246 Repertor lo Americano Todo un mundo vive en estos estantes de ingenua alegría, en la que una mano de ensueño me guía como si buscara las horas distantes de la prima para de mi fantasía.
Duermeu eu sus cajas nerviosas jaurías para que los reyes atisbeu venados y alegren los ecos de las lejanías, Hay amplios salones en donde es bien fácil bailar el minué; hay velos y ajorcas y etéreos crespones para que en las fiestas dauce Salomé.
Pájaros que ensanchan sus alas de cobre como si añorases contornos perdidos: aleros distantes; marquesinas sobre las que se deslustran los huérfanos nidos.
Hay osos polares, osos fatigosos; osos cuyos ojos son crepusculares, quietos, silenciosos, con ese silencio que aduerme los mares. Por qué, si soy hombre, se van mis cariños tras estos remedos de fáciles nombres. Será que ante el mundo de Dios somos niños, como ellos ante estas figuras son hombres? Niño de alba frente, de pupilas grises, di tú lo que quieres: te daré caballos para tus placeres, vapores si anhelas ir a otros países; un sable y un kepis que atraigan mujeres.
MANUEL SEGURA San José, diciembre, 19.
CUENTO DE NAVIDAD todas partes, aqur, allá y acula, ha.
IN todas partes, aquí, allá y acullá, ha.
ciéndole guiños trémulos, con el parPOR ALEJANDRO FERNÁNDEZ GARCIA padear fosforescente de sus orientes mágicos. En aquella luna y en aquella Oche de diciembre. La luna en mera, y la que feria en amor, que brisa, y en aquellos aromas, y entre vía sobre la ciudad la dulzura, lanza de sus ojos negros o azules, aquella multitud van las perlas revuel.
de su luz. La brisa corre por las calles, sobre la honda humana, sus encorva tas del disperso poema. entre todas mueve el ramaje de los árboles, des dos anzuelos, y el borracho que tam aquellas cosas vibrantes de la noche hoja en los jardines los cálices de las balea su borrachera hacia la taberna de diciembre, va cantando sólo para flores, y se lleva captarina y vagabuu. más próxima, y el pilluelo famélico y los oídos del poeta, su inefable armo.
da, su carga de sutiles aromas. La desarrapado que vocea su comercio nía, el Cuento de Navidad.
brisa fina y cantante en cuyo seno in ambulante. En dónde está ese cuento? El sabe visible se rompen mil melodiosos cris. Sobre la honda humana que va y que existe, que le rodea, que está muy tales, y la luna dulce y transparente viene, que fluye y reiluye, las campa. próximo, que está en el corazón de en cuya plata ideal se desmayan mil nas de todos los templos vierten su los que mira, que está en su propio lirios, se mezclan, se funden en algo claogorogo cantar. Lejanas y próxi corazón. su oído llega como un vibrador, etéreo y misterioso, que mas, de un campanario a otro, vuelan murmurar amoroso de mujer, como el forma la armonía de la noche pascual. las roncas voces de las campanas cató aletear de una mariposa encantada. cristales de brisa y lirios de luna licas, y tejen en el aire con sus mil El tiende los oídos y el alma por donque se rompen y deshojan, cantan notas, bárbaramente armoniosas, una de escucha el confidente rumoreo, por.
sobre la ciudad la doliente romanza de solemne urdimbre orquestal.
que el poeta es algo más que un artediciembre. aquellos cristales de bri. por entre la multitud que pasa, sano de rimas, algo más que un colec.
sa, y aquella plata y lirios de luna, y. todos en su tráfago y afán, pasa tam. cionista de frases, algo más que un aquellos aromas errantes, con habili. bién el poeta.
jar ero de palabras.
dad de duendes, han penetrado en las Para el poeta la noche pascual de El no inventá poemas de amor o de almas, y la población discurre hacia diciembre tiene su misterio que des. dolor; él no hace sino traducir la uni.
las plazas y los templos. Todos van, cubrir. El se ve rodeado de un vago versal quejumbre. El poeta es un ser unos alegres, otros tristes, quicues enigma y él aspira a encontrar su misterioso por el cual hablan los que melancólicos, tales, indiferentes; y clave misteriosa. Formas palpables de sufren, los que anhelan, los que sus.
todos recitan su interior poema, azul, ese vago misterio son aquel dulce ma. piran. El poeta es un ser fantástico a o rojo, o negro o gris.
pantial de plata que constantemente quien le acontecen cosas fantásticas.
La multitud invade las plazas y los Auye de la luna, aquella brisa canta Por eso cuando el poeta paseaba en templos y las calles. allí se confun. rina, en donde se rompen perpetua la noche de diciembre entre la turba, den todas las sonrisas y todos los ges mente mil cristales, aquellos aromas queriendo encontrar el poema invisi.
tos. Hay pupilas juveniles en donde errabundos en donde vuela el alma de ble de la noche pascual, se vió de el dolor ha puesto sus anémicos bri. los jardines, aquellas gentes indife. pronto solo, y de manera inesperada, llos, y envejecidas pupilas en donde la rentes o preocupadas que trafican, en una calle de la ciudad. La calle, alegría muestra aún su rutilante cen. aquel canturreo de campanas.
alumbrada por la luna, era una calle telleo; sonrisas marchitas en labios Todas esas cosas impalpables y de ensueño. De una de las casas, surfrescos y bocas ajadas con frescura de trémulas que deambulan y voltijean gía por las ventanas un caudal de luz, riвая.
en la noche de diciembre, son letras, y una orquesta famosa compuesta de pasa el enamorado que va hacia sou sílabas, son cifras, son frases trug. extraordinarios instrumentos, derra.
la casa de la novia con el alma llena cas, son retazos de palabras, que el waba en el ambiente sus deliciosos de amorosos ensueños, y pasa el an. poeta tiene que engarzar en el hilo de acordes. En aquella casa rica, llena ciano añorando días idos, y la mujer oro de su estilo, para construir el de wil luminarias, rumorosa de mú.
cuyo corazón es una campanilla de poema disperso, poema, que es casi sicas, atravesaban afanosos criados, oro, y el hombre taciturno cuyo espl. siempre meláncolico o triste.
llevando en fuentes de plata doradas ritu es un pudo de víboras, y el pre Diríase que al maravilloso collar de golosinas. Aquella casa era la casa del ocupado que enreda y desenreda la ese poema se le ha roto el hilo de seda niño rico, del niño rico que en aquella complicada malla de su intriga, y el o de oro que lo ataba, y las perlas ciudad como en muchas otras, tenía, soñador que mira como se desenvuelve andan ahora todas sueltas, y el poeta en esa misma noche de diciembre, su en vagos anillos el humo de su qui. tiene que recoger y enlebrar, una a fiesta de navidad. En la casa del niño Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica