229 UNA VIDA Repertorio Americano verdugo, muriendo algunas horas desPRECEPTOS METALICOS SUPREMO ARTIFICE pués. Prueba en la adversidad el va¡Oh rimador! Conoces el alnia de la Lyra: II ler de tu alma. muere de miseria el milagro recondito del erso, antes que derrochar una partícula del los profundos valores de las silabas.
PASARON varias semanas. Los ins. oro de tu carácter. Sé avaro de ese Someles las palabras pectores de policía teinblaban ante la a lu poder despótico.
tesoro divino.
Como diamantes fulgen los vocablos probabilidad de encontrarse con José en tu ritmo sonoro.
Garmendia, y ninguno se atrevió a II. Que la serenidad de tus ojos Tu mano milagrosa perseguirlo.
Era un temible malhechor, fuerte refleje la paz luminosa de tu espíritu. forja el pálido estoque florentino. resplandecen inisteriosas piedras como un toro, ágil como el felino cu. que tus palabras encierren una veren la gama suprema de lu estilo.
yo nombre llevaba, y de una crueldad dad y una enseñanza.
Juegas con el sonido como juega èl malabar con su aro de colores.
sin ejemplo. Conociendo el terror que se le tenía, utilizábalo en la continua, III. Pasa, limpio de conciencia, Deslumbras con tu frase de relámpago y su espiritu arrancas a las voces.
ción de sus audaces atropellos.
por el obscuro estercolero humano. Te ofrendó su secreto Decíase que cruzó últimamente la si tu virtud atrae la envidia de los wela portentosa musa de las cumbres, frontera de Nicaragua, después de ase. diocres, sonríe piadosamente.
que vive entre los vientos y las águilas, sinar y robar a dos achines en la Cuesta viajera por las bóvedas azules.
de Azacualpa.
IV. Practica el bien sin esperar oh domador del Pensamiento! Tienes ¡Asciende por la escala luminosa recompensa. olvida, el insulto de ante tu enorme gloria III los débiles. Pero si algún insolente el rayo y las montañas de laureles!
poderoso te asalta en el camino, hazle ¡Va in alma desde lo infimo los hondos JUAN DIEGO, el menor de los herma.
conocer que tienes, bajo la sencilla génesis de los soles errabundos: desde las simples cosas al arcano nos de Juavita, y el que ésta más que apariencia magnánima, el ojo del águi de los sagrados números!
ría, cambió de carácter desde la tarde del horrendo crimen. Perdió su buen la y la garra del león.
FROYLAN TURCIOS humor habitual y su pasión por el tra.
bajo. Sumergido en un tenaz silencio, pasábase días euteros echado en la hamaca de gruesa cabuya o errando por los montes. Contestaba ágriamente las preguntas que se le hacíau, y, dominado por negra pesadumbre, olvi(Conclusión. Viene de la pág. 213. dóse hasta de su novia, la muchacha más hermosa de la próxima aldea.
II bre su pedestal la estatua de un Colón Con frecuencia dormía afuera. Tirade poco más o menos de un nietro. Al base en la frescura de las hondonadas «YA le hablado previamente Pre. lado se elevaba majestuosa la Catedral y sorprendíale la aurora mirando la séntate al Prefecto y dile que eres hijo de Guatemala. Mi curiosidad venció palidez de los luceros.
de Juan. me dijo mi madre, dejándo mi timidez y, solo, me aventuré en el Era un mocetón moreuo, gallardo y me a la puerta del Colegio de Iufantes. segundo patio. Era aún más reducido musculoso, de rostro arrogante y mi. pocas mujeres con la frase ay dile que el primero, pero a mi me pareció rada profunda.
que eres hijo de Juan. dirigida a ese todo un mundo. Por qué en el recuerUna mañana de las últimas de sep honibre de bien que se llama don Pe do de la infancia aparecer todos los tiembre desapareció de la montaña. dro, pudieron ofrecer mejor recomen. sitios inás grandes de lo que son en nadie supo más de su paradero.
dación.
realidad? Vuelve uño a casas habitadas Su padre y sus tres hermauos le bus. Al, es Ud. bijo de Juan. Muy bien en la niñez y los patios, que en nuescaron por todas partes, y tras inútiles tendrá que portarse si quiere ser digno tra memoria aparecían enormes, se, pesquisas, creyéronle puerto.
de tal. padre. Venga, le presentaré a ewpequeñecen. Es acaso la relatividad.
algunos compañeritos, a quienes le re de nuestras pequeñas humanidades, VI comiendo elija por amigos. con una que tardan cinco minutos en atravesar solicitud admirable, padre múltiple que un espacio de tres vetros? No, por.
PERO una noche todos despertaron a atendía en una amplísima esfera de que pasa lo mismo a escolares de diez los violentos ladridos de los perros. acción a las necesidades de cien bijos, años que lo salvan volando.
La familia se levantó sintiendo que me llevó ante algunos futuros compa ¿Es que nuestras vírgenes imagina. alguien destrancaba la salida del patio. ñeros de clase, sabiawente elejidos. ciones ven un universo desconocido en En el instante en que abrían la Eran, como yo, muchachos de caras cada metro cuadrado? Sí; porque a la puerta de la casa, Juan Diego apare tímidas y bien parecidas, limpiaruente vez que el mundo se achica conforme ció en el umbral.
trajeados y de movimientos llenos de vamos creciendo, el mundo se despue.
Rodęáronle entre exclamaciones de mesura, a quienes tres o cuatro gene. bla. Se hace el vacío, a cada instante júbilo. Parecía más alto y barbudo y raciones de hombres honrados habían más, en nuestro redor. los ciuco o sus negros ojos fulguraban.
asegurado el equilibrio inoral. Compa. siete años para mi existían ocultos ha. iPadre! exclamó. Aquitiene las ñeritos por los que me sería menos bitadores del planeta que alternaban feroces garras de El tigre, a quien de duro el roce con escolares turbulentos, con los hombres. Mi vista, mi corta jé colgado de un roble en el valle de que llenaban el patio, estrecho para 110 vista de miope, se detenía horas enteJamastrán.
colegio, de gritos y de risas o wedíau. ras observando un cieppiés o un cochiY extrajo del saco de cuero que pen con sus cuerpecillos elásticos las duras nillo de humedad. iQue mundo en día de sus hombros dos objetos horri baldosas de un pavimento, impropio cada pulgada de terreno. Que sorprebles y pauseabundos. Dos manos hin. del todo para lugar de recreo de la ale sas en todas partes! Cuando concluía chadas y monstruosas, peludas y gre legión.
de llover, corríamos wi hermana y yo negras, húmedas de barro y de sangre! En el centro del patio descollaba so. a la arena depositada entre piedra y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica