BourgeoisieMarxismStalinStalinism

CLAVE Tribuna Marxista cial entre México y los Estados Unidos, para fomentar las relacio ses comerciales de ambos países, sobre bases de equidad y de cooperación que nos permitan contrarrestar y si es posible desplazar al comercio de los países totalitarios.
El lector menos avisado puede darse cuenta, a primera vista, de la serie de afirmaciones antimarxistas, contrarrevolucionarias y aun traidores a la patria, si habláramos con el criterio de patriotismo burgués, del filisteo máximo del stalinismo. Entre ellas se destacan: primero, que el gobierno del país más imperialista del mundo es un gobierno anti imperialista; segundo, que entre un Estado imperia lista y un pais semicolonial. entre un lobo y una oveja, como sì dijéramos pueden establecerse relaciones sobre un pie de quidad y cooperación. tercero, que Roosevelt, el autor de la demagógica política del buen vecino. pero al mismo tiempo el jefe del gobierno que como represalia por la expropiación del pe tróleo suspendió las compras de plata y ha tratado de provocar una grave crisis económica en México. lográndolo en parte que este gobernante imperialista, decimos, es un amigo sincero de los pueblos débiles de la América Latina; y, cuarto, que po pretexto de lucha contra la reacción fascista en necesario cooperar con el imperialismo yanqui, cuando es bien sabido que la coope ración entre un león y cordero tiene que terminar al fin y al ca bo en que el león devore al cordero. De esta manera, lo diremos de paso, la lucha contra la reacción fascista, que por lo demás sá io se hace en palabras, como lo prueba el caso de Cedillo mencio: Tiado, arriba, no es en los stalinistas otra cosa que un recurso demagógico que les sirve para engañar a las masas e intentar entre garla a sus amos imperialistas.
Habiendo sido Laborde muy claro y explícito, es decir, muy cinico y desvergonzado. jlas cosas tenían que ser más claras todavía! Era preciso que no quedara lugar a la menor duda. Era preciso satisfacer hasta el máximo grado posible a Wall Street y con él a Stalin quien, como se sabe, en 1933 firmó con los Estados Unidos un tratado conforme al cual se compromete a usar toda su influencia para evitar las actividades contrarias a los propios Estados Unidos, esto es, antiimperialistas, en todas las zonas de influencia de la Unión Norteamericana. el encargado de tan indigna tarea fué un canalla llamado Oscar Creydt, aventurero gudamericano que hace tiempo reside en México, y que en el con greso stalinista que comentamos habló (sesión matutina del 31 de enero) como miembro del Buró Político del Partido Comu.
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