وروم Repertorio Americano 95 REPERTORIO 18 mismo posee en su propia casa. Un más ignorancia, porque esta corriente de dón medular, agitado por bruscos ti.
rígido boycot, una garra más mortal, riquezas fluye sin tocarla. Los senti. rones, le agitaba como una campana ellos dicen, sería difícil de imaginar. mientos de humanidad imponen un la mollera. no hay que extrañarlo, La exposición del General Obregón cambio y éste es el cambio que México pues don Fulgencio era una balanza de los motivos para el aumento de la ha hecho. Nosotros sostenemos el prin. de precisión ante la cual se hubieran contribución es magistral y convin. cipio de que las riquezas naturales de quedado chiquitos Cardau y Foucault, cente. El impuesto, arguye, no es dis. una nación pertenecen a la nación. no obstante sus conocimientos bascucriminatorio contra el extranjero en Estas son las palabras de un hom lares. Sería calumnia sospechar que la favor del pativo. La Constitución de bre cuyo amor por la justicia es una limospa afectaba moralmente al. hom.
México, contra la cual tanto se ha es pasión y para quien el servicio de la bre metódico. No. Era cuestión de peso crito, es la mejor protección de los humanidad es un culto. Yo he viajado y nada más; aquel décimo de micrón, extranjeros, pues prohibe tanto la con él casi toda la República y puedo más fracciones, tenía toda la culpa. exención como la discriminación. Mé. corroborar lo que él dice respecto a la En este singular estado de ánimo, xico, agrega, ha sido con razón llamado lastimosa condición de la nación, cuya fué como don Fulgencio se puso a el tesoro del mundo. Incalculables ri riqueza mineral es fabulósa. Tal situa pensar. Penso primero en sus 86 kilo.
quezas yacen escondidas en sus mon ción es una mancha para la humanidad. gramos de oro, sin olvidar el pico de tafías, lladuras y valles. Enormes for. Es intolerable, y ningún hombre ca. cuatrocientos gramos, y su corazón se tunas han sido hechas por extranjeros paz de sufrirla, por principio o por llenó de ternura. Vió aquella cantidad extrayendo parte de aquella riqueza, conveniencia, merece estar a la cabeza multiplicada por un número iocoomen.
Sin embargo, el 90 por ciento de la del desgraciado pueblo mexicano. surable de ceros, y la ternura se trocó población nativa vegeta en la pobreza,. en adoración. Dulces lágrimas humela escualidez, las enfermedades y la (La Reforma Social. Nueva York. decieron los ojos del pobre hombre y se sintió capaz de todas las generosi.
dades y de todos los heroísmos. Estos movimientos del ánimo suelen caracOS CUENTOS DEL terizar el primer amor. La enorme masa de metal que tenía ante los ojos, le deslumbraba; sintióse. comparado, con ella, en la misma relación que un gorgojo con la media naranja de una catedral; y como la masa crecía, redondéandose en bola, acabó por ocu.
LA ULTIMA CARAMBOLA (1) par medio firmamento, y entonces don Fulgencio advirtió que era el sol.
POR LEOPOLDO LUGONES ¡El Sol! IEI era, entonces, propie. tario del Soll iQué bola para hacerla ON Fulgencio era un hombre me. des a que no escapan las naturalezas rodar en un tacazo temerario contra tódico: bebía su agua en una mejor templadas, cometió la torpeza las barandas del firmamento! el juclepsidra, y comía su comida con un de alargarle cinco centavos. Esto pro gador reapareció bruscamente en el cuchillo que era un doble decímetro dujo en su sér un desarreglo profundo, ensueño. Pues el billar era la parte graduado y un tenedor que era un mi. pues siendo la presión de su pie al flaca de don Fulgencio, que, lógicanutero. Como el judío del cuento me caminar, de un tercio de kilográmietro mente, debía preferir el ajedrez y pro.
dieval, tenía su alma enroscada en la precisamente, la extracción de aquella fesar culto al domino. Todos estos espira de un reloj. Era además hombre moneda ocasionó un brusco aligera organismos equilibrados tienen su fatrabajador y económico. Los 86, 400 miento de un décimo de micrón, más llo, pues la naturaleza reconquista por segundos de su día estaban distribul. fracciones, que el sensible organismo algún lado sus derechos. Aquellas dos con exactitud matemática, y pro. de don Fulgencio experimento desde omesas) de don Fulgencio, que le ducian cada veinticuatro horas sesenta el calcañar a la coronilla.
salían a 28518 por día, eran cosa de gramos de oro correspondientes a 1440 Naturalmente, sus ideas se trastor. maravilla; eran la mancha en el armi.
minutos de trabajo. Lo cual, como naron y empezó un triscar de borre.
fio de su regularidad; eran su fantasía, puede verificarse por medio de un cál guillos cerebrales que alcanzó todos la única que se hubiera entregado culo sencillo, arroja 43, 200 minutos los límites del desequilibrio. Su cor durante cuarenta años de existencia mensuales, cuyo producto es 820 graisocrona. De ahí que en el sueño, la mios de oro, o 518, 400 minutos apua(1) Coando Lugones escribió este cuento tepla riqueza y los astros se le presentaran les, equivales a 86, 400 gramos del pre. poco más de veinte años. quo nos lo envia cioso metal. De estos 86 kilogramos en forma de bolas de billar gigantes.
de oro, gastaba exactamente don Ful.
gencio 040. 807, 080 en satisfacer una pasión: el billar. Aunque don Fulgen.
VISITE USTED cio no era físico, se sabía a pulso toda la teoría del juego, y muy ladino había de ser el experto que consiguiese ha.
cerle pareja.
Una noche, no se sabe por qué ex.
trafio capricho de sus facultades men.
DE ENRIQUE GOMEZ tales, don Fulgencio, al volver de una partida, se puso a pensar. El día ha 100 varas al Sur del Templo de la Música bla sido de grandes povedades. En una esquina, cierto mendigo audaz se atrevió a pedirle una limosna, y nuesSAN JOSE DE COSTA RICA tro hombre, por una de esas debilida.
desde Buenos Aires.
La Carpintería, Ebanistería, Fábrica de marcos y repisas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica