Bourgeoisie

48 859 Repertorio Americano POETAS DE COLOMBIA LUIS LÓPEZ Otras poesias del libro inédito que posiblemente se edite ea Costa Rica.
FABULILLA UN BODEGÓN NOCHE SENERA. aquel gran tigre cebado, que con saña se comía de noche y a pleno díalos burros de mi cercado. Oh, viejo bodegón, en horas gratas de juventud, qué blanco era tu hollín, y qué alegre, en nocturnas zaragatas, tu anémico quinqué de kerosín. Me parece que aun miro entre tus latas y tus frascos cubiertos de aserría, saltar los gatos y correr las ratas, cuando yo no iba a clase de latín. Pero todo pasó. Se han olvidado tus estudiantes, bodegón ahumado, de aquellas jaranitas de acordeón.
No vale hoy nada nuestra vida. Nada!
Sin juventud la cosa está fregada, más que fregada, viejo bodegón. La luva es un medio mamey: asonia detrás de la perilla de un inirador. el faro con brusquedad insólita lace guiños.
La silueta de un perro, fugitiva y elástica, en un muro da bdicamente un salto. esto asombra eu la calle a un policía.
se murió. Todo el ganado solípedo le temía cual teme la burguesía la zarpa del potentado.
Tigre viejo, sabio y fuerte, que a muchos agnos dio muerte y se murió como en broma, en la noche señera, en el silencio de la ciudad levítica, obsesiona y pide una pedrada la impertinencia erótica de un gato.
para que más de un jumento clamase con sentimiento. Murió como una paloma!
PARA VUESA MERCED IN MEMORIAM «Como dixo Aristoteles, es cosa verdadera. ARCIPRESTE DE HITA. SOTO BORDA 1919. Oh, si pudiera, poble camarada, darte de mi jardín rosas hermosas y olorosas. Pero jay! si ya mis rosas me las comí hace tiempo en ensalada. OH, MARAVILLA!
La altivez de la vela, la firmeza en la quilla, y el blancor de la estela. Oh, mnaravilla! El aliento yodado que trasciende a la orilla, y este oro derramado. Oh, maravilla!
La emoción del poeta con su alma sencilla en la tarde violeta. Oh, maravilla! en esta hora musical, bajo la luna, el agua brilla en un estuche de cristal: Oh, maravilla, ion, maravilla elemental!
ARTURO TORRES Rioseco (Culleno)
Pesia mí que non porto sino dieta para Vuesa Merced. Alguien me fizo bachiller, zascandil, avacoreta, dándole a mi yantar poco chorizo.
Dueleme situación tan incompleta, porque a la fin, eu acuitado hechizo, tórnome patizanibo sin muleta y con amén de uñero y pasadizo. De qué vale boy regar tumba regada. Tu madrecita en tardes dolorosas, te pondrá como frescas mariposaslo que no ha de poner mi carcajada.
Sin embargo, donoso compañero, casi me duele el corazón. quiero recordar aquel rancio ventorrillo, donde te conocí vencido y fuerte, y donde me dijiste al conocerte. Sirve un trago y me das un cigarrillo.
Dlas sabed, item más, señora mía, que mi amor, aunque pi ánima es agreste, non trata de facer cosa fullera, pues con la mi cuaresma en alcancía, iqué ha de haber según dixo el Arciprestejuntamiento con fembra placentera! REPERTORIO. nelia salía puntualmente los sábados, abrumada bajo una carga de talegos OS CUENTOS DEL llenos de ropa para entregar, limpia como la nieve. Hoorada como ninguna, jamás quiso marcharse antes de que se confrontaran las piezas con el apunte. Sus manos requemadas, casi negras, donde las venas eran como gruesos cables bajo la lustrosa piel, Una del montón tomaban las camisas y hacían potar la nitidez con que las entregaba: Por LUIS TABLANCA Ni extranjeras, advertía, ni ertranjeras las tendría usted mejores.
e qué covacha humildísima, salía? calentar la plancha, su cama y su Vea qué brillo de pechera, es ¿De qué zaquizamí del Paseo de baúl; un poco apartado del centro pero espejo. reía mostrando su deutaBolívar. De qué tugurio de las faldas dura completa, de piezas un poco en provecho suyo, pues gozaba de aire amarillas y largas.
del Guadalupe? Oyéndolo de sus labios, puro y de tranquilidad para el trabajo.
que no fueron parcos en el mentir, no Satisfecha de que se le creyera lo que iAb! Tienes dientes postizos!
era de cueva di cosa parecida sipo de decía terminaba Recuerdo de uno de mis hijos, que un cuartito muy aseado y muy cuco, risa. para qué contradecirla? Cerca. we la hizo cuando estudiaba la den.
donde tenía instaladas holgadamente o lejos, bonita o repugnante, lo cierto tistería. Más de veinte afios hace y su mesa de aplanchar, su hornillo para era que de su vivienda misteriosa Cor. está como el primer día. después un con una son Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica