BolshevismHitlerLeninismStalinism

CLAVE Tribuna Murxista los acusados. Un simple desacuerdo con la política del Gobier no daba caracter legal a la acusación de alta traición impo: nía al Tribunal veredicto condenatorio. Condenas de diez, quin ce y veinte años, fueron impuestas a trabajadores que habían leído un manifiesto clandestino. Los procesos de los bolchevi: ques leninistas y el han establecido con evidencia caracter reaccionario que se cobijaba bajo las palabras Es pionaje y alta traición. El terror ilegal de los stalinianos y el terror santificado por el Gobierno se completaban mutuamente. El primero ser via de fuerza de choque y guía del segundo. La finalidad era la misma: aplastar a los revolucionarios, liquidar todo núcleo proletario fiel a la concepción de la revolución social. Ni aun estando sometido al procedimiento de terror prescrito por la ley se estaba garantizado contra un asesinato súbito. la carcel Modelo o a Montjuich iba el frecuentemente a re clamar para nuevos interrogatorios a camaradas que habían permanecido en los sótanos de las checas durante meses. Algunos de ellos no han sido vueltos a ver. La inseguridad en que los revolucionarios se encontraban en las cárceles era tal, que al in.
gresar en la llamada carcel del Estado el director de creía obfigado a asegurar que en su cárcel se podía estar con tranquilidad.
El capítulo más horroroso del terror legal lo constituyen los campos de trabajo. Millares de trabajadores de todas las tendencias han sufrido en ellos padecimientos cuya intensidad solo ellos nodrían referir adecuadamente. Sometidos a un régimen de trabajo durísimo durante doce o catorce horas diarias, con cien gramos de pan y otros cien de lem teias por torto alimento, los camaradas que tras de dos o tres meses regresaban para asis tir a su juicio estaban anémicos hasta un grado que parece imposible a la resistencia del hombre. El régimen de los campos no tenía nada que envidiar a los de Hitler. Culatazos y palizas eran en el fondo cosas de mora monta. Los fusilamientos eran fan frecuentes que al cabo de dos semanas ya no impresionaban a los camaradas concentrados. En el campo número I, baio el mando del comandante Astorga, staliniano que había estado en la carcel modelo piviendo en familiaridad con los fascistas de la serta galería. vointitantos hombres fueron fusilados al llegar al camdo por el solo herho de estar enfermos soboto inútiles nara el trabajo. Teodoro Sanz, un bolchevique leninista que se encon traba entre ellos. pudo con dificultad safvarse demostrando qnë 16.