imponente, un maravilloso frecuente, al pensar en ellos, repre lecciones. Toda idea que llega a des. silencio que se ve bajar del cielo, junto sentárnoslos como si estuvieran en pertar nuestro interés debe estar aso. con el sol que desciende. se descu.
aquella actitud preferida.
ciada a un sentimiento, aunque sea bre en cada cosa, en el bosque lejano, El Espectador ha situado su centro remota e imperceptiblemente, como si en la montaña augusta, en la menuda cosmológico en el monasterio del Es. una invisible cadena fuera del corazón hierba y en el insecto que pasa, un corial. Algún día se dira;cuánto haya al cerebro, y, no pudiera existir un alma peculiar e inaprehensible, tan esinfluido en su serenidad el contacto pensamiento absolutamente desintere. condida y profunda como la nuestra.
de la austera maravilla, que por su sado. Ya vaya hacia afuera y se dé, ya Ninguna cosa tendría sigoificado para isola severidad y leyenda ha de condu se recoja hacia adentro y anide en nos. nosotros, si en ella no sospecháramos cir a la meditación. Nosotros no tene otros, todo sentimiento o toda idea la posibilidad de ser algo más de lo mos del tal monasterio sino confusas participará de uno o de otro impulso; que parece. esta posibilidad se rerela inenciones, referencias a él. Sabemos mas no podrá situarse en el justo límite en ellas mismas, y se realiza en nosoalgo que el mismo Espectador nos dice, tros; de manera que las cosas tienen ya del manto de espesura tendido a upa existencia en sí, un valor relativo, las plantas del edificio, modificando POR LAS VENTANAS y un sentido íntino, diferente y supe.
su carácter en sucesivas estaciones con el vario matiz del follaje «que es en En mi prisión oscura rior, un valor trascendente por el que tengo ventanas, se enaltecen.
invierno cobrizo, áureo en otofio y de abiertas a las luces Vemos a lo lejos la selva. Qué es la un verde oscuro en estío. ya del curvo de la alborada.
selva? Niogupa definición podrá sugebrazo que extiende hacia Madrid la aunque preso me encuentro rirnos su esencia de vaguedad miste.
mi vista abarca sierra del Guadarrama, y que del Esdesde el mar, a la estrella riosa, de majestuosidad sombría: tencorial se mira.
blanca y lejana.
drá que ser absolutamente externa y, Sucederá, y será lo frecuente, que Mi prisión tiene puertas, sobre todo, interesada. Sí, en cambio, El Espectador fije muchas de sus me.
pero cerradas. El Silencio las guarda reconcentramos nuestro espíritu en ditaciones lejos del vetusto monasterio; con siete espadas. eila, creeremos percibir que llega hasta pero nada importa: todos sus pensaCarcelero Silencio, nosotros un húmedo latido de profun.
mientos participarán de la grandiosa por las ventanas do misterio. la distancia el bosque austeridad del Escorial, origoroso immiro todo el Misterio, se siente por una impresión perfecta.
perio de la piedra y la geometrías, en que tú me guardas!
mente definida; mas si quisiéramos que nos dice haber asentado su alma.
CARLOS LUIS SÁENZ.
penetrar en él, no podríamos apre.
Costa Rica, 16. 921. Envlo del autor. sar su cambiante y azuloso espíritu. EL HILO DE ARIADNA El. bosque está siempre un poco más en que el mundo desaparece y comienza allá de donde nosotros estamos. De.
LA meditación es, por excelencia, la nuestro dominio espiritual.
donde nosotros estamos acaba de marforma abstracta del pensamiento. No Con todo, siendo lo abstracto lo que charse y queda sólo su huella aún sabríamos decir si es superior al tratado más se acerca al renunciamiento, y la fresca. Bosque o montaña o insecto perfecto, que va estrechamente a su meditación su forma adecuada, es obpueden representar, espiritualmente, demostración; pero es lo cierto que vio que en la meditación se llega al.
simbólicas emapaciones que tienen sig.
para nosotros tiene singular atractivo.
máximo desprendimiento, o que, por nificado en nuestro ser: hay una resoSu trayectoria no es la de la flecha, lo menos, se está lejos del interés inDancia entre nuestro espíritu y los ing.
como en el tratado; casi pudiera decirse mediato, de la finalidad práctica. El nitos espíritus que pueblan nuestra vida que no tiene trayectoria, sino que es pensamiento parte de una intuición paralela, fuera de nosotros. Si el espíun ir y venir por inesperados vericue.
cualquiera, se expande a todos los vien.
ritu, por su naturaleza absolutamente tos, sorprendiendo formas y matices tos, y adquiere una desmedida ampli sutil, sólo debe conocer lo similar, de nuevos y tenues, en una perpetua agi.
tud, abarcando en vuelo raudo; las colas cosas únicamente percibirá su esen.
lidad del pensamiento. La lectura de sas todas del cielo y de la tierra. al cia trascendente. Ni aun a puestra un libro, el vuelo de unas aves, un fin de ese vuelo magoífico, los infpi.
propia existencia debemos buscar sen.
hombre que pasa junto a nosotros, todo tido sino en las revelaciones de esa se tos pensamientos nos aparecen indisoes susceptible de despertarnos multilublemente ligados, como si, al entrar gunda vida, en la cual se elaboran ples e incoherentes ideas, que en un prodigio de inconsciencia van ligánen ellos, hubiéramos llevado el hilo de nuestros mejores desigpios, adquieren Ariadna entre los dedos.
realidad los recuerdos, y maduran dose entre sí. Todas las perspectivas nuestros pensamientos. Cuando recorson capaces de interesarnos, y en toda LA FUENTE SOTERRADA damos, apoyada la cabeza en la mano, cosa puede hallarse un amado secreto y sentimos que el recuerdo nos invade, de toda cosa puede venirnos una emo PARALELA al curso de nuestra vida, que viene a nosotros de afuera, como acaso sintamos que, oculta por la nie una nube azul, ligera y adormecedora.
El interés y el valor de toda vida no bla de lo impenetrable, corre una Un pensamiento olvidado, que ya suconsisten sino en un cambio perenne de segunda vida también puestra, pero poniamos perdido irremisiblemente, se perspectivas. Para el hombre que me. situada fuera de nosotros mismos. El nos acerca, solícito, un buen día, sin dita, el simple hecho de la vida tiene hombre contemplativo, amante del su. intenciones y sin motivos.
siogular interés. Se comprende, por premo ocio clásico, con frecuencia rę. He ahí como la meditación perfeceso, que no sea totalmente desintere.
moza su pensamieuto en aquella fuente ciona el obtuso septido, y por qué el sado en su meditación, aun siendo lo de aguas impalpables, que cruza a dos ser sensible encuentra en ella el más abstracto su feudo preferido. noso. pasos de él, y que, en la quietud de la puro goce. El espíritu se enaltece y ción pura. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica