Repertorio Americano 215 Cuando alcanzó la orilla halló allí se transformó en melancólico y reser roca pudo entonces contemplar un al mancebo, que no había tratado de vado.
cuadro bello y curioso.
ocultarse esta vez, subyugado por los Muchas lunas transcurrieron de la En un recinto de enorme amplitud extraordinarios encantos de la desco misma suerte, hasta que, una tarde en lleno de nacaradas estalactitas, alum.
nocida.
que se sintió dispuesto a todo, volvió brado por numerosas teas, cuya luz. Quién eres? interrogóle ésta, al a hallarse frente a frente de la mujer le daba un aspecto fantástico, se hamismo tiempo que le lanzaba una mi. a quien ya amaba con verdadero fre llaban reunidas, eu torno de un horrada fiera y escrutadora. quién eres nesi.
nillo central muchas mujeres jóvenes: tú que te atreves a pisar este sitio pro ocurrió que cansado de atisbar en y bellas, vestidas con blancas túnicas hibido para los de tu sexo, este sitio el sitio acostumbrado, tornó la decisión de lino: Entonaban cánticos extraños, donde viven las vírgenes consagradas de penetrar en la misma aldea, aun a arrojando al mismo tiempo sobre la al culto de Tatá ayohí. riesgo de ser visto por: sus reclusas lunibre polvos aromáticos que embal Soy. respondió el indio, un fo inoradoras y violar sin quererlo el se samaban con siis vapores el ambiente.
rastero que ha tropezado al azar con creto de sus misteriosos ritos y cos Largo rato duró la singular cereeste refugio sagrado, que no hubiera tumbres.
monia de las vírgenes del cielo purifi.
intentado violar jamás a saber que Esperó la hora crepuscular para lle. cador. El charrúa contemplaba extático existiese, var a cabo su ioteuto. Las cabañas y arrobado aquellos ritos plenos de en Tu respuesta franca me agrada, estaban cerradas y no se percibía ruido cantos para sus ojos, en los cuales exclamó la doncella, endulzando su alguno dentro de la población, cuyas nunca había soñado durante su vida acento. eres, sincero, lo dicen tus calles se hallaban desiertas.
ruda y selvatica. Cuando las vestales ojos, y si ellos no han visto nada de Su primer pensamiento fué el de que terminaron el culto del día, fueron lo que esconden nuestras viviendas, las sacerdotisas habían abandonado su una a una abandonando, silenciosas, ni el secreto de nuestros ritos, puedes tranquilo rufugio, a consecuencia de el recinto: marchar, prometiendo que nunca más haber sido descubierto por un hombre Una sola quedó en la gruta. Era la pretenderás volver aquí.
de otra tribu; pero, al cabo de un lar virgen. encargada de conservar encen. Nada he visto; nada conozco; y go rato de explorar de uno a otro ex dido el fuego por la noche. esa virTupá (2)
es testigo de que digo ver tremo el apacible lugar, su sutil oído gen era aquella por quien suspiraba el dad. Pero, la promesa que quieres. sictió un extraño rumor que partia de mancebo. La sorpresa y alegría del arrancarme, es dura y cruel, puesto las cercanías, algo así como un canto gentil estuvieron a punto de traicio.
que, esos mis ojos que has invocado, místico de voces femeninas, suave y narle haciendo conocer a la ręstal, te han admirado una vez, ioh virgen armonioso.
antes de tiempo; su presencia en el sede soberana belleza. y difícilmente Muy pronto pudo el enamorado cha creto santuario; pero pudo dominar el podrán resistir al deseo de mirarte de trúa orientarse. El rumor procedía de primer impulso y esperar a que las nuevo.
un monte vecino, al que trató de otras vestales se hallasen lejos de allí, Dijo el charrúa, y echó a correr. ve aproximarse con cautela, para lo cual para arrojarse a los pies de la que loz como el venado por los inmensos le favorecía la escasa luiz de la, hora, amaba.
campos desiertos, en tanto que la her. pues la noche se iba avecinando. Cuando creyó llegado el nomento mosa vestal del fuego purificador, que. medida que se acercaba al monte, los oportuno abandonó su refugio y se didaba absorta ante las frases y la acción cánticos se acentuaban y parecían rigió, sin vacilaciones ni recatos, hadel bizarro extranjero que acababa de tener su origen en un local subte. cia el interior de la iluminada gruta, salvarle la vida y le expresaba clara. rráneo.
donde la gentil doncella se ocupaba a mente, al separarse de su lado, que No se equivocaba el gentil, pues sazón en avivar el sagrado fuego de la iba a volver todavía.
llegado que hubo al pie del cerro, se hornilla, dando la espalda a la entrada Inmóvil, clavada en el mismo sitio encontró con la entrada de una gruta del recinto.
desde el cual había interrogado al débilmente alumbrada por el reflejo de El rumor de los pasos del indio, lla.
charrúa, permaneció la doncella largo luces interiores. Sin hesitar siguió mó la atención de la joven; quien vol.
rato. Siguióle cou la vista hasta que avanzando hasta donde le fué posible, vió bruscamente la cabeza para ver la le vió perderse detrás de las más altas para observar, sin ser visto, a las per persona que entraba allí a hora tan colinas, y, luego, lanzando un hondo sonas reunidas en aquel recóndito desusada; y con profundo asombro se suspiro, encaminose lentamente al po sitio. Protegido por el ángulo de una halló con el hombre cuya presencia blado.
temía y esquivaba.
II Irguióse la virgen poseída de la más honda indignación, al par que aterroVOLVIÓ el mancebo un día y otro día rizada ante el acto audaz y sacrílego y recorrió anheloso los alrededores del ON motivo de la huelga de del charrúa, y, lanzando a éste una CON lago, buscando a la virgen de los ojos tipógrafos, los gastos de immirada iracunda, exclauo: negros fascinantes, cuyo misterioso prenta del Repertorio hau aumeu Sal de aquí de inmediato!. Eres hechizo turbaba su espíritu y ocupaba tado en un 20. Lo que nos el primero que viola: el sagrario de las vestales del fuego purificador; iy pue.
por completo su pensamiento.
Pero la virgen no parecía; ella esobliga a vender en lo sucesivo el des dar gracias a que me liga a ti la quivaba su presencia, temerosa de un ejemplar a 50 ctmos. y la serie gratitud, de lo contrario tu temeridad te habría costado la vida en este misencuentro que podía hacer peligrar de ejemplares, para los Agensus sagrados votos.
mo sitio y momento. tes, a 62 00.
El charrúa sufría una pena infinita No he dado este paso atrevido Rogamos a nuestros lectores y que se reflejaba en su semblante abapara retroceder cobardemente ante las tido y en el cambio brusco de su ca.
favorecedores que no nos nieguen amenazas y reproches que esperaba de rácter, que de alegre y decidor que era, su apoyo en estos días difíciles, antemano oir de tus labios. Contaba mientras lleguen mejores y poda con tu indignación, sabía que mi conducta iba a ser execrada; que tendría mos corresponder con más hol(1) Tatá ayohl. Guarani: Fuego purificador.
que correr graves riesgos si penetraba (0 Tupa. Guaraní; Dios. El Gran Espiritu, gura a sus sacrificios de ahora.
en el misterio de tus ritos y violaba Economía del Repertorio Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica