REPERTORIO AMERICANO PUBLICADO QUINCENALMENTE POR GARCÍA MONGE y Cía. EDITORES VOL. SAN JOSÉ DE COSTA RICA, JUEVES 15 DE ABRIL DE 1920N 17 EL SOLDADO EN LOS CAMPOS DE FLANDES ENT NTRE a la flora poética de la última trofas que no hay joglés que no ame, piterna de lo que una vez fué, y sueña guerra, que para desdicha de los ni extraño que no admire. Sou bellas con que el corazón suyo, simple pulhombres no será la última. hay dos por la forma, pero más bellas aún por sación de la eterna energía, revivirá pequeñas poesías inglesas de dos sol. lo exquisito del pensamiento, por el allá lejos aquellas emociones que debió dados que, siguiendo la heroica tradi cspíritu de sacrificio libremente acep a Inglaterra y que constituyeron la ción de Byron, estuvieron listos tado que se rezuma a través de ellas y. dulzura de su vida: sus sonidos, sus ofrendar su vida por la nobilísima por la fe en la grandeza e indestruc paisajes, los sueños, las amistades y causa que los llevó juntamente a la tibilidad de la patria que transparen. la dulcedumbre de corazones en paz, famą y a la muerte. Ruperto Brooke tan. Ni McCrae ni Brooke lanzan una que allí brotaron como flores de su murió, como Lord Byron, en Oriente. queja contra el Destino, que los siega suelo. Cuando uno ve que el amor y Juan McCrae, en Boulogne, cerca antes de tiempo; el por qué norir pre patrio llega a este fervor y a este idea del frente. Ambas poesías fueron es maturamente, no asoma siquiera en lismo, no se asombra de que Inglaterra critas entre el fragor de dos batallas; sus poenas. Los muertos de McCrae sea la señora de los mares y la poten. son cortas y bellas como un epigrama no piden a sus compañeros de armas cia que casi no sabe lo que es perder griego; pero lo que en el epigrama que los recuerden; les piden que lle una guerra. En Brooke y McCrae se griego es agudeza y volar de abeja,. ven adelante la hazafia comenzada, hermanan las dos corrientes que foren El Soldado y En los campos de Flan que la antorcha patriótica, que pasa, man el pueblo inglés. La que repre.
des es trágico e intenso sentimiento de de las manos moribundas a las manos senta Shakespeare; y la que representa patria, a la manera británica; senti vigorosas de los que quedan, llavee Cromwell. La poesía apasionada, y la miento de amor a la vieja Inglaterra, siempre en alto, a pleno viento, mien. acción osada e imperturbable. Carlyle de orgullo de ser inglés y de volunta. tras el triunfo no se alcance. Si eso decía: hablar que no concluye en acria conformidad, casi alegre confor hacen los vivos, dormirán los muertos ción es mucho mejor suprimirlo del midad, con la suerte de morir por ella. en paz. Brooke, si se acuerda de su todo. Esa advertencia no se aplica a Cuando Nelson estaba cerca de la sepultura, es para pensar que donde Brooke y McCrae. Lo mistio que agonía, abordo del buque en que fla su polvo esté, sea donde fuere que la Cervantes, sirvieron a su patria con meaba su insigoia de almirante, fue. fosa se excave, aquello será tierra de la palabra y con la acción. El centesus postreras palabras: He cum. Inglaterra, un pedazo de su patria. lleo de las espadas se apagó; pero lo que plido mi dcber; gracias a Dios por ello. Otros piensan que la muerte es buena trażó la pluma perdura como el nocEse sentimiento, hecho de sencillez y porque lleva a donde este inundo se turno brillar de los astros en el cielo.
abnegada devoción por la patria, dictó olvida. Brooke, por el contrario, se también a Brooke y a McCrae las es aferra a la idea de la persistencia senRICARDO JIMÉNEZ ron EL SOLDADO EN LOS CAMPOS, DE FLANDES RUPERTO BROOKE JUAN MCCRAE Si llego a morir piense de mí solapiente que en un extranjero campo lay yo rincón que es para siempre Inglaterra. Habrá allí, en aquella rica tierra, oculto un polvo, más rico aún; polvo que Inglaterra produjo, modelo, hizo consciente; al que en un tiempo dió sus flores que amara y sus senderos en que vagar; un cuerpo al que comunicó su aliento, que respiró su aire, que se baño en sus ríos, y que fué bendecido por los soles de la patria, piense que este corazóu, desvestido de todo mal, aunque simple pulsación de la eterna inteligencia, reproduce, alla lejos, los pensavientos que recibió de Ioglaterra; y sus paisajes, sus sonidos; y aquellos sueños félices, como un día suyo; y la risa que aprendio de amigos; y. la dulcedumbre de corazones en paz, bajo un cielo inglés.
FLORECEN las amapolas en los campos de Flandes, entre las cruces, hilera tras hilera, que marcar nuestros sitios; y en el cielo vuelan las alondras, cantando brayamente, apenas oídas en medio del cañoneo que ruge abajo.
Somos los muertos. Pocos días ba vivíamos, gozábamos de las auroras, sentíamos el hechizo de las gloriosas puestas de sol; amábainos y éramos amados, y ahora. reposamos para siempre en los campos de Flandes, Haced vuestra nuestra querella con el enemigo; empuñad la tea que os pasan nuestras manos desfallecientes, y sea vuestra a condición de que la mantengáis en alto. Pero si faltáis a la fe que debéis a quienes morimos, no dormiremos, por más que florezcan las rojas amapolas en los campos de Flandes. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica