FIDA VERDAD.
Cada vez que en puestra capitalEn el teatro se inaugiran temporadas teatrales, sc pueden observar muchos delectos que perjudican demasiado el grado de cultura que atritu.
rea nuestra sociedad cronistas insulsos de bailes, y espectáculos y gacetilleros incapaces de todo discerni.
miento. las personas que entre nosotros se dedican folyte var para tetter mejor conocimiento de nuestra cial, extraia ese modo de proceder de la élite, como llaman sí mismos tos pedantes de la burguese costas cense.
Se anuncia en los programas que el espectácia de dar principio las ocho de la noche en punto y, ha. bargo, aúa media bora después de las ocho, los curiosos que se sitúan en la puerta de entrada veu llegar señoras, scauritas y caballeros de los que más tono se dan en su cultura y quienes poco les importa inolestar los pubtuales haciendo ruido al tomar asiento en sus lunetas, palcos o butacas.
No es posible el cumplimiento entre nosotros. Unog minutos más o menos pueden comprometer los resultą.
dos de uba empresa cualquiera. Por eso, los que llama mos extranjeros, los que tienen completo conocimiento de la puntualidad, hacen dinero mientras los del país no.
saleu nunca de la posicióts que tenían cuando empezaron sus trabajos. La poca coltura artística se revela en los aplausos extemporáneos y en la aprobacióo de las mímicas exage radas de artistas que circanscriben el arte verdadero los gestos cómicos, haciendo del teatro serio; ao circo de payásos y fantoches.
Señoritas que, en los salones quieren brillar cono