CapitalismFascismHitlerMarxismStalinStalinismURSS

CLAVE Tribuna Marxista ha derrumbado el tratado de Versalles, se ha apoderado de Aus tria y del país de los Sudetes, ha sometido a sú dominio, a Chie: corslovaquia y tiene influencia sobre cierto número de otros Estados de segunda o tercera categoría. Durante los mismos años, Stalin.
no ha conocido en la arena internacional, mas que derrotas y humillaciones (China, Checoeslovaquia, España. Buscar la expli. cación de esta diferencia en las cualidades personales de Hitler y. de Stalin, seria demasiado superficial. Hitler es, indudablemente, más perspicaz y más audaz que Stalin. Sin embargo, eso no es decisivo. Lo decisivo son las condiciones sociales generales de am tos países.
Ahora está de moda en los medios radicales superficiales, poner en el mismo costal al régimen de Alemania y al de la Esto no corresponde nada: En Alemania, a pesar de todas las reglamentaciones estatales, existe un régimen de pro piedad privada de los medios de producción. En la Unión Soviética, la industria está nacionalizada y la agricultura colectivizada.
Conocemos todas las deformaciones sociales que a burocracia ha hecho aparecer en el territorio de la Revolución de Octubre. Plea ro permanece el hecho de una economía planeada sobre la base de.
la estatización y de la colectivización de los medios de produc. ción. Esta economía estatizada tiene sus leyes propias que cada vez se acomodan menos con el despotismo, la ignorancia y el robo de la burocracia stalinista.
El capitalismo monopolista, en el mundo entero y, particu: larmente en Alemania, se encuentra en una crisis sin salida. El: propio fascismo es la expresión de esta crisis. Pero en los cuadros del capitalismo monopolista, el régimen de Hitler es el único po sible para Alemania. El enigma del éxito de Hítler se explica por el.
lucha del Kremflin por su auto conservación no hace más que prosuprema a las tendencias del imperialismo. Por el contrario, el régimen de Stalin se ha colocado en contradicción irreductible con las tendencias de la sociedad burguesa agonizante. Hitler alcan.
zará bien pronto su apogeo, si no es que ya está en él. para rodar en seguida al abismo. Pero este momento aun no ha llegado. Hi. cler explota, todavía, la fuerza, dinámica del imperialismo luchando por su existencia. Por el contrario, las contradicciones entre el régimen bonapartista de Stalin y las necesidades de la econo mia y de la cultura han alcanzado una tensión intolerable. La lucha del Kremlin por su auto conservación no hace más que proIn