YIDA VERDAD 211 podia ensayarse el reducirle empleando para tal labor el hechizo satánico y siempre triuplante de la möjer: con que ella se le negara srguiría el hasta el pie de la Cruz Iududablemente, la inmoral inconsecuencia de esto era ua inconveniente sensible, mas no habla perdido el Catoliciamogu primitiva dureza? No habían pacido 1os jesuítas para luchar en aquel nuevo terreno de la casistica y las transacciones con el mundo? Desde entonces la Iglesia.
manejó a la mujer coo dado mas suave y diestra. Autque seguía rechazándola como esposa por su miedosa repugnancia bacia el vedado delcite, utilizaba para su propio triunfo aquel placer probibido. política. conxisti6 eu cubacrrar a la plujer enteramcatc suya, en se.
guir embrutesièrdola y manteniéndola en estado de perpetua infancia. En seguida hizo de ella on arma de guerra, segóra de vencer al taron incrédulo con la uujer piadosa. Tiene cn ella un constante testigo en el hogar do méstico, y su acrion llega hasta la alcoba cuaodo es me nester reducir al liombre a las mayorrs angostias. la möjer sigue siendo, no obstante, fa bestia de lujuria, de que fivicamcotene sirve el sacerdote para afianzar el reiHo de Dios. EMILIO ZOLA. Verdad, cdicion española, pg. 282 383. la naturalona no al on templa aina un taller en donde el hombre an obreroTUROVERIFE. Lotario. Estrecbando la mano El honor Trast. Permítanpc que le manifeste. ri cago grato me cs cstrophar la amis.
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