232 Repertorio Americano eran. versallesços ya su sombra pasaba surge del nuevo ipfierno, con el rostro excelsas de la poesía con el fulgor de nuestra musa, luciendo las pomadas ardido como el del Dante, repitiendo tu llama y el poder invencible de tu dieciochescas y los falbalás espuman.
la frase terrible de Gwimplaine: ven entusiasmo. Alza la lira como una tes de las marquesas pastoras. Rubén go a deciros que la humanidad existe, palma, y cuando sea preciso como una Darío había dicho: mi esposa es de yo entiendo, señores, que la voz de espada, y sobre este crepúsculo como tierra, pero mi querida es de París; la lira tiene el deber de curvarse en una lámpara; sobre este crepúsculo, era una orden del incomparable maes forma de cáliz, para contener y san en cuyos cojines de sombra parece que tro. Así fuimos parnasianos con Le tificar tanto infortunio, que es común ya blanquea la deso udez del alba futu.
conte, místicos al modo de Verlaine, herencia de todos.
ra. No mires atrás como la mujer de hasta un poco diabólicos con Baude. Sin embargo, la lucha por un mejo 74 Biblia, de miedo de que te quedes laire: Fué el período simiesco del ramiento social, pada puede contra el inmóvil y de que la sal de la tierra afrancesamiento y del extranjerismo, encanto de la mujer, la dulzura amar. destruya los panales de tu bondad.
en que copiábamos los gestos de la ga del amor, la soberana diversidad Toma, sí, de nuestra emocionante cultura, sin compenetrarnos de su del paisaje. Acaso los mejores poemas, leyenda, los elementos substantivos sentido, como afirma la voz apostólica seguirán siendo aquellos que se torna que por su potencia categorica, pueden de Vasconcelos, en su vibrante con. solen con una lágrima o una sonrisa, fecundar el porvenir con una cosecha ferencia donde anuncia el advenimien o se perfumen con una violeta, o se de bienes, Conserva siempre fresca en to del gusto, como nueva norma de iluminen con el esplendor de la noche el relicario de tu alma, la sangre talislas relaciones humanas. Período nece. estrellada; las cosas amables cobran mánica de los sacrificios sublimes. No sario, a pesar de todo, para redimir el más suavidad destacadas en los negros olvides el gesto sagital de Cuauhtémoc, pensamiento de los viejos moldes y fondos de la tormenta. De todas ma el gritoodentor de Hidalgo, el ímpetu vecino a la parálisis bajo los clásicos peras, recordemos que si los cantos de orgulloso de los héroes. piños que desde pliegues de la capa española; a fuerza Homero han llegado hasta nosotros, la prócer roca de su martirio, volaron de usarla nos hicimos solemnes y en no ha sido por las riñas petulantes al cielo por caminos de sol. Levanta fermamos de solemnidad; período de que contienen, sino por sus definicio la lira bajo lo sagrada fronda de estos desconcierto y titubeo, como el que for nes poéticas de la naturaleza y la vida; recuerdos. Pero hazlo con ademán zosamente precede los primeros pasos el mar azul sigue poblado de sonrisas religioso y manos transparentes de del infante, pero loogánimo en bene. innumerables, como cuando la inocente sinceridad; como si con ellas, convulficios y fecundo en espirituales mara Nausica pone a prueba la legendaria sas de fe, ofrecieras tu mismo corazón villas. Gracias a él, hoy podemos in prudencia del malicioso Odiseo. a las potestadas del obscuro destino, tentar con nuestras propias fuerzas, Siempre gloriosa juventud, oye la para que la suave patria te bendiga y la ascención de la propia montaña, voz del tiempo que está cargada de te envuelva en la gloria de su propio acendrando en un canto más puro, presagios y conságrala en las formas laurel.
los frutos de nuestro dolor bajo los inmarcesibles follajes de la esperanza.
Gracias a él, la juventud que me escucha, y a la que me dirijo de preferen.
cia porque lleva la marca de Constantino sobre el corazón tumultuoso, POR RAFAEL LOPEZ puede fijar ahora la Rosa de los Vien.
tos en las clavijas de la lira y hacer os Juegos Florales continúan a la obtuvo algunas veces el primer predel vasto universo.
orden del día; se aclimatan fácil. mio, varias el segundo y nunca el Ignoro la influencia que las últimas mente entre nosotros con la esponta tercero. Bien es verdad que no todos vicisitudes humanas reservan a la poe neidad de ciertas plantas que echan pueden disponer del talento que hizo sía, y lo que aprovecharán los poetas flor en tierras cálidas y frías de igual excelso al segundo trágico de Atenas, de ese abismo de injusticia, de amar. modo. lo largo de la Mesa Central. Por lo que respecta a los poetas absogura y de sangre. El abandono celeste perfuma la eglantina de Clemencia lutamente infelices, cuyos poemas caen que ha quedado el mundo desde Isaura como en los claros días de Pro. yeron al cesto como las cabezas cerce.
que los poderosos organizaron con venza. La Flor Natural asune dure. vadas bajo la cuchilla de Saosón, allí ciepzudamente la muerte y la destruc zas de oro en sus pétalos de seda; más están bien; no hay que tocarlos en la ción sin la venia de la divinidad, es vigorosos que los cereales, resisten dramática inanidad de su estado insig.
manifiesto; es una evidencia descon. triunfalmente las ventiscas de la mala Dificante.
soladora que recoge la conciencia uni. estación y las heladas del corriente Es una contribución, fatal como el versal de las manos de la catástrofe. otoño. La Flor Natural está por enci. derecho de peaje que pagaban los Posible es que la lira cultive un mis. ma del mal tiempo y no la interesan caminantes de la Edad Media, el ticismo siu Dios, y que sólo merezca las discusiones petroleras. Me alegro suscribir versos para la tribuna cívica ese título por la gravedad y la vene por los poetas afortunados que tienen y para los concursos que suelen efecración con que se interrogue el alma la suerte de embriagarse con su glo tuarse en fechas faustas. Raro es el de las cosas; posible es que se con rioso perfume en la noche lírica, y escritor mexicano que no haya saluvierta en escudo de los caídos, de los por los que entrevieron su fulgor de dado con retóricas tricolores las som.
miserables, de los opresos; el sufri remota estrella en las penumbras del bras heroicas y que no haya peseguido miento de los hombres se solidariza accésit. En cuanto a los desdichados la perfumada eglantina con la concubajo el conmovido estímulo que le que apenas alcanzan una mención en piscencia del abejorro hambriento brindan los más grandes poetas, los la armoniosa justa, hay que consolar. atraído por la miel de una corola más altos filósofos y los pensadores los cristianamente, hablando mal del abierta. Una de las cosas que me per.
más insignes. hasta Anatole France jurado, para que no pierdan la espe siguen, con el remordimiento de un mella el diamante de su ironía en la ranza del desquite; y para que no se pecado de juventud, es no haber sadureza de la iniquidad, y un gran desanimen, es piadoso ocultarles la bido substraerme a la tentación de artista ruso en la novela, en el cuento fortuna de Sófocles, en los certámenes. esas gulas inútiles y que no cuentan y en la poesía, el insuperable Andreiew, Sofocles, al decir de sus biógrafos, para nada en el desarrollo de la obra LOS JUEGOS FLORALES que su pensamiento refleje el temblor Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica