5 AMAUTA Primero, el Japón con 160 millones de dólares, después los Estados Unidos con 160 millones de dóllares (contra 24 millones en 1914. luego la Gran Bretaña con 115 millones (contra 75 millones en 1914. La Francia no exporta en la China sino un poco más de millón y medio de dóllares.
De estos rápidos datos, se desprende que la supremacìa del imperialismo japonés en la China se extiende en todos los dominios. Es esta supremacía la que constataba recientemente y con orgullosa satisfacción la revista económica japonófila The Eastern Review (4. que aparece en Shanghai, en su número de 1926: El Japón controla alrededor del 60 070 de la industria textil de la China, lo que hace de él un concurrente peligroso de Manchester desde el punto de vista del comercio de los tejidos. Los barcos japoneses (cabotaje y navegación fluvial) han reemplazado a las viejas firmas británicas en el transporte de una buena parte de las mercaderías y de los viajeros. El capital japonés invertido en la China sobrepasa probablemente desde hoy al capital inglés. No está lejano el día en que el comercio y la industria japoneses y en general el capital invertido por el Japón, asegurarán a este país una situación preponderante en la China. Su preponderancia económica contribuirá a consolidar su posición diplomática en todas las conferencias internacionales que se efectuarán para deliberar sobre los asuntos de la China. Vendrá un tiempo en que los otros estados interesados tendrán que cederle el primer lugar a la nación que representa los mas fuertes intereses en la China.
de la Paz, pero ante la amenaza del Japón de retirarse de la conferencia, los aliados decidieron reconocer los derechos del Japón sobre el Shan Tung. El día de la firma del tratado de Paz los delegados chinos a guisa de protesta rehusaron signar el acta de Versalles.
Sin embargo, después de 1919, se empeñaba una viva campaña en los Estados Unidos contra las 21 demandas.
Esta campaña desembocó en noviembre de 1921 en la conferencia de Washington. La conferencia tenía por objeto oficial la discusión del desarme naval y por objeto real el arreglo de cuentas con el Japón con respecto a la China. Ante la actitud de los Estados Unidos y de Inglaterra, el Japón hubo de ceder y consentir en la anulación de todas las cláusulas del 50. parágrafo de las 21 demandas. Para el resto, a pesar de la resistencia de los delegados chinos, las potencias impusieron a la China un arreglo concerniente a las concesiones, los inmuebles, la policía, las aduanas, los ferrocarriles, etc. Bajo el nombre de open door (la puerta abierta. los Estados Unidos hacían admitir el principio de que en todo el territorio de la China las potencias se reconocían derechos iguales para el comercio y la industria.
Se establecía sí que la China pertenecería al que sería bastante fuerte para tomarla. Washington abría la era del conflicto del Pacífico. La Gran Bretaña rompió su tratado de alianza con el Japón. Cada uno de los tres adversarios se preparaba silenciosamente para la lucha.
LA LUCHA EN EL PACÍFICO. EL CONFLICTO ENTRE INGLATERRA ESTADOS UNIDOS EL JAPON.
EL ASUNTO DE SHANG TUNG EL ACUERDO DE WASHINGTON Esta penetración del imperialismo japonés en la China no se ha producido sin inquietar a sus dos únicos rivales después de la guerra europea: la Gran Bretaña y los Estados Unidos.
Hasta 1914, en efecto, el Japón no había osado enfrentarse a las potencias ni actuar sin su asentimiento. Pero cuando el conflicto europeo estalló y los Estados capitalistas se encontraron en pugna los unos con los otros sobre los campos de batalla de Occidente, el Japón no vacilo más: bajo el admirable pretexto de ayudar a los Aliados declaró la guerra a Alemania y violando la neutralidad de la China hizo desembarcar sus ejércitos en Lung Keu, apoderándose de los ferrocarriles y de las minas. El de noviembre de 1914 las tropas japonesas se enseñoreaban de Kiau Tcheu y se instalaban en Shan Tung, no obstante las protestas de la China. En fin el 18 de enero de 1915, el gobierno de Tokio dirigía al Presidente de la República China Yuan Shi Kai un verdadero ultimátum bautizado en la lengua diplomática como las veintiún demandas.
Estas veintiún demandas constituían un pacto de sometimiento económico y político de la China al Japón (no cito aquí sino las cláusulas mas típicas de este acuerdo destinado, dice el preámbulo, a reforzar las relaciones amigables existentes entre las dos naciones. La China reconocía los derechos exclusivos del Japón sobre la Manchuria meridional, la Mongolia interior y el Shan Tung. Además el gobierno chino se comprometía: emplear japoneses influyentes como consejeros políticos, financieros y militares (59 parágrafo, art. I) admitir las fuerzas de policía japonesa en proporción de la mitad de las fuerzas de policía chinas en todos los centros importantes del país (59 parágrafo art. 39. a comprar cada año el 50 oſo de su material de guerra a firmas japonesas, debiendo estar el arcenal central bajo un control mixto de chinos y japoneses (59. parágrafo art. a consultar siempre previamente al Japón antes de contratar un empréstito de capitales extranjeros (59. parágrafo, art. Yuan Shi Kai tenía necesidad de dinero y no podía encontrarlo sino en el Japón. Aceptó las 21 demandas comprometiéndose a mantenerlas secretas a las potencias.
Desaparecido Yuan de la escena política, tuvieron sus sucesores el descontento crecía en las esferas intelectuales. que plantear la cuestión de Shant Tung en la conferencia La Gran Guerra del Pacífico. Historia de la Guerra Japonesa Americana de 1931 a 1933. Tal es el título de un libro que Mr. Hector Bywoter, escritor inglés especialista en cuestiones marítimas, ha publicado el año último en Londres. Esta novela técnica ha alcanzado un èxito considerable y ha sido comentada con pasión tanto en Inglaterra como en Estados Unidos y Japón. Particularmente, The Far Easter Rewiew ha consagrado al libro de Mr. Bywoter un estudio en que la antigua aliada del Japón es tratada en términos agresivos. Según el órgano japonófilo, el odio que Inglaterra manifiesta actualmente por el Japón proviene de que Inglaterra ha perdido en el Japón brillantes antiguas posicionas políticas, económicas y comerciales. La pérdida de estas posiciones ha sido aumentada por el hecho de que, por una parte, son los capitales americanos los que han sustituído en el Japón a los capitales ingleses y, por otra parte, que las pérdidas sufridas por la Gran Bretaña en el japón no están compensadas por algún provecho apreciable en la China. Muy al contrario, es el Japón el que disputa con más éxito a Inglaterra los mercados chinos.
Esta es la razón por la que Inglaterra recomenzando frente al Japón el juego que le ha resultado tan bien en Europa antes de 1914 frente a mania espera que una guerra próxima entre el Japón y los Estados Unidos la desembarazaría a la vez de estos dos rivales más execrados. Por esta guerra trabaja con todas sus fuerzas. Por esto no ha vacilado en poner a la disposición de los Estados Unidos (se habla de un pacto secreto entre las dos potencias) su formidable base naval y militar de Singapur. No es además sin razón que Inglaterra especula sobre un conflicto entre Estados Unidos y el Japón. Es muy cierto que la política de Estados Unidos en el Pacífico se muestra particuiarmente agresiva respecto del Japón. Seguramente nuestros lectores han oído hablar de un libro del profesor de la Universidad de Columnbia Pitkin que hizo algún ruido cuando su aparición y que se titulaba simplemente. Debemos hacer la guerra al Japón. Evidentemente en la hora actual el Japón no tiene nada que ganar en una guerra con los Estados Unidos. Es por esto que ha cedido en Washington en 1922 como había cedido en 1920 cuando fueron reforzadas las disposiciones del gentlemen agreement (5) con la interdicción hecha a los japoneses del derecho de propiedad de la tierra en el Estado de California. De otro lado los japoneses utilizan ampliamente capitales americanos que penetran más y más en la industria japonesa. Después del