RENOVACIÓN 491 Bledio de la prole enibrateçila. Deja que sangte sin piedad la berida, antes del libro, conocer tú Hegas el bálsamo tio implores the su mayo!
In cartucliera y el fisil, y entregas que es más pobte tu mario encallecida en los combates tu aroga vida. que la triang engungtada del tirano. El progreso te llama, y 14. soporta!
Débil y esclavo lias de vivir acaso?
Vas luchar! Oye él clarín que grita! it. No ves que el milionario te desgarra?
que no sabes leer? Jeso qué importa, por orgullo de paz, ábrete piso, tu carte en el festín se pecesita!
y baz de tu mano una potente garra. No te preocupa la verdadl La ciencia. Espen, dezbrador, que el despotismo; no la inaginas tú, es un vacío. del rico lia de abdicar ei niansedumbre. por eso es una rosa tu couciecia cuando el derecbo de igualdad alumbrez hecha de luz y espiritual rocío!
y tá que fuiste ayer loco de abisnis, Es cluice y apacible tu miraclit in serís águila en la cumbre. In cle tu amo y serior, 1yravía y losca, if repárate a luchar. Heróico y rudo: con su mirar el corazón te espling. demuele la granítica barrera Qué hermoso el dril de tu caunisa tosca, ini férrea lira llevarás de escudo y qué asquerosa y fea, y qué fancluda y mi lisico verso de banderal la leva del señor que te asesina!
JORGE ZEPEDA. i.
Hotekercoo. La reja: Un acompasado desfile de ardientes Paulillo sourió; aquel día comerfan resoplidos indicó que la vida ausente carne.
desde hacía dos semanas toruaba al El viejo herrero levantó la reja para taller. i. calcular la altura que set ſa colocada Paulillo futuro obrero en pie y temblo al girarla tan de cerca, essobre el yłınque desde el que gober. pautado primero, de odio luego. Su Daba el fuelle, miraba con entusiasmo primer intento fué el de destruir la las caravanas de chispas de oro dispa obra, Sintió que up: mar se desencade.
fadas hacia lo alto cada nuevo vio naba en su cerebro batiendo con fiereza lento respirar de la fragtta, y los tu es su frente; teniendo un estallido de.
multos de azul y worado dançando la cabeza iba ya arrojar muy lejos la sobre el poptou de rojo fuego, reja, cuando le detuvo la sunrisa de. El viejo herrero, Paulo, no miraba Paulille; aclivinando la causa de aquel ada. Con ein apretado manojo de fie coutento reparo en lo vistoso de los reza por entrecejo, parecía estar en remuiendos del traje del viño, y luego, uno de esos momentos en que la con Juego recordó que había ſiás niños, ciencia soporta algún peso angustioso, quie al volver al pobre hogar. le pedi: en que el recuerdo saborea: la hiel rían, qué. lo de siempre, pan. dejada por algun instante horrendo. Aquella tarde hubo contento e. Basta, dijo al fin:. casa. Paulillo, como un obrero vieja, El herrerillo salto del yunque y fué hablaba sus hermauitos de la facilicorriendo hacia la fragua, del fondo de dad de adquirir dinero cuando se disla cual el obrero sacaba asido por unas pone de una fragua. El viejo escuchaba inmensas tenazas negras, un trozo de aquellos regocijos vuelta la mirada hahierro con semblante de carmin. cia oso lado fin de do entttrbiarlos poco, el hierro gemía; en seguida cou la dolorosa amargura de su settle estuvo domado. Seis horas más tarde wante, sonaba el último golpe de mazo sobre Al otro día la reja era colocada en les el yungue. Estaba concluida la obra: espantosas perumbras de una cárcel.
una reja de seis trozos de hierro recia ii.
mente ajustados. RUBÉN Coro: