5 DA VERDAD raci o aparece para probar que este arte no puede ser universal: la de que es absolutamente incomprensible para el pueblo. Antes los poetas éscrībían en latín; ahora las producciones artísticas son tan ininteligibles para la mayoría de los hombres como si estuvieran escritas en sánscrito. Sc contestará acaso que la culpa de ello debc ecua.
carse a la talta de cultura y que el día en qué todos hayan recibido igual educación todos podrán comprender inaestro arte? También ésta es una respuesta josensata: pues vemos que el arte de las clases superiores ha sido siempre un mero pasatiempo para ellas, sin que los de más hombres bayan llegado comprenderlo. Aun çoando las clases inferiorcs se hayan civilizado, el arte que no engendraran ellas siempre les ha sido extraño. Leg es y les será extraño siempre porque expresa y transmite sentimientos propios de ona clase, ajenos al resto de los hombres.
Así es que, por ejemplo, sentimientos como el lionor, el patriotismo, la galanteria. la sensualidad, que ioformari el arte actual, sólo provocau co cl hombre del pueblo indignacióti, desprecio o asombro. Si las clases trabajado.
ras pudieran oír, ver y leer lo que forma la csencia del arte contemporáneo (lo que es posible en las ciudades por medio de museus, conciertos populares bibliotecas. cl hombre de esas clases, si no estuviese pervertido y conseryar el espíritu de su condición, uada podría comprender de nuestro arte, o si por casualidad comprendiese algo, este algo no cloraría su alma, sino que antes bien la pervertiria.
Aquel que reflexiona sinceramente ve que el arte de las cascs superiores no podrá ser nunca el arte de una nación entera. Sin embargo, si el arte és una cosa ial