José María Zeledón

42 RENOVACION per con dignidad para los hombres ese política. Si sorprendierais algunos estado social de, orden y respeto que de esos Aamautés estadistas que os en vano ban tratado de establecer las deslumbran con el oropei de su clo: leyes en el mundo. Una agrupación de cuencia, en uno de esos ratos de intima individuos que se dicen iniciados eu sinceridad que todos tenetuos cisando los trascendentales arcanos de ese arte grita la conciencia hasta hacerse oir incomprensible de domar las ingénitas de Etiestro. frívolo y vanidoso pensaaltiveces litinianas, y que han encon mentor comprenleriais el fondo de trado una amable y productiva oclipa verdad que encierrau éstas qlle.
ción en el manejo y reparto del dinero se os antojan lúgubres fantasías. Por que la ley extrae violentamente de qué, pues, ba de seguir por tal cainino bolsillo de los ciudadanos. Un círculo quien tiene el vigor y el sentimiento privilegiado y arrogante que en la obra necesarios para librar con honor inde su conservación emplea todos los dependencia las esforzadas contiendas.
inedios, aun aquellos violentos y bru de la vida?
tales contra los chales claina indignado Honor independencia os dije! Si.
el pensamiento funuano. Una mano ¿Conocéis por ventiira alguna iudepenfuerte que os despoja lenta, suavemen. dencia efectiva que no se base en las te, y luego os oprime y os ahoga si gratas y severas prácticas de la honno tenéis la energía necesaria para re radez?
sistir sus abrumadores impulsos. No la conocéis ¿verdad? No, porque el Estado no evoluciona jamás. la independeucia moral del individuo En él se ha refugiado ese espíritu de sólo puede vivir eutre la paz trauce conservatismo que el progreso va ven excelsa de una conciencia sin manciendo en las esferas sociales más mo cilla destas y allí se parapeta y se hace Pero. por qué bajáis descorcertafuerte y opone todas horas resisten dos la cabeza, como abruinada bajo el cia toda renovadora. iviciativa. No fardo de Intimas y dolorosas. confe.
hay que esperar, pues, en los Gobier siones?
nos, eximios représentantes: dei Es. Ah; ya comprendo! No cultivais el tado, el grado de ventura social que respeto de puiestra conciencia con a ambiciouamos. Ellos seguirán siendo empeño que debierais. Gastáis buela. exclusivistas, arbitrarios, in2manos parte de vuestro dinero ev las tabervas hasta el último día de su existencia y afeuiuáis el carácter en holgazas y eu que el glorioso concierto de todas placeres denigrantes. El trabajo os las voluntades de los hombres, se al pesa como una maldicióu en vez de zará triunfaute sobre las insensatas pareceros la bendición con que la vida preocupaciones que bani impriinido llena de inefables satisfacciones està inciertos ruuubos la sociedad actual. breve jornada por el mundo, porque Al hablaros así, no vayáis creer vuestra voluntad se va agostando por que trato de encender en vuestros falta de austeridad y de amor.
corazones la hoguera de las violencias Escuchadme, compañeros, y levantemerarias, Tengo fe en la persuación tasi esas freutes que ha abatido el vendulce y tranquila que flota eu el nau. daval de mi reprocbe. Largo es el fragio de las impetuosidades deliran camino y lo andarenos juutos. Altuntes, yarisio apagar con ella en vosotros braré todos los pasos con la débil lanesa sed de nando y de hotín, Quico parilla que puso el esfuerzo entre inis móvil que puede impulsar hoy los nanos.
hombres, en el oscuro sendero de la JOSÉ MARÍA ZELEDÓN