RENOVACION 191. Con el ejercicio y el aire puro tuvo cuidara al perro cono a uno de sus Arnoldo un apetito que le trajo el hijos. Estas fueron sus palabras. recuerdo de las delicadezas parisien Prometí y sería una vergüenza que.
ses. La grasa de Moser la halló ex no cumpliera mi palabra con los quisita, y su vino le pareció un gran ngertos.
aperitivo que lo excitaba a comer más. Eh! Fritz, dame un bastón de para beber más y viceversa. La comi hierro. No desearía, oye usted? por da se amenizaba; pero de pronto nada del mundo que le haya pasado cuando el canipesino levantó la cabe algo a Farraut. Es un animal que za. Conio golpeado por to recuerdo vive con la familia desde hace veinte repentino. años. que nos conoce a todos por la. Farrant preguntó, no lo he voz. y que recuerda al abuelo.
visto desde que llegué. Hasta luego, señor, y buenas noches. La campesina y sus hijos se miraron hasta mañana.
sin respondet. Moser se arrolló en su piel de cabra Pues bien qué es lo que pasar y salió. Se ofa perderse el ruido de su replicó Moser, marcando pás su fas. bastoa de hierro entre los ruinores del tidio; donde está el perrol que ha su, viento y de la lluvia que caía aún.
cedido? Responde, Dorotea. Después de un largo silencio, la No te enojes, papá, interrumpió campesina propuso al cazador que lo Juan; no se atreverá a decirtelo; pero llevaría al albergue que le babían des Farraut salió y no ha vuelto.
tidado; pero Arnoldo pidió periniso Con todos los diablos! Es preciso para esperar la vuelta del patrón de avisarlo! grito el canıpesino golpeaudo la casa, si esa vuelta no tardaba dela mesa, y qué camino cogi6?
masiado.
ii El camino de Carennes. Comenzaba ya a interesarle el liom Cuándo: bre que poco antes le pareció tan vul. Después de almuerzo; lo vimos gar y de tan baja familia, entre la remontar el sendero.
cual, él supuso que se vivía una vida Ahora falta que le haya sucedido desprovista de valor.
alguna cosa, dijo Moser levantándo. Sin embargo la vigilia se prolongase. El desgraciado animal no vuelve ba mucho sin que Moser apareciera.
más y hay tantos arenales. Buscame Los nitos se durmieron uno después la piel de cabra y la liuterna, mujer: del otro, y el mismo Juan, que había es preciso que yo lalle a Farrant, vi resistido más tiempo tuvo que irse a vo o muerto. la cama. Dorotea, inquieta, iba de la Dorotea salió siu decir palabra 60 cocina a la puerta de la calle y vicebre la hora y el mal tiempo y bien versa siu distinguir pada. Arnoldo pronto apareció con lo que su marido probó a trauquilizarla, pero su espíri.
le pedía.
tu estaba exaltado con la espera; ella Le debe tested algún favor puy inculpaba a Moser de no cuidar ni por grande a ese perro? pregunto Arnoldo o? preguntó Arnoldo su salud ni por su se su salud ni por 6l1 seguridad; de estar muy sorprendido de seniejante elu siempre listo a sacrificarse por los presa.
otros; de no resignarse con el sufri No yo, repuso Moser, que encen miento de un hombre o de tu aniinal día la pipa; pero él presto un servicio sin exponerse a todo por aliviarlo; y al padre de Dorotea, Un día en que medida que multiplicaba sus quejas, regresaba del Poutroye con la suma que se parecían singularmente a una de sus dos bueves, cuatro hombres glorificación, suis zozobras eran más quisieron matarlo para quitarle la pla egudas; tenía nil funestos presenti.
ta y esto hubiera sucedido sin famientos.
trakt: de este modo, cuando murió, Eu la víspera, el perro había aly IELT!
hace dos años, el buen hombre me do durante toda la noche; touto llamó a su lecho y me encargó que vino a posarse en el techo de la casa bio el techo de la BIBLIOTECA NACIONAL Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juven a Rosa