Repertorio Americano 243 a pesar de la necesidad propia, es rea titución y consuelo, se resume en esta inminencia avasalladora, como la torlizar el más sublime de los heroísmos, palabra: salvación. Esto significa el menta, la guerra, el terremoto o la resumir el amor de todos los tiempos solemine y magnífico simbolismo con paz.
y de todos los seres y resucitar por un que la liturgia decora la presente se ¡Y ahora, el mediodía de invierno, iostante el Paraíso en las tinieblas mana. El culto del pobre, objeto prin sola! Todos se han ido a comer, a sus dolientes de lan aida.
cipal del cristianismo, tiene su expre casas calientes y cerradas. yo, que El óbolo de la viuda se impone aquí sión más profunda en esa angustiosa no le quito a la sierra, ni me quito a como un recuerdo.
noche del huerto, cruzada por milla mí la soledad, estándome, la iniro, la El ejercicio de la caridad significa res de arcángeles, que esperan la apa. miro, la miro sin hambre de comida, la permanencia del heroísmo. He aquí rición de la siniestra aurora con las ni afán de estufa; y ella, casi encima lo que Cristo exige y que es preciso alas tendidas sobre Jerusalén.
de mí ya, me mira, me mira, me mira, darle. Digan lo que quieraụ los riY el cuadro se reconstruye en cada libre y blanca.
dículos. sensibilistas modernos, sobre espíritu, pues aquella tragedia está en su fórmula espautosamente hueca del, cada hombre.
MANUEL COSSIO bien por el bien mismo, la caridad Las tumbas hostiles, que son los tiene por objeto consolar a Dios en la deseos satisfechos, reposan esperando BUENO, hombre, bueno.
persona del pobre. El bien por el bien un hartazgo de sangre. El egoísmo Se quita los lentes, que le dejan una mismo es el círculo vicioso de los 16avanza con su antorcha en la mano, huella honda en la arrebolada blan.
gicos, y en geveral un concepto esté pronto a estampar el astuto beso que dura externa, y un momento en una ril. Se sabe que la caridad produce un huele a zorra. Cerca, duermen las vir acomodación difícil, no ve. Pero, de.
premio, pero esto nada quita a la ab. tudes, fieles, pero cansad de luchar. pronto, como cuando el sol sale de negación. Conocer una cosa no implica La sombra es espesa, pues la noche entre cúmulos, revuelos de aurora, su pretenderla, y pretenderla cuando se abunda en el alma. allá en el bosque, flor asoma entre las enredaderas de sabe que ella contribuirá a la gloria profundo de la conciencia, cuya es la ramaje, o su estrella del mar, entre las del género huniano, es alejar toda idea angustia, solo y dolorido, con su pa algas de la gla. Flor, estrella del mar.
de egoísmo. Como hay solidaridad en lidez de sol en agonía, está el eterno espiritual rayo azul.
el dolor, la hay en la bienaventuranza, Jesucristo de las gentes, desamparado Sí, aquí está ya. Recuerdo una Pero el fondo nismo de la caridad ante la inmensidad sudando saugre. marina crepuscular del Norte, igual a es el dolor; su doble concepto, de resLEOPOLDO LUGONES.
Cossío; marina nubosa, con un barco encallado en la costa, agua y cielo tro.
cados, en donde vigilaba un lucero.
Aquí está ya. Se yergue, como un lirio doblado, con agua nueva. Tiene inucho de vegetal y de mineral. Pocos LA COLINA DE LOS CHOPOS es el nombre bajo el cual se idealiza un lugar entraba el primer sol; y aunque a él fuego apretado y total, que se derrama conocí. Donde él entraba, parecía que hombres parecen tan paisaje. No, no, qué está vivo! como ese de Madrid donde Juan Ramón Jiménez ha vivido una elapa de su vida. Además, le gustaba poco entrar como médico, es el título de un libro donde el poeta con curaba, como el sol, con sus rayos al remover una ceniza rescoldada, se densa las experiencias espirituales de esa vuelve de dentro a fuera, erizado de ultra.
etapa. horas íntimas, paisajes, personas. proyectándolas sobre el fondo esencial de la Sí, yo no sé qué hay er él de bochispas, infinito de ojos, vibrante, de vida española. No sabemos cuándo apare rrachera, de borrachera del espíritu. guardián caído, en la Resurrección de una pieza, como la espada desnuda del cerá el libro, porque Jiménez, como todo Se ve que le está tocando, en ardiente grande artista, deja madurar los frutos de embriaguez, el centro del corazón, por Cristo, del Greco.
su alma. Debemos a su amistad y a sul gentileza poder, mostrar hoy una primera algún sitio, a la vida. Lleva como sanespiga de lan dorada cosecha.
gre ideal en sus manos sin fatiga. El SOLEDAD buho de Minerva vive bien en su SOLEDAD hombro, pero tiene en los ojos la luz Los troncos negros de los olmos, de corteza aborregada, mantienen, sin DE LA COLINA DE LOS CHOPOS.
Aquí y allá, lejos, por la orilla del mo. Alado Gayarre. le decía ay pája: moverse, el amarillo total de sus horo amarillo un profesor que intentó en: jas, entre las que, aquí y. allá, se ven, en ternas, como fantasmas de amista.
señarme a cantar en mi adolescencia.
en la penumbra fresca de la tarde, des; solos, como sombras de amigos Ahora, un poco tocado de un secreto vagas fachadas violetas.
solitarios; los chopos sin hojas, dulces, Parecen las hojas disecadas por maotoño prematuro, tiene algo de cana.
callados, melancólicos.
rio enfermio, de. chopo eufermo, pero nos invisibles, laminadas entre la tieApenas son chopos. Casi no dejan a través de cuyas hojas de oro, alas de rra y el cielo, que se aprietan el pecho ver color ni luz, para que la muerte oro, siquiera siempre despuntando, largamente, en una despedida sin fin.
no los vea. Si un pajarillo los siente y asoma el sol de la verdad, de la belleza Ya casi, no se tienen en el viento; se va a ellos, se ve más el pájaro que y de la sabiduría. Parece que la auya casi se las lleva, al pasar por ellas, ellos. Un poco was, y su forma se rora está pasando, en él, por una exel unirlo; ya no son más que el sostén: desvanece, de miedo a no ser, como traña fase.
de la luz.
humo, en la nada. Qué soledad, amigos!
SOLEDAD TOMAS MEABENo se mueven siguiera ni se quejan, ni aun suspiran. Calladitos, a ver si la Se vao, se van, se van todos. Me. Sus amigos lo llevan por ahí, muer: niuerte no los oye. Si una agua los diodía azul, azul, azul, casi sin oro, to en sus bolsillos. No importa. Bastan. refleja, se oyen más en el agua que en de un sol azul. se queda solo el pa los dos o tres gritos que han dejado ellos. iQuié silencio, amistad, qué seo grande, con su sierra de cristales darle en su ahogo, para definir la si.
silencio!
amontonados. lo que parece que se lueta de su vida triste y pobre. Uu queda solo es la sierra.
hombre sensible y descuidado, con NICOLAS ACHUCARRO ¡La sierra sola, desde Madrid solo! arbolillos, todavía, de oro y plata moLA AURORA, le puse yo cuando lo Está tan unida a él, a lo suyo, en tal jados y apariciones rosas en el cielo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica