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ne es la servidumbre de Franco y Falange Española Hitler, sino que Franco entrega a éste la mayoría de respecto de Hitler y Mussolini. Los campesinos espa los productos del suelo. Franco sólo puede aumentar ñoles, trabajan, sufren, producen, para que los fascis los sufrimientos de las clases pobres.
tas alemanes e italianos estén mejor alimentados En su último discurso, el dictador alemán tranUna estadística de los artículos y las cantidades ex quilizó a los descontentos de su país, asegurándoles portadas por Franco a Alemania e Italia, revelaría que ganaría la guerra porque toda Europa trabaja paque no solamente toda la industria española trabajara él. He ahí lo que el editorial de Madrid. no pon para producir armas y materias primas destinadas a día decir.
De la charca al retrete o La Unidad Nacional Bent u zoek todo estos mil mudiri Hace más de quince años que el stalinismo empe: zó a descender la pendiente de la degeneración política. Con la guerra ha entrado en su fase postrera.
El próximo paso será su desaparición. Confiamos y trabajaremos porque le substituya la dictadura revolucionaria de los trabajadores y los campesings.
Pero aun colea y se agita en los últimos espasmos de su ilimitada corrupción. El período de franca renuncia a la lucha de clases y traición a la revolución socialista, fué presidido por la política de los Frentes Populares. Ella posibilitó la derrota del proletariado español y francés. Desembarazado el fascismo de la amenaza revolucionaria, pudo lanzarse con las manos libres a la guerra imperialista y a la agresión contra la La burocracia trató de eludir las consecuencias catastróficas de su política pactando con el enemigo. Todo el mundo ha visto como la consecuencia fué dar aún más facilidades a Hitler para atacar a la Unión Soviética. Entonces la burocracia, después de haber perdido la confianza en el proletariado internacional, pierde la confianza en sí misma, pierde la cabeza, los prestigios cien veces salmodiados revélanse nulidades, y, aterrorizada, cae de hinojos ante la burguesía. Es la era de la Unidad Nacional o alianza con la reacción burguesa; de la charca al retrete, la denominamos simbólicamente, por ser el paso de degeneración inmediato al Frente Popular. La razón de existencia de este era una tentativa para tranquilizar a la burguesía franco británica respecto de las intenciones de la Komintern. Aliaos con nosotros venía a decirles Stalin. los partidos comunistas no son comunistas sino de nombre. En cambio, podrán prestaros excelentes servicios enseñando a las masas pobres de vuestros países que la revolución socialista no es la perspectiva del momento. Tanto valía repetir las palabras de San Pedro, como el Papa al ser preguntado sobre lo que pensaría Dios de esta guerra asesina: Mi reino no es de este mundo.
La Unidad Nacional deja muy atrás el charlatanismo liberal de los Frentes Populares. Los partidos de la Komintern y sus amigos, enseñarán ahora que la salvación está en los banqueros londinenses y americanos y calificarán de agentes de Hitler a quienes hablen de revolución socialista. La burocracia ya no pacta, ya no pone condiciones; sólo espera órdenes de los patronos para ejecutarlas dócilmente. Se aliará y apoyará no sólo a los falsos demócratas angloamericanos, sino a cualquier dictador alineada, a su vez, tras Inglaterra y Estados Unidos. En estos dos países los stalinistas sabotean las reivindicaciones obreras contra los patronos que realizan beneficios de guerra astronómicos. En Sudamérica no mueven un dedo contra la dictadura militar del Brasil. En España. véase España Popular. empiezan a defender a los honrados comerciantes que han vendido azúcar a cien pesetas el kilo. Franco está excluído, por el momento, de la Unidad Nacional decretada sin consultar a la hase por el Comité Central del partido stalinista español. La lucha por la democracia empieza por un escamoteo en sus propias filas de la democracia, incluso formal. Por fortuna para los stalinistas, Franco está demasiado vendido a Hitler para poder dar la mano a Inglaterra. De lo contrario cesarían también la lucha contra Franco. De todas maneras, basta para avergonzar a todos los miembros del Partido Comunista español que sigan siendo honradamente revolucionarios, el llamamiento de sus líderes a los falangistas españoles, a Queipo de Llano, Varela, etc. La condición para ser bien recibido en la Unidad Nacional stalinista, no es una posición antifascista, sino una declaración de fé anglófila. Cualquier falangista, como hay muchos, que crea que el falangismo puede sostenerse mejor en España con la ayuda de Inglaterra nue con la de Alemania, es automáticamente un aliado del stalinismo. Puede concebirse prostitución mayor?
Los únicos excluídos de la Unión Nacional. lo que nos honra. somos los trotskistas. Tampoco iríamos si nos llamaran. Todo principio de victoria empieza en la independencia de clase. El fascismo encuentra el terreno abonado para su triunfo cuando los partidos obreros renuncian a ella, Nosotros no renunciaremos nunca, en ninguna situación. El stalinismo lo sabey nos teme además, y por eso trata de calumniarnos siempre, para evitar que los trabajadores se fijen en el valor altamente revolucionario de nuestras ideas.
En un principio fueron excluídos de la Unión Nacional personajes como Prieto, que sólo inspira entre los refugiados la mueca que se hace instintivamente ante algo de limpieza dudosa; como Miaja y Casado dirigentes del pronunciamiento capitulador de Madria; como Araquistain y Baraibar, cuyo anti stalinismo ha tenido visos de anti comunismo. Son merog rubores fingidos. Prieto ya le fué abierta la puerta. Entrarán Casado y Miaja, Baraibar y Araquistain, y entrarán, en fin de cuentas, todos aquellos que m19 DE JULIO Página