38 Jier Repertório Americano CUENTOS REPERTORIO El nido del águila CA Las consideraciones que forman este aquellos centroamericanos que anhelan contra aquel insensato juego de vida artículo, escritas con motivo del Cen. una nueva. patria y la conciben a lo o muerte.
tedario de la independencia de las Ortega y Gasset. la patria, dice él. Es tentar a Dios exclanó, el cinco Repúblicas de la América Cep no es el pasado y presente, es algo cual, en su sabiduría, ha puesto lími.
tral, wapifiestan el entusiasmo y el que todavía no existe. es una tarea tes al poder del hombre, límites que buen deseo. que nos apiwa: hacia la a cumplir. un problema a resolver, nadie puede traspasar sin ser casti.
gran obra de educación que se desea un deber. gado. señalando el nido, añadió llevar a cabo. Han sido escritas con que Dios mismo lo había emplazado vistas al futuro y van dirigidas a todos (Envio del Autor. tan alto como señal evidente de que hay cosas que desafían todos los es.
fuerzos humanos. iPues saludable es que siempre OS DEL haya alguna decía que el pueblo jamás pueda alcanzar!
Entre los ancianos del lugar, el sermón del cura cayó en terreno abonado; pues no había casa que no contara con un hijo estropeado, ni familia que no llorase la pérdida del consuelo y apoyo a su vez. No obstante, parecía como si la abrupta cima (Leyenda danesa)
les atrajese con irresistible pujanza; pues corría ya de boca en boca la POR HENRIK PONTOPPIDAN noticia de que al siguiente domingo un joven de diez y ocho años, hijo AYENDO a plomo sobre un pequeño sin embargo, ninguno de ellos el arriesgado escalo.
vpico de una pobre viuda, intentaría pueblo, alzábase en la azulada logró poner su mano en el nefasto atmósfera abrupto peñasco, tau alto y nido. Algunos llegaban hasta el priEn la grande plaza de la iglesia, a desnudo, que ningún pie humano mer saliente del peñasco; pero, una la hora fijada, los habitantes del puepudo alcapzar su cúspide, y donde vez en él, se apoderaba el vértigo al blo, reunidos, hablaban bajo, contein.
una familia de águilas había construído contemplar, bajo sus pies, la aguda plando, a través de las veraniegas su nido. Sobre este nida Bjornstjerne flecha del campanario del pueblo irnieblas, las paredes de la roca en que Bjorson ha escrito una historia; pero guiéndose en el azul como el hierro de el joven había llegado al primer como la he oído contar algo diferente, una lanza. Otros llegaron hasta la saliente. Ni siquiera se detuvo; qui.
a mi vez la traslado papel.
segunda aspereza, casi a la mitad del tøse el sombrero y lanzando con todas Escuchad. camino; pero, al querer traspasarla, las fuerzas de sus pulmones un grito Sobre la cima de este peñasco re las capas pizarrosas se desmenuzaban de esperanza, saludó a su madre, que, pito una familia de águilas había bajo sus pies, y con celeridad vertigi. desgreñada y sollozando, arrodillada construído su nido, y desde lejanos posa resbalaban a lo largo de la al pie del peñasco, tendíale isus bra.
tiempos, tantos como pueda recordar. abrupta roca, rechazados, rotos sus zos. Al alcanzar la segunda aspereza, la memoria de los hombres, las águilas huesos y hendido el cráneo. Uno solo sentose el joven y, mientras se enju.
habían sido el terror de la comarca. alcanzó un día la tercera aspereza; gaba el sudor, midió con ojo certero Tan pronto caían sobre las cabras y pero, una vez en ella, cayó de im.
la distancia que le separaba del final ovejas que tranquilamente ramoneaban proviso de espaldas, como repelido del camino.
la hierba de los lejanos prados, como por invisible mano: Cual pájaro herido, Todas las miradas se fijarop en él, picoteaban los ojos de los pastores que atravesó el aire, desgarrándolo con cuando un instante después se le vió con sus palos intentaban defender sus ronco grito, rebotó de roca en roca, estrechar el cinturón y, con la lentitud rebaños. Sí; a veces hasta se apode. en fin, despedazado, en medio del de un gato, avanzar de nuevo, ayu.
raban de niños mientras jugueteaban pueblo.
dándose con las manos, puesto que el en la plaza del pueblo, leyantábanlos, Por esta época, un nuevo párroco peñasco, desgastado por las heladas suspendidos en sus garras, más alto llegó a la comarca, y cuando se enteró del invierno, volvíase cada vez más que la cima del peñasco, para desde de la loca lucha emprendida por los perpendicular. cada tentativa de allí lanzarlos y destrozarlos en su caída. habitantes contra las águilas, comenzó avance resbalaba; y los viejos bajaban Los audaces jóvenes del país soña. desde el púlpito a fulminar sus rayos la cabeza, mirando. con ojos de compaban siempre con el poble propósito de escalar el peñasco, para arrojar del nido a las rapaces, y volver la tranqui.
lidad al pueblo. Desde la infancia EL ORNATO DE SU CASA?
ejercitábanse en encaramarse por las HA PENSADO EN CASARSE?
paredes del peñasco, y a ésto se debía que no se encontrara por los alredores Pase antes al Taller de Ebanistería de otros hombres tan audaces y atrevidos como ellos. Era rarisinio quien pasara de los veinte años sin que, hubiese teptado el peligroso escalo del nido del águila, pues nadie los hubiera copsi.
derado hombres, ni ellos se habrían atrevido a cortejar de noche a una Frente a La Viña. muchacha sin haber probado su va. Parque de Morazán, SAN JOSE, Costa Rica lentía contra el invencible enemigo. AURIEL GALLARDO Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica