YIDA YERDID El pontificado literario que desde Al Pontificado hace algunos años se ha constičuído en tribunal del buen gusto pretendió levantar acusación contra nosotros por irrespitosos an.
te la dignidad pontificia de los dircctores de almas muertas que aquí escriben cuentecitos y artículos remilgadas cuando no derraman oodas de incienso en las narices Vel sacrosanto grupo. Hacéis bien! Sombrad de acusa.
ciones nuestro camino y llamad injurias In que los homHres de conciencia altiva nombramos la rérdad desnuda en yet de bacernos rétroceder, nos daráis oportunidad pzra deciros, mientras contiuuamos acauzando, guc sois indigaos de semejante pontificado. En donde se halla vuestro casado forecido de méritos para apoyaros? No lo tenéis. Va tras vosotros, una. grey, esp) e verdad; pas ro quienes la furciau? Los carueros literarios, los carDeros literarios pada más. Cuál es el hombre de talcato altivo que les sirve de pastor? No se distin ta en la llarura su cabeza, no resalta por encima del resto, va adelaute por su edad, esu es todo. Algunos se han hecho temer de los otros por las zauirientes gacetillas que apa.
recen en esas otras escandalosas gacetillas que los peones de la literatura han dado en llamar el periodismo la moderna, con asombro de los hombres que aquí se atreVen pensar, Nosotros no tenemos las gacetillas. Ach sadnos jornaleros rle la pluma, que no por eso. ljuså d: brutar Hamaradas la verdad por quuruar 18 tras dientiras y vycstros escándalos e iluminar vuestra: explotaciones. xa que no es posible ilutgiour fu. igoo.
panci de vuestras inteligencias, ui las sombras de vuestras a:nbiciones, USTORIUS