Repertorio Americano 133 MUCHACHAS DE PROVINCIA «Susana vén, tu amor quiero gozar (LEHAR. Opereta La Casta Susana Muchachas solteronas de providcia, que los años bilvanau leyendo folletines y atisbando eu balcones y ventanas.
Muchaclias de provincia, las de aguja y dedal, que no hacen nada, sino tornar de noche café con leche y dulce de papaya. Muchaclias de provincia, que salen. si es que salen de la casa muy tepiprauo a la iglesia, cou un andar doméstico de gapsas.
Muchachas de provincia, papandujas, etcétera, que cantan melancólicamente de sol a sol. Susana, véu. Susana. Pobres muchaclias, pobres muchachas tan inútiles y castas, que hacen decir al Diablo, con los brazos en cruz. Pobres inuchaclia s!
De la ciudad podrida no llega un tufo a tu corral. Qué gratas las horas de tu vida, pues andas en dos patas como un orangután con alpargatas!
No en vano cabeceas después de un buen ajiaco, en el olvido total de tus ideas, si estás desa borido bajo un cielo que hoy tiene sarpullido.
Feliz en tu cabafia madrugas con el gallo. Oh, maravillas que oculta esta montaña de loros y de ardillas, que tú a veces contemplas en cuclillas!
Duermes en tosco lecho de palitroques sin colchón de lana, y así, tan satisfecho, despiertas sin galbana, refocilado con tu barragaua.
Atisbas el repuevo de la congestionada clavellina, mientras te anuncia un huevo la voz de una gallina, que salta de un jolón de la cocina.
iQuién pudiera en un rato de solaz, a la sombra de un caimito, ser junto a ti un pazguato panzudamente abito, para jugar con tierra y un palito. Oh, sí, con un jumento. dos vacas, un lechón y una cazuela. y esto parece un cuento del nieto de tu abuela. siempre te sabe dulce la panela! aun más: de mañanita gozas en el ordeño, entre la brunia, de una leche exquisita que hace espuma, y la espuma retoza murmurando en la totuma. Oh, no, nunca te vayas de aquí, lejos de aquí, donde te digo, viniendo. de otras playas, que sólo en este abrigo podrás, como un fakir, verte el ombligo! jadiós. Que te diviertas como un piteco cimarrón. iQuiểu sabe si torne yo a tus puertas lo cual cabe y no cabe a pedirte una torta de cazabe!
Puesto que voy sin rumbo, cual un desorientado peregrino, que va de tumbo en tumbo buscando en el camino cosas que a ti te importan un comino. UN AMIGO «Ahl amor coine mi lasci DANTE. Coino te han puesto, chico. La voz resquebrajada de piollejón que tiene tu unística mujer, te suelta cada frase que pide una trompada. tú, siempre apacible, como en la noria el buey, Quié alegre y camorrista. Pero hoy no vales nada. Oh, inútil nodigote pintado en la pared, recuerda que ung noche de bronca inesperada te ví matar a un yauqui por uy simple «Goddams!
Yo te lo dije. Pero te dió la rentolera inatrinionial, y; claro. No tengo cocinera. te gritan. te gruſen. Me comprás un corsé. luego lasta te ordevan con áspero gorjeo. 10 andar contigo. el hombre más malo y uiás ateo. Qué opinas? tú siempre como en la uoria el buey.
CROQUIS LUGAREÑO La rústica plazuela del poblacho parece bostezar. Una muchacha que porta una batea, va pregonando. Camarones frescos!
FABULITA Sobrio silencio campesino. Apewas surge la esqueletosa fatalidad de un buey. Sobrio silencio, y un gallinazo en una empalizada. Gelativoso el mar, el liorizonte de un invernal cariz panza de burro. en el poblacho, cantarida y pura, la voz alegre. Camarones frescos. Pax vobis. WILSON. ci Viva la paz, viva la paz. Así tripaba alegremente un colibri sentimental, sencillo, de flor en flor.
EGLOGA TROPICAL «Qué descansada vida. FRAY Luis de LEÓN el pobre pajarillo tripaba tan feliz sobre el anillo.
feroz de una culebra mapaná. Oh, sí, qué vida sana la tuya eu este rústico retiro, donde hay buevos de iguana, bollo, arepa y suspiro, y en donde nadie se ha pegado un tiro!
Mientras en un papayo reía gravemente un guacamayo bisojo y medio cínico. Cuá, cuí. Envlo del autor. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica