Repertorio Americano 39 PRETEXTOS ዝe.
aún a la roca.
sión a la madre desvanecida en medio roca, destacándose en el claro azul del tento hendían la atmósfera de tal de un corro de mujeres.
cielo.
modo como jamás desde tiempos in Esto acabará mal murmuraban En aquel momento, las águilas muy memoriales se había oído. Solamente acercándose unos a otros. iRs de lentamente, atravesaban los aires. el párroco se retiró silencioso y cabiz.
masiado joven. demasiado atre. pero el joven, con un rápido movi. bajo.
vido!
miento, cogió las ramas del nido, y Sólo él po podía comprender aque.
Eu una pequeñia elevación del te. pido y huevos cayeron precipitados de llo. Treno, una joven de rubia cabellera, lo alto de la roca en las profundidades aislada de todos, con su corpiño en peñascosas. Las águilas, aterrorizadas, carvado, contemplaba la escena, cru. interrumpieron su vuelo; después, las ¡Y es que no hay nada eu el mundo, zadas sus dos manos a la espalda. dos. arrojando agudos chillidos y con por alto que sea, quie la voluntad te.
Varias mujeres del pueblo, al pasar rápido y ruidoso batir de alas, volaron naz y firme de un pueblo no pueda cerca, la miraban con torva, ceñuda de nuevo, desapareciendo a lo lejos. alcanzar un día!
faz, al saber que era la novia del en la pradera, los gritos de con. Crisol. Buenos Aires. audaz joven y precisamente la que le había pedido aquella prueba de su valentía y de su cariño. Indiferente a la ansiedad general y a la indignación que la rodeaba, seguía con la vista, sonriente, a su prometido, suspendido POR RAMON VINYES entre el cielo y la tierra; y en su lioda cara, tersa y acarmipada, leíase la cerCRITICOS FRANCESES necesario documentarse. El reputado teza de que sería su novio el que logra crítico de Le Temps, para su docura alcanzar lo que otro no pudiese ADIE como los críticos franceses mentación, echó mano a una obra de obtener.
está enterado de las cosas de su Margarita Moreno, que vivió en la De pronto, un grito partió de la casa, pero vadie como los críticos Argentina y que era lo imprescin.
asamblea. Subiendo rápidamente y en franceses desconoce las de los demás. dible escribió un libro sobre aquellas zigzag, el joven acababa de alcanzar Figuras eminentes, indiscutiblemente tierras. Como no. uno más. Adolphe.
la tercera y última saliente. Pero sus eminentes, como Anatole France, han. Brisson se aprendió en el libro que el fuerzas parecían agotadas. pesar de dicho tonterías al hablar de la litera. gaucho, después del trabajo del día, que no semejaba más grande que una tura de las otras naciones. Un día que tocaba la guitarra en la puerta de su mosca, distinguírsele agarrado le pidieron su opinión sobre los lite rancho, y que la pampa, era muy ratos españoles, Anatole France con. grande, mity inwensa, sin límites visi.
El que poseía mejor vista de los del testó: España tiene un gran escritor: bles, con inuchos rebaños, con mucha lugar, un hombre rodeado de un grui.
Blasco Ibáñez; un novelista regular: yerba. Una gran cosa la pampa! Con po de ansiosos, dijo sacudiendo tristePérez Galdós, y otro novelista ameno: esto, y con un medio argumento de la mente la cabeza: Valle Inclán.
obra, había bastante para salirse del. No volverá vivo. Está más blauco Marius André acaba de traducir el paso. Verdaderamente ponen a los que la cal y tiene las manos ensan. Polifemo» de Góngora. La Nouvelle críticos en apuros estas compañías grentadas.
Revue Fraocaise, revista de abo indígenas que tienen la ocurrencia de Silencio general se impuso. El joven lengo. dice que la poesía de Góngora ir a París! De la obra de Florencio erguíase de nuevo y el hombre citado tiene el empuje de las odas de Michelet. Sánchez, de su labor como dramaturgo, vióle cómo se estrechaba aún más el Adolphe Brisson habla en el folletín de su significación, de su realismo, de cinturón, examinando las paredes rode Le Temps de la compañía dramática su povedad, de su fuerza, de su valor, cosas que ante él tenía, perpendicula.
argentina que trabaja en el teatro no precisaba saber nada. Nada supo res entonces hasta llegar al nido. Vió.
Antoine de París. Adolphe Brisson Adolphe Brisson, ni pioguna inquietud sele buscar a tientas apoyo para sus asistió a un solo estreno porque desco. le quedó de saber. Seguramente que manos y pies.
noce el idioma castellano. Adolphe ya ni se acuierda del nombre del autor. Un estremecimiento sacudió doloroBrisson. el reputado crítico, uruguayo! Verdad es que las compasamente a todos: jel joven resbalaba!
conoce nada más que el francés. No es ñías exóticas que van a París ponen a Gruesas piedras destacáronse del Francia la capital intelectual del mup. los críticos en apuros; pero los críticos pefiasco, rodando ruidosas a lo largo do? Se representaba por la compañía de son lo suficiente despreocupados para de las rocas. Todo acabó para él pensaron al.
Camilo Quiroga Barranca Abajo del salirse del compromiso sin mucho dramaturgo Florencio Sánchez, un trabajo, y sin inmutarse demasiado!
guvos; otros, en su. emoción, dijeronlo autor raro, desconocido en París: era en alta yoz.
Pero, vivanente, el atrevido cogióse con sus dos manos a una hendidura de la roca y se retuvo agazapado hasta VISITE USTED que sus pies encontraron nuevo a poyo, lentamente, con precaución, avan.
zó.
Minutos parecidos a siglos transcu.
rrieron, durante los cuales los espectadores reunidos mirábapse unos otros espantados, pues la sombra proyectada por la cima oculto a siis ojos 100 varas al Sur del Templo de la Música asombrados el audaz joveo, iTal había caído!
De improviso estalló un clamoreo SAN JOSE DE COSTA RICA general. Viéronle sobre la cima de la.
po La Carpintería, Ebanistería, Fábrica de marcos y repisas DE ENRIQUE GOMEZ a ez Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica