Repertorio Americano 909105 COMARCA MATERNAL.
Oh, nativas montañas y vegas bien amadas!
Cendal de las neblinas sobre las hondopadas; en lo agreste del monte, mugir de las vacadas al despuntar la luz, todas las madrugadas.
como tu flauta de cantor; y de tus prados apacibles de los que tienes la expresión. Junto al rebaño, el viejo perro duerme a los pies de su señor; en torno, el campo se recoge como en interna adoración; bajo el silencio vespertino la yerba crece sin rumor y. oyen pastor, rebaño y montes distintamente hablar a Dios.
Por las llanuras y las sendas, como un patriarca, va el pastor, herculeo, inmenso, primitivo, labrado al viento, al agua, al sol, con su cayado y su cuchillo, la piel de cabra y el zurró, mientras las yerbas embalsaman los pies desnudos del pastor!
Oh, campos fraternales sin cercas ni postigos, que cubre el amarillo florecer de los trigos; lares, para el viajero proverbiales abrigos; campos, que no sustentan en su seno men digos.
Cantar de los labriegos que están liachando (leña, mientras por el camino, la moza zahareña en el cántaro lleva la leche de la ordena, cuando sobre los valles aus el alba sueña. EL PASTOR Para ALBERTO VELAZQUEZ Pastor que vas por los senderos con tu cayado y tu zurrón; que cifies yedras a tu frente como un antiguo semi dios: dios de las geórgicas paganas que fuese músico y cantor, y desterrado de sus selvas, en centenaria proscripción, labra en silencio su cagado, sin alegría y sin dolor, y al ver morir la tarde, lejos recuerda apenas que fué un dios.
Hay en tus barbas de ermitaño algo del árbol que está en flor, a donde acuden las abejas de la anacreontica canción; hay en tus ojos la añoranza de una edad de oro que pasó; hay en tus manos la aspereza de un cenobita labrador, y en tu alma simple la blancura que hay del cordero en el vellón.
Hallas la pista de la oveja que del redil se descarrió; con ta cuchillo, en la montaña, bieres al lobo rondador; haces tu choza de un solo árbol; vives la vida como un don, y sabes ciencia milagrosa y misteriosa de pastor, que en las ardientes soledades, oyó la voz que nadie oyó. Ab, de tu choza inaccesible donde naciste ya pastor; y de tus peñas inmutables como tu firme corazón; y de tus ríos sonorosos Por sendas de conseja, eu un aire de rosas, va el son de las ancianas campadas sonorosas que repican a misa, desde ermitas ruidosas, a donde se encaminan las viejas aclacosas.
Sol tropical que enciende las savias germi.
ſpales, y sazón da a la leche y acendra los pavales, y madura las pomas y hace a los sementales correr rijosos, entre boscajes y breñales. SOS.
VENDEMOS José Eustasio Rivera; Tierra de Promisión. 00 Juan Ramón Jiménez: Platero y Yo. 50 De Eugenio Ors: Glosario. 50 Jesús Urueta: Conferencias y Discur. 25 Antonio Caso: Dramma per Musica Beethoven, Wagner, Verdi, Debussy 00 José Vasconcelos: Prometeo vencedor. 00 Carlos Morla Lynch: Elaño del centenario (Novela chilena. 00 Castalia Barbara, por Ricardo Jaimes Freyre. 25 André Gide: Los limites del arte. 00 Rubén Darío: Hipsipilas. 00 El árbol del Rey David 00 Lorenzo Luzurriaga: Ensayos de Pedagogia e Instrucción Pública. 00 Solicitelos al Admor. del REPERTORIO.
El pueblo arrebujado tras los bosques filofridos, entre nubes, corona de volcanes dormidos, del cual una tarde distante fuimos idos y a donde no tornamos sino ya envejecidos.
Oh, tierra, en ti sepulta mis sueños infelices: como un árbol, en ti hundo ais humanas raíces; y borrarán tus bálsamos mis viejas cica(trices.
Oh, tierra, en ti sepulta mis sueños infelicesi. LREPERTORIO consejo entre la clientela de ancianos del señorío. el resuelve todas las di.
OS CUENTOS DEL ficultades ajenas como por inspiración de arriba. Su voz es contenida y suave; sus palabras selectas y pocas; mira hacia al infinito con una lentitud pa.
ciente. Ha aprendido de las estrellas a no precipitarse. Su vida es de ejemplo. En el salón conserva los viejos El Caballero Orsay tapices de la antigua familia; en su camara hay una mesa sencilla; una an.
POR ROMULO TOVAR ciana servidora pone todas las mañanas uu jarrón de flores sobre esa mesa. En 14 mañana es clara. En el aire cris. Su corazón, no tiene sobresaltos. Su el oratorio hay un crucifijo de mármol.
talino vibran los cantos de las Le aman en la vasta vivienda sola.
alondras que saltan de los lejanos tri. paisaje sereno y melancólico. Es joven riega. Le aman los campesinos. Sus gales: Por el cielo se filtra como una el caballero; mas su alma ha vivido iguales vienen a verle con respeto. Le luz de esmeralda. Qué manos hicieron todas las edades. Pasa por hombre de aman hasta las cosas. Podría ser vano este cielo tan limpio y tao perfecto?
El caballero Orsay, sobre su caballo blanco, de largas, finas y tem.
EL ORNATO DE SU CASA?
blaptes piernas, recorre los caminos HA PENSADO EN CASARSE?
del señorlo. Se complace el pecho del caballero con el frescor de aquellos caminos sombreados por los árboles.
Pase antes al Taller de Ebanistería de Hay pláticas de amor entre los rama.
jes de éstos. El rumor del río viene hacia el caballero, desgarrado por los zarzales de la orilla. Sobre las aguas impasibles del lago se deslizan los cis. nes albos como la contemplación amo.
Frente a La Viña. rosa de una doncella. El caballero va Parque de Morazán, SAN JOSE, Costa Rica al paso. El paisaje es de serenidad. LE GUSTA AURIEL GALLARDO Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica