4 Repertorio Americano 135 cuentan maestros de tanto prestigio el barítono, en el segundo acto de aliento que se infunde de un pecho como Vicente Iody, opipao que Ca «Sansón. Empero, hay que confesar fuerte y vigoroso a esas gentes débiles muilo Saint Saéos no es precisamente que Camilo Saint Saens pone en todo y oprimidas: ai Arretez, o nies freres. un genio creador, sino un sabio com ello tal dosis de personalidad propia, Hay también la dulce canción de positor dotado de un talento excepcio que es bien difícil reconocer en su mú. las sacerdotisas que aspiran, al salir pal. Aseguran que él mismo parece sica las huellas de otras influencias. del templo, el embriagador perfume desconfiar, a veces, de sus propias ideas Todo depende, indudablemente, de la de la primavera joven. Voici le prin.
inusicales, y busca entonces las más maestría con que el gran compositor tempsı.
ricas vestiduras y los alardes más bri francés usa de los procedimientos in Pero está, sobre todo, después de la llaotes de su gran ciencia. De cual. numerables que tiene al alcance de su dauza de las sacerdotisas, aquella divi. quier modo que sea, todos consideran mano poderosa.
pa romanza de Dalila. Printemps qui upápinemente a Saint Saens conicaun Si se me diera a escoger, declaro commence. a la cual, a cuya seducgran artista que ocupa envidiable lugar que no sé cuál acto preferiría de los ción, a cuyos encantos, quién sabe entre los primeros músicos modernos, tres que componen el magistral poema cómo pudo resistir el héroe hebreo!
ya que irarísimo ejemplo! ha abordado de «Sansón y Dalila. Me refiero ex Si no existiera el abrumador dúo de siempre con gran éxito todos los géne. clusivamente a la parte musical, por la contralto y el tenor, en el tercer ros: el pianístico, el siofónico, el tea. que el libreto no me satisface del todo, acto, afirmaría que la romanza de Datral, el de cámara, etc. etc. y es, ade. y juzgo inoportuno decir por qué. En lila, en el primero, es el número de más de compositor de gran talla, una el primero hay dos fugas colosales: la obrap. Todo contribuye a su impon.
esteta, un sabio, un literato, un exi. una instrumental y otra vocal, que derable belfeza: la melodía que es poé.
mio «virtuosos organista y pianista, un sumergen al espíritu en hondas nedi tica, encantadora; iutensa y expresiva, sorprendente director de orquesta, en taciones místicas. Cuánta desolación a pesar de sus contornos vagos y poco fu, un hombre de inmenso valer, glo hay en aquellos lamientos del pueblo dibujados; el acompañamiento simpli.
ria de Francia y de toda una genean. oprimido! iCuánto fervor en quella císimo y rayano casi en la monotonía plegaria que se eleva al cielo formada de ritmo; su finalidad en el que se enSi se repasa la maravillosa partitura con los dolores, los padecimientos, las cuentran frases turbadoras y canden.
de «Sapsón y Dalila. se comprenderá angustias de aquellos desterrados! tes, saturadas de amor y casi de sen.
que Saint Saens, como todos los artis. Hay también las palabras de ánimo sualismo: el comentario final de la tas, sin excepción, ha tenido sus pre y de valor que dirige Sansón a sus orquesta, que se explaya en una frase cursores, cuando no sus modelos. Los hermanos; el bálsamo, el copsuelo, el sublime cuyo desarrollo, de, existir, críticos franceses, admiradores incon.
quién sabe hasta dónde hubiera lle.
dicionales del gran maestro, aseguran gado! Saint Saens sacrificó aquí todo, que es él nada hay que no sea enterahasta el aplauso y el éxito inmediato mente francés. No cabe duda que hay a su inspiración avasalladora; al delien ello alguna exageración: aunque el cado y hermosísimo efecto de armoni.
mismo Saint Saéos, se empeñaba en zación con que pone punto final al hacer creer a los demás, y a sí mismo, divido episodio de un poema. Un autor que enarbolaba su propio pabellón en italiano, Puccini, por ejeinplo, hubiera la plena revolución wagneriana, dracolocado allí una gran cadencia permática y musical, cuando exclamaba mensualmente regala entre fecta, de esas que arrancan indefectivalerosa y categóricamente. nunca he sus clientes la FERRETERIA blemente una explosión de aplausos.
sido, no soy, jamás seré de la religión Saint Saens se resolvió a no hacerse de Wagner. se siente en su música, ese reclamo, ibay que agradecérselo.
si no la ipfiuencia, cuando menos el mucho!
ejemplo del gran reformador alemán: Repito que no sé cuál acto preferiría principalmente en el empleo de las de los tres; pero estoy por decir que si progresiones armónicas, típicamente en premios de 650 u.
me viera obligado a elegir uno, tenwagnerianas y en el color, también dría que decidirme quiza por el se.
típico y marcadísimo de la misma gundo; por aquel en cuyo Preludio.
escuela, de no pocos efectos orques Si el número del tiqueté de su inician las maderas los horrores de la tales. También la escuela italiana compra corresponde a las tres tempestad atmosférica y espiritual que tiene sus claros reflejos en la música últimas cifras del premio mayor ha de describirse con vivos colores; de Saint Saéps: cito por ejemplo el de la lotería, pase por sus cin aquel en que Dalila, indecisa aún, aconipañamiento y algunos pasajes de cuenta colones.
prepara su traición; Amour, viens las voces en el dúo de la coutralto y aider nia faiblessen, y en la que el Gran 500 colones 500 Miguel Macaya y Cía.
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