258 Repertorio Americano Ni verso es de un verde claro y de un carmín encendido: mi verso es un cierro herido que busca en el monte amparo.
Mi verso al valiente agrada: mi verso, breve y sincero, es del vigor del acero con que se funde la espada.
Luego recordará al «padre profundo. a la hermana que adoro. Si quieren que a la otra vida me lleve todo un tesoro, illevo la trenza escondida que guardo en mi caja de oro!
ordenado y de base clásica, y en seña. tes madrigales, sino el de la misma lados puntos, reminiscencia de sus vida. La naturaleza es su cómplice.
relaciones con el parnaso inglés. Un Las cosas más comunes le sirven poé.
profano. y profanos ilustrados, que ticamente. parra en verso, con la los hay, confundiría tales redondi. sencillez de la prosa de los sucesos llas con la manera de Campoamor, usuales; mas con cuánta emoción copongo por ejemplo; pero la personali. municativa.
dad se descubre en seguida por la comparación, por el inesperado adjeYo visitaré aplielante tivo, por un hervor de tierra cálida y un los rincones donde a. solas estuvimos yo y mi amante relámpago que en seguida se revelan.
retozando con las olas.
Callo, y entiendo, y me quito Solos los dos estuvimos, la pompa del rimador: solos, con la compañía cuelgo de un árbol marcbito de los pájaros que vimos ini muceta de doctor.
meterse en la gruta umbría.
Habla de su saber, de su conociY ella, clavando los ojos, miento de las ciencias y letras de los en la pareja ligera, deshizo los lirios rojos hombres y dice que a eso prefiere la que le dio la jardinera.
caricia del aire fresco del monte; y La madreselva olorosa continúa, casi como en un pautum, cogió con sus manos ella, los versos en que eso declara. Así en y una madama graciosa, otros que siguen: y un jazmín como una estrella.
Odio la máscara y vicio Yo quise, diestro y galán, del corredor de mi hotel: abrirle su quitasol; me vuelvo al manso bullicio y ella me dijo. Qué afán!
de mi monte de laurel. Si hoy me gusta ver el Sol. Con los pobres de la tierra «Nunca más altos he visto quiero yo mi suerte echar: estos nobles robledales: el arroyo de la sierra aquí debe estar el Cristo, me complace más que el mar, porque están las catedrales. Denie al vano el oro tierno Ya sé donde ha de venir que arde y brilla en el crisol. mi niña a la comunión; a mí derme el bosque eterno de blanco la he de vestir cuando rompe en el el Sol.
con un gran sombrero alon.
Yo he visto el oro hecho tierra Después, del calor al peso, burbullendo en la redoma; entramos por el camino, prefiero estar en la sierra y dos dábamos un beso cuando vuela una paloma.
en cuanto sonaba uu trino.
Busca el obispo de España ¡Volveré, cual quien no existe, pilares para su altar: al lago viudo y helado: jen mi templo, en la montafia, clayaré la quilla triste: el álamo es el pilar!
posaré el remo callado! que es de oir al cubano ardoroso, al padre de su patria, al soñador de la estrella solitaria, al combatiente que moriría por las balas españolas, des.
pués de haber combatido con mente y brazo, contra la dominación española, hacer nobles versos a la madre patria opresora y enemiga: a la provincia en donde más encuentran afinidades sus sentimientos y su carácter: Para Aragón, en España, tengo yo. en mi corazón un lugar todo Aragón, franco, fiero, fiel, sin saña.
Si quiere un tonto saber por qué lo tengo, le digo que allí tuve un buen amigo, que allí quise a una mujer.
Allá en la vega florida, la de la heroica defensa, por mantener lo que piensa juega la gente la vida. si un alcalde lo aprieta o lo enoja un rey cazurro, calza la manta el baturro y muere con su escopeta.
Quiero a la tierra amarilla que baña el Ebro lodoso: quiero el Pilar azuloso de Lanuza y de Padilla. más cosas de fantasía, y de concordancias bellas, y de figuras que sorprenden, y de evocación, y de su.
gestión. Duermo en mi cama de roca mi sueño dulce y profundo: roza una abeja mi boca y crece en mi cuerpo el mundo.
Este americano singular había frecuentado a los cíclicos orientales y a todos los grandes poetas, de la tierra.
Por eso las palabras, las frases, los símbolos, toman en él en cuanto los expresa, un sentido de universalidad.
De pronto, es una asaudades, un recuerdo hondamente melancólico de un amor que pasó. El vasto patriota fué un formidable amante. Su lenguaje pasional no es el de los corrienEn la eclosión primero y en la reti.
cencia después. quién no mira la novela de amor dicha con modos filomélicos? luego, él concentrará lo que piensa de su vigor y de su gracia líricos, pues bien sabía, como todos los grandes conscientes, el valor de su verbo armonioso y melodioso: su dominación ideal y su ágil instinto de ave, según el instante, águila o ruiseñor.
Estimo a quien de un revés echa por tierra a un tirano: lo estimo, si es un cubano; lo estimo, si aragonés.
Amo los patios sombríos con escaleras bordadas; amo las naves calladas y los couventos vacíos. Si ves un monte de espumas es mi verso lo que ves: mi verso es un monte, y es uu abanico de plumas.
Amo la tierra florida, musulmana o española, donde rompió su corola la poca for de mi vida.
Mi verso es como un puñal que por el puño echa flor: mi verso es un surtidor que da un agua de coral.
Un nombre SOTILLO Después es la evocación de «un amigo muerto que suele venirme a verv, con ecos de balada nórdica. el cuento de «la niña de Guatemala. la que se murió de amor. Luego on cuadro semejante al de Sergent, una bailarina española, posiblemente la misma Carmencita, en Nueva York.
De esto y de otros temas os hablaré en un tercero y último artículo sobre Martí poeta.
RUBÉN DARÍO de garantía. al pie de su trabajo fotográfico. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica