Violence

Repertorio Americano 37 lite auf el pueblo de pla Libertad! LA REACCION LOS SABIOS Encerrados entre las paredes, envueltos en la pesada atmósfera preñada de humo, de ácido carbónico, de gritos, de ruido, de blasfemia, de odio, pasan los hombres como sombras fatídicas.
Todos se estrujan para agarrarse a su migaja de sol y a su migaja de aire y a su migaja de esperanza.
Este es el pueblo mío. Yo soy la Libertad!
El artículo que sigue ha sido escrito expresamente para ESPAÑA por el profesor Nicolai; no hemos de insistir sobre la personalidad de sit autor, pues Nicolai no es un desconocido para nuestros lectores. Durante la guerra referipios su valiente y digoa actitud, todo nobleza, frente a la vesanía patriótica que aprobaba cualquier crimen y violencia, Nicolai es un buen alemán, pero un europeo de corazón. No cesaron con la paz las persecuciones contra el hombre que durante la guerra liubo de expatriarse para luir del acoso de sus enemigos. Ya referimos como los profesores de la Universidad de Berlín declararon a Nicolai indiguo de la cátedra. Con mejor sentido, y en homenaje a la justicia, el Ministro de Instrucción Pública de Prusia acaba de revocar tan absurda exconiuniĝu dictada por el fanatisoio paogerDiapista.
Al margen de tu carta be escrito. Todos llegamos como tú, a las seis de la tarde; es preciso, como tú, conformarnos con mirarla de lejos, en una tarde o que ha debido ser muy bellas. Es verdad corriente que la ciencia hombres de sanos y prácticos instin.
LUIS DOBLES SEGREDA, Lea el REPERTORIO y recomiéndelo a sus amigos.
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CERVANTES. Novelas ejemplares. Por don Francisco Rodríguez Maria, de la Real Academia Española. vols)
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NIEREMBERG. Epistolario. Por don Narciso Alonso Cortés.
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es la única base sólida del progreso tos; pero el progresar no es asunto humano. Por eso asonibra ver a sus suyo, pues conoce mejor los límites de representantes en falange cerrada al su saber que el profano, que generalado de la reacción.
liza los principios a la ligera, y se Hay que reconocer que nunca, desde decide difícilmente a trasmutarlos en: que los hombres hacen ciencia, se ha realidad. Su espíritu escolarizado es visto a las vanguardias de las luchas ajeno al fanatismo del creyente que del espíritu tan entusiastas de la efica. quiere llenar con esperanzas que él cia de la fuerza bruta. Jamás los in. cree seguras las lagunas del saber. El vestigadores de la verdad han apoyado científico puro y veraz encuentra en con tan pocos escrúpulos, y con todos la práctica obstáculos difíciles de venlos medios de la mentira (es decir, cer, porque, según las. implacables con medios específicamente anticientí leyes de la lógica, todo lo que al futuro ficos. la política de fuerza, de los ado. se refiere sólo puede ser en último tér.
minados. ya que ellos mismos son mino hipótesis. En circunstancias más incapaces de una intervención activa. simples, por ejemplo, en Astronomía, No hay que tomar en serio el desdi. es la probabilidad casi seguridad, y chado manifiesto de los noventa y tres aunque no pueda yo demostrar nunca profesores alemanes, pues cuando el que maflana saldrá el sol, como sucede Capitollo está amenazado gritan los desde hace clentos de miles de afios, asustados gausos. Apelando a la «psl. puedo, sin embargo, coosiderar como cosis guerreras, puede disculparse el seguro este acontecimiento.
quloqueolo de antiespiritualidad de Pero especialmente allí donde la nuestros hombres de espiritu científico, voluptad bumana entra en juego; es que ponían un sentimiento de preten tanta la complicación, y por esto lo dido patriotismo sobre su deber jurado futuro, tan incierto, que el científico de ser investigadores y apunciadores apenas se atreve a dat el salto de la de la verdad. El redoblar de los taro obscuridad de la teoria a la completa bores espanta a las musas, y, sobre tiniebla del futuro.
todo, al Apolo rey, el dios de la ver El científico conoce que todas las dad, clara como el sol. Pero los pro cosas tienen dos aspectos, y que la más fesores no podían callar, y, en vez de hermosa, y al parecer más segura, la verdad, que estaba prohibida, de esperanza puede en la realidad afearse.
cían mentiras. El silencio hubiera sido Por lo cual se mantiene escéptico frente humanamente comprensible.
a todas las novedades, y es por su Pero vinieron el armisticio y la paz. naturaleza conseryador. por conseYa no era peligro decir la verdad; pero cuencia, no tiene el científico fe en no se dijo en las Universidades, y el sus convicciones.
informe sobre la autopsia de Liebk. La Historia cita muchos hombres pecht pudo muy bien haberse escrito, que pusieron toda su personalidad al del mismo modo, durante la guerra. servicio de su convicción, incluso la Pudo comprobarse que las caracterís. propia vida; pero entre ellos no hay ticas que la guerra ha evidenciado en ni un científico. Sócrates, el filósofo, los profesores son esenciales en ellos. bebió consciente la cicuta; pero Ar.
La guerra fué sólo la ocasión de que químedes murió por una casualidad se manifestaran: fútil. en aquellos casos en que hom.
La ciencia puede acaso ser progre bres que representan un papel en la sión; pero no cabe duda de que el ciencia. mueren por su convicción, científico no es partidario del progreso. como el italiano Giordano Bruno o el Crea el científico las condiciones, ba español Miguel Servet, pótese que sándose en las cuales avanzan otros salieron de un claustro, es decir, de Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica