Lenin

A A T 5 LIMA LITERATURA DOCTRINA 1927 POLEMICA ARTE LOS NUEVOS INDIOS POR LUIS VALCARCEL Kiin EL PONGUITO S M R O LOS NUEVOS INDIOS, por Luis Valcárcel. AMERICANISMO PERUANISMO, por Antenor Orrego. EL PAPEL DE LAS CLASES MEDIAS EN LA LUCHA ROR LA INDEPENDENCIA ECONOMICA DE AMERICA LATINA, por Haya Delatorre. LAS EXPOSICIONES. La de Pantigoso. MIENTRAS ELLOS SE EXTIENDEN por Jorge Basadre. NUESTRO NACIONALISMO, por Jorge Núñez AMERICA PARA LA HUMANIDAD, por Dora Mayer de Zulen. DE LA EPOPEYA DE LA CIUDAD. por Emilio Frugoni. POLITICA ECONOMIA BOLIVIANAS, por Tristán Maroff. UNA NOCHE TERRIBLE, por Miguel Zoschenko. POEMA, por Blanca Luz Brum de Parra del Riego. DE TENTATIVA DEL HOMBRE INFINITO. por Pablo Neruda. LA POESIA DE PABLO NERUDA, por Armando Bazán. ARTE PERUANO. Cerámica de Chanchán. LECHERAS DEL ANDE, por Alejandro Peralta. KECHUA, por Xavier Abril. LA ALTURA ELEMENTO ESTETICO. La Torre Eiffel, por Carmen Saco. DEFENSA DE LENIN, por Georges Sorel. 10. DE MAYO, por Nicanor de la Fuente. LA UNION LATINO AMERICANA AMAUTA. LA POSADA, por Juan Merino Vigil. MUTATIS MUTANDIS, por César Rodríguez. ESTADOS UNIDOS EN LA HISTORIA DEL DERECHO, por Castro Morales. DE UNA ESPERANZA EL MAR. por Magda Portal. LA LIBERTAD INDIVIDUAL CONTEMPORANEA, por Carlos Sánchez Viamonte. ELLOS NO.
SOTROS, por Ricardo Martínez de La Torre. EL POEMA DE LA MADRE, por Alberto Espinoza Bravo. MAHUARE, por César Alfredo Miró Quesada.
Clemente Sullka, lindo ch utillu de Paucartambo.
Con sus dieciocho años rozagantes, oliendo a tierra hù.
meda, a carne púber, era un personaje interesante en aquel hogar de mujeres. El Caballero había muerto dejando una buena fortuna, y lo mejor de sus bienes era la finca La viuda y sus tres hermanas solteronas, amén de una chiquilla clorótica, hija del difunto, eran todo el personal decente de aquella casa que completaba su ajuar con cinco cholas. criadas desde chicas junto a la familia. Clementicha. como le llamaban cariñosamente, había venido de las tierras altas, al tocarle el turno del pongueaje. en casa de los amos de la ciudad. Con su hatillo a la espalda, llegó un día. Lindo muchacho, se dijeron en coro, de botones para adentro, la viuda, las solteronas y la hija del difunto. Cuando el nnevo ponguito entró a la cocina a repasar los restos de la comida, menudearónle los pellizcos provocativos de sus compañeras de servicio. El inocente mancebo reputaba todo aquello como un juego sin trastienda. Pasaron los dias, Clementicha fué despertando de su sorpresa inicial frente al mundo desconocido.
de la ciudad. Ya no se perdía por las calles, ni temblaba de temor al sentir la proximidad de los bulliciosos carruajes y trasportes. Sus ojos asombrados se tranquilizaban y sus manos torpes podían manejar sin peligro la vajilla de porcelana y cristal.
Lo que no entendía era cuanto le pasaba en la noche.
Con un sueño de piedra, tendiase sobre sus pellejos de carnero en cuanto acababa de comer. Era verdad o imaginación suya lo que vió una vez? Se habia despertado al oir muy cerca de si a alguien que le llamaba contenidamente de su nombre. Por un ángulo del corredor penetraba al pazadizo donde dormía un claro rayo de luna. El, como entre sueños, distinguió a la señora grande. junto a su cama.
Otra vez, y esto le ocurrió estando él perfectamente despierto, la señora Carmencita lo estrujó entre sus brazos estando a solas. Otra vez. Otra vez. Bueno. Hasta la niña.
Le tenían fastidiado. Solo esperaba cumplir el mes para marcharse a su tierra. Pero. Clementicha no se marchó.
Cómo iba a dejar a quienes tanto le querían y le regalaban; el lindo ponguito tan disputado, se adaptó fácilmente.
Ningun lector se extrañaría, si después de cinco años, hallara a Clemente Sullka de administrador del fundo, con plenos poderes. Nadie, en la sierra, que conozca la historia del ponguito. se llamaría a sorprendido, al ver a la hija del difunto confinada en la hacienda, sin venir a la ciudad. Quién que sabe la vida íntima de las dos razas no comprende que el mestizaje se forma no solo con indias sino también con indios, con ponguitos como Clemente Sullka. EL PROCESO DEL GAMONALISMO. Boletín de Defensa Indige na. CARTA AL GRUPO RESURGIMIENTO. por Manuel Seoane. DEFENSA INDIGENA. Las responsabilidades de los sucesos de Huancané. VOTOS DE ADHESION AMAUTA. Los campesinos de Huacho.
EL CURA DE KAWANA LIBROS REVISTAS. CON MOTIVO DEL LIBRO RADIOGRAMAS DEL PACIFICO. por Guillermo Mercado. CRONICA DE REVISTAS. CRONICA DE LIBROS. Notas críticas de Luciano Castillo, Carlos Manuel Cox, Miguel Urquieta y El viejo párroco está en la capital, en Ejercicios Espírituales; hace dos semanas que descansa su grey. Mucho demora el solícito pastor, mucho, mucho.
Por fin, en lo alto de la cuesta, un atardecer de diciemnbre, después de copiosa lluvia de todo el día, frescos los