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Repertorio Americano 87 abstracto de humanidad y, a trueque trausformación del sentimiento reli sotros dejamos de ser venezolanos, codel sacrificio de amistades y aniores, gioso, como aquella que, según Fustel lombianos, argentinos, brasileros, mecontra todos los corrientes conceptos de Coulanges, constituyó la familia xicanos, chilenos, de Hispano américa, y prejuicios humanos, mientras abajo huniana sobre otras bases y presidió al. en fin, para haceruos franceses, ingle.
un ejército de hombres de la misma paso de la ciudad antigua a la socie. ses, estadunidenses, alemanes o rusos.
saugre y patria cae desaparece en dad moderna, cuando el padre de fa. Volvamos cada cual a nuestra patria tre las mallas de la cabellera medu. milia perdió su primitivo carácter sa pequeña y, después de trabajar por sea tejida de granadas y de bombas, cerdotal y la religión, dejó de ser dis. ella primero, preocupémonos. y trabaguarece la integridad, la serenidad, el ciplina del Estado, para convertirse en jemos en seguida por Hispanoamérica, señorío de la conciencia, en la región disciplina o, como dijo el Libertador, la patria de todos, nuestra gran patria solitaria de las costumbres, a la vera en ley de la conciencia. La hipótesis futura, sin que en uno ni otro caso del inmutable candor de los enhiestos de un cambio en el sentimiento relis dejemos de ser nunca españoles.
glaciales de Suiza. Pero, si no me gioso, está sostenida en la esperanza Prevengámonos contra esos moderatrevo a recomendaros una actitud que de asentar sobre mejores bases la so nos maestros de democracia que, al llegado el caso, yo quizás no asumiría, ciedad humana. través de la guerra, aspirar a establecer sobre bases nuevas sí os aconsejo, y no me cansaré de en Alemania, primero y después en la sociedad de las vaciones, destruyen aconsejar a todos, parciales y neutra. casi todos los países beligerantes, ha la base misma de su obra ideal, cuando. les, el más humano olimpisino de Bar venido acercándose al triunfo, si no se arrogan el derecho de liablar a busse, ese otro escritor también francés triunfando ya definitivamente, una nombre de las naciones pequeñas, conque, aceptando el concepto ambiente forma del socialismo. es posible tra el viejo canon por el que a nación de patria y el ambiente concepto de que, mientras los causantes del con algupa le es dado renunciar ni delegar los deberes correlativos, cumple en flicto y los nuevos maestros de demo. ese derecho sin perder su entidad y silencio el deber del soldado, pero cracia no saben a dónde la vorágine personería. Aplicado a las naciones, mientras maneja la bayoneta y el fu los lleva, del mismo exceso de horror el concepto de pequeñez cae, como sil, conserva íntegra su. conciencia y. de la presente guerra nos venga la todo, bajo las leyes de la relatividad.
no deshonra su plunia. Soldado y es salud, con la aurora de una nueva so. No es la nación el territorio más o critor, vive y describe la guerra, y ciedad constituida de tal modo, que no ienos amplio, delimitado por fronmientras la vive y hace como francés, esté en las manos de un hombre, ni de teras, ni el mayor o menor número de nos la pinta como artista, como pen un bando de políticos, ui de un conci habitantes, ni la mayor o menor capasador, como hoinbre, con rasgos des liábulo de diplomáticos sin escrúpulos, cidad económica, sino todo eso a la nudos y crueles de insuperable verdad, ni de una clase social poderosa, pro vez, amasado, fundido y animado por sin aspavientos de vulgar patriotería, mover impunemente la repetición de vínculos y espíritu de tradición y de hasta hacernos entrar en propia carne la catástrofe.
raza, y por fuerzas de todo orden, inel dolor, no el de la carne francesa Entre tanto, es tiempo ya de que telectuales y morales, imposibles de que es la suya, sino el sencillo y eterno volvamos de nuestra última salida someter a medida, peso y número.
dolor humano, y dejarnos ver en la quijotesca. Llevados del ardor de la Paraguay, entre nosotros, pequeña en.
guerra la sola humanidad, toda la hu.
batalla, en la generosidad irrazonable Hispanoamérica, dió a las más gran.
manidad palpitante bajo el fuego conio de nuestras simpatías, muclios de no des naciones y a todas las edades una un colgajo aún trémulo de vida, cho.
rreando saugre y lágrimas como un sangriento Eccehomo. No conozco, COSTA RICA AGRICOLA en toda la literatura casi siempre uefasta de la guerra, un libro como «EI Fuego. de Barbusse, tan fuerte y huinano. Es caso tal vez único, pues a juzgar de lo que sabemos con certeza, nada ha sido a esta guerra tan extraño. como un claro sentimiento de lumia.
uidad y uu verdadero sentimiento religioso. Porque nadie osará pretender que tales sentimientos estén representados con toda pureza en ninguna cruz roja reteñida con los colores de cada bandera beligerante. Sobre la lúgubre cerrazón de tristeza, de duelo y de sangre, ha faltado hasta aquella palonia hermana de la que bajara sobre los apóstoles, aquella sabia paloma de par. enigmática y dulce, que fué la sonrisa de León XIII. Nos hallamos hoy de pronto, muy lejos del Evangelio, muy lejos de Jesús, muy lejos del alma ceráfica de un Francisco de Asís. Será nuestra civilización realmente cristiana? Ignoro si os habéis formu.
lado esa pregunta; pero, viendo la verdad frente a frente, parece que lia dejado de serlo y que no debiera seguir usurpando ese nombre. Se trata quizás de un eclipse, o se está preparando, a Fol. Alsina venir a sorprendernos, una Un almácigo de café en Orosi, provincia de Cartago, Finca de Pirie y Pacheco XXXXXXXXXXXXXXXXXX сттек XXXXXX XXXXXXXXXX nueva Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica